22 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (22/12/2013)


"La Vanguardia" publica hoy los resultados de un sondeo sobre la independencia que interpreta en estos términos:"Empate entre partidarios y contrarios a la independencia". Con algo más de detalle el sociólogo Jordi Sauret, responsable de la empresa que realiza la encuesta, escribe:

"La encuesta que hoy publica La Vanguardia pone de manifiesto la complejidad de la sociedad catalana, y cómo plantear un escenario de posible independencia permite realizar diversas lecturas con las mismas proyecciones. Una significativa minoría mayoritaria que hace unos meses protagonizó la "vía catalana", en el contexto actual votaría a favor de un Estado catalán independiente (en torno a 1.750.000 personas, lo que representa el 44,9% en una consulta con una participación estimada del 72%; es decir, con una abstención que se sitúa a niveles casi estructurales), y frente a este grupo rupturista habría otro 36,6% de catalanes (1.426.000 personas) que querrían mantener el statu quo.

Pero para llegar al 51% ambos grupos necesitan la complicidad del 18,5% que resta para completar esta puzle sociológico, de los cuales 394.000 personas dicen que irían a votar pero aun no han decidido la opción (10,1%), y otros 328.000 catalanes (el 8,42% de los que irían a votar) sí que desearían que Catalunya tuviera un reconocimiento de Estado, pero sin llegar a ser independiente (la opción sí-no).

Quien agregue este último colectivo a los independentistas podrá decir sin faltar a la verdad que el 53,3% de los catalanes quiere organizarse en "alguna forma de Estado" frente a un 36,6% que se opone frontalmente a ello. Pero también tendrá razón quien, con los mismos números, opine que los que explícitamente quieren la independencia (44,9%) y los que la rechazan (45,0%) forman dos bloques de igual magnitud, y la clave la tiene el 10,11% de indecisos."

Uno no ha podido resistirse a consultar el medio de comunicación en su versión electrónica esta vez. Cabe decir, en descargo, que ha sido provocado por la visión involuntaria de la edición en papel en manos de un anciano mientras paseaba más atento al cielo azul de Barcelona, atravesado por media docena de aviones en aquel momento que dejaban su trazo geométrico sobre él, que a otra cosa. Luego ha picado la curiosidad. "La Vanguardia" amaga y retrocede claramente y con ella, uno supone, un fargmento nada desdeñable de nacionalistas que apostaban por la secesión como estrategia para forzar un pacto fiscal. Se complica el panorama para los secsionistas...