4 de diciembre de 2010

4 de diciembre de 2010: la sublevación de Kronstadt (II)


Y, también, la Wikipedia recoge el severo juicio de Trotski que le sirvió a uno como "punto de vista neutral" -ya se sabe, los que nos considerábamos "compañeros de viaje" del Partido tendíamos a ser heterodoxos- para asumir la versión oficial con la que al final la mayoría de nosotros consideró la sublevación de Kronstadt:

"El más pueril de todos los argumentos es el de que no hubo levantamiento, que los marineros no hicieron ninguna amenaza, que “solamente” se tomaron la fortaleza y los acorazados. Parecería entonces que los bolcheviques marcharon contra el fuerte, con los pechos desnudos a través del hielo, sólo por su inclinación a provocar conflictos artificialmente, por su mal carácter, su odio a los marineros de Kronstadt o a la doctrina anarquista (de la cual, podríamos decir de paso, que nadie se preocupa en absoluto). ¿No son éstos balbuceos infantiles? Sin límite de tiempo o espacio, los críticos diletantes tratan de sugerir (¡diecisiete años más tarde!) que todo hubiera terminado para satisfacción general si la revolución simplemente hubiera dejado solos a los marineros insurgentes. Desgraciadamente, la contrarrevolución mundial no los habría dejado solos en ningún caso. La lógica de la lucha habría dado predominancia a los extremistas en el fuerte, es decir, a los elementos contrarrevolucionarios. La necesidad de provisiones habría hecho a aquél directamente dependiente de la burguesía extranjera y de sus agentes, los emigrantes blancos. Todos los preparativos necesarios para este fin se estaban elaborando...

Los de Kronstadt sin un fuerte

Esencialmente, los venerables críticos son enemigos de la dictadura del proletariado y por lo tanto de la revolución. En esto reside todo el secreto. Es verdad que algunos de ellos reconocen la revolución y la dictadura, en palabras, pero esto no arregla nada. Desean una revolución que no conduzca a la dictadura, o bien, que instaure una dictadura sin hacer uso de la fuerza. Por supuesto sería una dictadura muy “agradable”. Requiere sin embargo, unas cuantas menudencias: un desarrollo igual y, más aun, extremadamente alto de las masas trabajadoras. Pero en tales condiciones la dictadura sería innecesaria. Algunos anarquistas, que en realidad son pedagogos liberales, esperan que en cien o en mil años los trabajadores habrán obtenido un nivel de desarrollo tan alto que la coerción será innecesaria. Naturalmente si el capitalismo pudiera conducir a tal desarrollo, no habría necesidad de derrocarlo. Tampoco habría necesidad de una revolución violenta, ni de la dictadura que es una consecuencia inevitable de la victoria revolucionaria. Sin embargo, el capitalismo decadente de nuestros días nos deja poco espacio para ilusiones humanitarias y pacifistas (...)

Las actuales disputas acerca de Kronstadt giran sobre el mismo eje clasista del levantamiento de Kronstadt en el cual las secciones reaccionarias de los marineros trataron de derrocar la dictadura del proletariado. Conscientes de su impotencia en la arena de la política revolucionaria de hoy, la disparatada y ecléctica pequeña burguesía, trata de utilizar el viejo episodio de Kronstadt en su lucha contra la Cuarta Internacional, es decir, contra el partido de la revolución proletaria. Estas últimas “gentes de Kronstadt”, también serán aplastadas, es verdad que sin el uso de las armas, puesto que, afortunadamente, no tienen una fortaleza."

Y ahora necesito un poco de aire frío y húmedo. El invierno se ha instalado en Barcelona y oprime el ánimo pero el invierno del espíritu que surge de la lectura de este texto de Trotski no lo aprieta mucho menos.