9 de diciembre de 2011

¿Es razonable esperar un inminente colapso del capitalismo? (II)


Sin embargo, que una determinada percepción nos muestre que si atendemos a la descripción más aceptable de los hechos es poco probable que el "sistema" capitalista sea abandonado independientemente de su desplome en Europa no equivale a apostar por la entrega al fatalismo.

Por ejemplo, si abordamos el asunto desde un cierto punto de vista filosófico, el fatalismo pierde cualquier apoyo sólido como ya lo perdió en su momento la esperanza. Más bien habría que ser prudentes y apostar por lo imprevisible.

Dejando de lado la quiebra de las descripciones teleológicas o finalistas, como la marxista o la cristiana, ante la evidencia de su fracaso predictivo, la cuestión podría plantearse en términos de si el ser es irreductible al capital. Si lo fuera, como pensaba el buen Marx, habría un fundamento sobre el cual levantar una posible esperanza racional (si no fuera esto una contradicción). En caso contrario, nada se opondría a una continua regeneración endógena de un capitalismo que no toparía con límite alguno porque podría convertirlo absolutamente todo en moneda, en valor de cambio, en mercancía.

Así, ¿habría algún modo de ser que no sea susceptible de transformarse en valor de cambio? ¿Alguna capa del ser, de lo que existe -en sus múltiples modalidades y atributos- que no pudiera ser acumulada, incrementada o intercambiada y, consecuentemente, convertida en mercancía?