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La
negación de lo poético es condición de posibilidad de la poesía:
La poesía de J. Jorge Sánchez, cuya trayectoria comenzó con Del
Tercer Reich (2002), se estableció con
Filosofía de la minucia
(2008), Bajo la lluvia
(2012) y Las vidas de las imágenes
(2013), y continúa ahora con Contra
Visconti, se sabe diferente de lo que
suele denominarse “poesía” y requiere una lectura detenida que
pueda reconocer sus logros exo-, extra- y postpoéticos. Leer la
poesía de J. Jorge Sánchez nos obliga a ir más allá de nuestra
manera tradicional de pensar en la poesía, cómo se produce y qué
impacto tiene en su entorno.
Si
negar lo poético resulta ser condición de posibilidad de la poesía,
¿en qué consiste la poesía de J. Jorge Sánchez? Los fundamentos
de la práctica poética de Sánchez son la filosofía y la ética,
que sustentan una visión de la realidad social que enfatiza el papel
que juegan el dinero, la violencia y el consumismo. Pero de alguna
manera lo más importante es cómo nos habla de estas cosas. “Toda
materia es objeto de materia poética”, nos dice un poema de este
libro, y “Ninguna forma es sujeto de la forma poética”.
2
Un
poema —según la visión de Sánchez— es sobre su tema pero
también sobre mucho más. Se basa en la articulación e
interrogación de ideas y conceptos bajo la luz de un caso u objeto
concreto. Se trata de una poesía esencialmente filosófica y
contextual cuyo enfoque se centra en articular y presentar la verdad:
una verdad compuesta de nombres y números, hechos e historias, datos
y dinero. Estos textos invitan a sus lectores a explorar estas
verdades y las historias que cuentan los procesos mediante los cuales
los poemas llegaron a ser y decir. Aunque el momento más marcado de
reflexión metapoética se ubica en su epílogo (“El velo de Maya y
el ocaso de la poesía”), elementos de ésta se encuentran a lo
largo del libro, comenzando con la “Petición para un principio y
principio para una petición” que abre el libro y continuando con
las tres secciones que componen el libro (“Imposturas”,
“Transiciones” e “Injertos”).
En vez de ser una mera reflexión
sobre el carácter y el propósito de la poesía este libro busca
construir otro tipo de poesía. Si la meta aparentemente negativa y
destructiva de la poesía según “Falsos haikus” consiste en “[…]
cortarle / a la metáfora sus / rampantes alas”, esta meta se logra
“Doblegando su / estructura simple y / su cometido, //
tergiversando / su logro al introducir / la narración, //
incumpliendo / la métrica severa / como el tahúr”. Introducir la
narración e incumplir la métrica severa cuestiona los modos de
expresión poética tradicionales con el fin de evitar que la poesía
y sus metáforas vuelen demasiado alto y pierdan su conexión con la
realidad, y así pueda señalar aspectos inquietantes de la realidad
que nos rodea que, según Sánchez, deben ser objeto de la poesía.
a
La
posición y responsabilidad del artista frente a la realidad social e
histórica salta a la vista en el poema que da título al poemario.
La dedicatoria de “Contra Visconti” (a Antonio Orihuela) sitúa
el texto de Sánchez dentro de una tradición poética que incluye
voces como las de Orihuela, Jorge Riechmann y David González. La
declaración de principios que abre el poema (“Fue una gran farsa.
/ Eso fue. Una mentira / imperdonable”) pronto da paso a la clave
de la visión de la poesía propuesta en este libro: “Aristócratas:
/ el auténtico eje de / la película”. Ludwig von Bayern no es el
único eje de Ludwig
(1972), porque en realidad la película de Visconti presenta “Uno,
Luchino, / rodando sobre otro, / Ludwig von Bayern”.
