16 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (16/12/2013)

 

A. comparte, en una red social, un artículo aparecido en uno de los Blogs vinculados a "El confidencial" que supone, con acierto, no visito: la abstención terapéutica del contacto directo con, por ejemplo, mi querido y entrañable Vicent Partal, por supuesto se extiende a la prensa mesetaria sea en su versión montaraz sea en su versión federalista.

El artículo le parece interesante por las reflexiones del periodista catalán "Gaziel" que contiene. Mejor, porque la mención del autor es disuasoria para uno: José Antonio Zarzalejos el ex-secretario general de la Presidencia del Gobierno bajo Aznar y luego director de la FAES.

Leído, reafirmarse en el juicio acerca de Zarzalejos cuando se leen textos como éste parece inevitable:

"Quién podría afirmar que desde Cataluña estas palabras no volverían a escribirse si el proceso soberanista continua por los derroteros actuales? Nadie. Porque lo que se está viviendo allí -y aquí- no es algo radicalmente diferente a lo que se experimentó en 1931 con Macià y en 1934 con Companys. Gaziel calificó la intentona de 'desatino' y, como si de una reflexión de rabiosa actualidad se tratara, sostuvo en aquel diciembre de hace 79 años, que 'poquísimos pueblos en el mundo se habrán encontrado en circunstancias tan favorables, o habrán tenido una coyuntura tan propicia, para convertir en realidad sus ensueños políticos, como las de que gozó Cataluña, inesperadamente, en el seno de la hermandad hispánica, tras el cambio de régimen y la concesión del Estatuto de Autonomía'"

Más interesantes resultan, evidentemente, las observaciones de "Gaziel" sobre el intento de secesión de Companys en la década de los 30 que califica de “inverosímilmente barato” ya que “que solo se sublevó la Generalidad; el elemento gubernativo y oficial, por absurda que sea la cosa, y aún lo hizo verbalmente nada más, con discursos y bravatas, de modo que prácticamente, en realidad, sólo se sublevó una partícula infinitesimal, y la más inofensiva, del partido mayoritario".

De este juicio, Zarzalejos extrae sólo las forzadas similitudes y olvida las diferencias en beneficio de su convicción de que el secesionismo será, finalmente, un "bluff". Ahora bien, si no cabe duda de que la "rebelión secesionista" tiene un componente gubernativo y oficial nada desdeñable, también lo es que en los dos últimos 11 de septiembre cientos de miles de catalanes han respaldado en la calle las consignas de su gobierno. Seguramente, en números absolutos, sean menos de lo que parecen pero en términos relativos ejercen una hegemonía que no puede ser desdeñada y que, tarde o temprano, exigirá de los políticos españoles una actitud à la De Gaulle respecto a Argelia: plantear el problema como tal y establecer un marco claro de decisiones posibles.

Por otro lado, uno anota con perplejidad temerosa la actitud del "historiador" y hooligan del FC Barcelona Jaume Sobrequés ante las críticas al Simposio "España contra Catalunya" que organizó el Institut d'Estudis Catalans. Decir que el título se limita a exponer una "realidad objetiva" sobre la cual "no hay discusión posible" revela:

a) su catadura científica; y
b) su catadura moral.

Ya dije el otro día que todo se está volviendo muy desagradable por aquí últimamente...

P.S: Un feliz ejemplo de que en España también, como aquí, todavía hay algunas voces sensatas lo ofrece esta reflexión de Juan Tortosa: "El talibanismo español contra Cataluña"