
Plomizo cielo que pende sobre nuestras cabezas a pocos metros. Cielo que ha caído. Tan cercano que parece sostenido por aquel acero de la grúa que meses atrás se presentaba como su antítesis: mundo gris y metálico pleno de malos augurios y angustia.
En este día leo un extraordinario poema breve de Álvaro Valverde en su Blog que pone palabras exactas a algunas de la sensaciones que le asedian a uno. Gracias Álvaro por escribirlo.
"El río
Miras sus aguas negras.
Presagio y sintonía.
Corriente abajo."