La aristocracia, en este caso,
reside en el objeto de la película (Ludwig), en el sujeto que la
creó (Luchino Visconti) y en la representación que resulta de este
proceso. En vez de ser un mero creador de metáforas el artista y su
posición forman parte de la obra y su proceso de creación. Las
ideas y los detalles que incorpora—y cómo se representan—sí
importan, porque “[…] la / verdad también tiene que / ver con el
arte”. Poder reconocer y presentar la verdad requiere una conexión
con el tiempo que habita el artista, en vez de ser “Dos
desquiciados, / dos descoyuntados de / sus propios tiempos” como lo
fueron Ludwig von Bayern y Luchino Visconti.
b
Brett Favre, un tema al parecer
poco poético, inspira una exploración más amplia del proceso
artístico. El tema de este poema nos revela una verdad inesperada
sobre nuestro poeta: su fanatismo por el fútbol americano.
Categorías artísticas y analíticas que quizás parecieran fáciles
de definir como el tema de un poema dejan de serlo en este texto. El
“acontecimiento”, en este caso, es la primera jubilación de
Brett Favre en 2008 antes de continuar su carrera con los Jets y los
Vikings y jubilarse definitivamente en 2011. El poema entero es sobre
el proceso de escribir un poema sobre Brett Favre que al fin termina
de una manera provisional, ya que según nos confiesa el sujeto
poético, “Pronto lo tendré listo. Estoy en ello”.
Tiene
que ser “un poema que hable de él”, de Brett, pero es imposible
hablar de Brett Favre sin hablar también de los números. El poema
parece proponer una solución a este ejercicio: “un poema sobre
Favre, los números y la memoria”, que a fin de cuentas busca ser
“un poema auténtico sobre Brett, mi hijo y yo”, un poema basado
en la imposibilidad de captar toda la realidad de Brett Favre, ya que
el hijo “no le ha conocido en su esplendor”, porque “sólo ha
presenciado el ocaso de su carrera: / las intercepciones, el
desaliento, / la última caída intentando, inútilmente, placar al
defensor / que cortó su pase”. El poema sigue luchando—como lo
hiciera Brett tantas veces—a favor de una causa aparentemente
perdida.
c
Sea cual sea el tema de un poema,
dentro de él reside mucho poder pero también mucho peligro, porque
quiéralo o no, la poesía presenta ideas, y lo hace de una manera
persuasiva. “Las armas cargadas siempre son peligrosas, sean un
Kaláshnikov o un poema, estén cargadas de balas o de futuro”
cuenta una historia de lectura e indagación. El guiño a Celaya en
este caso interroga dos fundamentos del compromiso político y
poético: la utopía y el compromiso. A la imagen utópica de
“hombres y mujeres que no soñaron / con la destrucción del mundo,
/ sino con la construcción del mundo / de las mariposas y los
ruiseñores” Sánchez contrapone el hecho de que “las pesadillas
están hechas de la misma naturaleza de los sueños”. “Si la
razón engendra monstruos / el sueño engendra pesadillas”, nos
explica el poema, ya que “esos mundos no son reales / y para que
lleguen a serlo hay que embutirse el uniforme / ése / el verde oliva
/ y el fusil ametrallador”.
Utopía y compromiso se juntan en
“un poema de Yevgueni Yevtushenko titulado ‘Tres minutos de
verdad’ / que así entre nosotros / me huele desde el título a
portadores de sueño verde oliva”. Aunque uno pueda aprovecharse
del compromiso de otros sin llegar a comprometerse uno en situaciones
parecidas, porque “tres minutos de verdad valen una vida / sobre
todo si es la de otro / no la mía”, y “en lugar de tomar radio
Moscú / o la televisión soviética / para contar la verdad de la
opresión en la extinta URSS”, uno puede viajar y escribir (y no
comprometerse). Pero esta experiencia asumida no es la vivida, ni la
arriesgada.
3
El
proyecto poético de J. Jorge Sánchez abarca y explora textos ya
hechos al igual que el proceso de escribir sobre un tema—sea un
tema poético o quizá no tan poético—explorando en ambos casos la
(im)posibilidad de la poesía, su peligro y su poder. Contra
Visconti es un libro sobre la
representación y la reflexión, sobre textos y objetos encontrados.
Un libro que busca un lector desocupado capaz de reconocer que la
poesía se aloja en su afuera, que se nutre de un pensar y decir
excéntricos, que está poblada de cosas (im)posibles. Un libro que
busca un lector que lea contra Visconti, a favor de la verdad.
Paul
Cahill
Pomona
College, Claremont, California, EE.UU.
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