8 de septiembre de 2011

¿Farsa detrás de la integración?


Caso del que acabo de tener noticia de primera mano y que puede servir como metáfora del "lado oscuro" de la integración en el campo educativo. Una vertiente que está ahí, de la que no se habla por la concurrencia de la corrección política y el neoliberalismo y que atendería, en más ocasiones de las que la mayoría bienpensante se piensa, sobre todo a motivos tristemente económicos disfrazados de proyectos morales.

El alumno "X", con índices inequívocos de autismo severo, llega a un Instituto público para "ayudar a su integración". El grado de autismo hace difícil, por no decir imposible, conseguir su "integración": todos los docentes del equipo que se hace cargo del curso coinciden en ello a excepción, como casi siempre, del psicopedagogo de turno. El sentido común no cree en la magia cósmica: transformar en cuatro o seis años de escolaridad - suponiendo que llegue al Bachillerato - a una persona con altos niveles de autismo en una persona "normal" es, todos lo sabemos, lisa y llanamente, imposible. Se decide hablar con los padres y sugerirles que lo vuelvan a llevar a una escuela especial. La madre, única que asiste a la entrevista con el tutor, se niega: habla sobre la no-discriminación, la capacidad de superación, la influencia del entorno... Sólo le falta escudarse en la posibilidad de los "milagros".

Dos días después, llega la noticia de que ha recibido una ayuda (en términos vagos e imprecisos, nadie sabe de dónde ni de quién) y la madre comunica al director que el niño se va a un centro especial donde tendrá la atención que merece y que, claramente, no iba a recibir en un instituto que no atiende como es debido "la diversidad".

¿Detrás de la retórica de la integración en la escuela pública qué hay en realidad? ¿Una loable, aunque pueda ser errónea, voluntad correctora de las desigualdades naturales o un inconfesable cálculo económico que se mide en términos de ahorro para familias y administraciones?

5 de septiembre de 2011

¿Cada vez más gente prefiere escribir a leer?


Gary Shteyngart, novelista estadounidense señalado por The New Yorker como uno de los 20 mejores escritores de menos de cuarenta años del país (no está mal, debe figurar en el Top 200) afirma en el Babelia del sábado, con pesar entiende uno, que en su país "Cada vez menos gente quiere leer y más desea escribir".

Y este tipo de afirmaciones generalistas y vacías ocupan un titular...

¿Dónde está la autonomía de la literatura respecto al mercado? Y, sobre todo, ¿dónde la honradez intelectual de los tíos que se dedican a escribir?

4 de septiembre de 2011

La equidad fiscal

El debate sobre la equidad fiscal (mal llamada "progresividad") parece que va cobrando un poco de fuerza. Seguramente se quedará en demagogia y política de escaparate que es la que practican los gobiernos súbditos de las grandes corporaciones multinacionales, izquierdas realmente existentes y derechas, pero al menos se rescata de la "caverna" en donde yacía en manos de los profesionales de la revolución. En El País de hoy: "Ganan más, pagan menos. La presión fiscal sobre las rentas más altas ha caído 10 puntos en España desde 1995".

Que una obviedad semejante tenga aun que ser objeto de controversia...

2 de septiembre de 2011

La jamonería



Cerca del mercado hay una jamonería que le reconcilia a uno con los tenderos. Al fondo del establecimiento se abre un pasillo, perfectamente visible desde cualquier parte del mostrador, flanqueado por estanterías con productos tanto de limpieza como envasados. Conduce a una sala con dos mesas abatibles de pared dispuestas una detrás de la otra y unas cuantas sillas alrededor.

Si uno va temprano, antes de las nueve, puede encontrarse a los cinco dependientes y al propietario desayunando juntos en ese espacio. Es lo de menos si hay armonía o no. Lo que uno diría que más cuenta es que, por un lado, se hacen sus bocadillos con el pan y los embutidos de la misma tienda. Es decir, el desayuno, como antaño, corre de cuenta del propietario. Asimismo, éste come con ellos y de los mismos productos: los propios. Por otro lado, también cuenta el hecho de que cuando llega un cliente, el que escribe en este caso, cualquiera de los dependientes, una de las tres chicas jóvenes, la señora mayor y casi sorda de más de sesenta años o el cuarentón metódico y escrupuloso, se levanta con parsimonia y acude sin que se observe ningún nerviosismo por parte del tendero. Es más, hay ocasiones en que se demoran un poco sin que nadie parezca considerarlo anómalo: es tiempo de desayuno, aunque sea en una hora en que afluye la clientela más madrugadora.

Esta actitud flemática a veces enerva a algún cliente ya acostumbrado al ritmo eficiente de la venta y desconocedor de esa vieja costumbre de desayunar en el lugar de trabajo y ser tolerante con los empleados en su tiempo de descanso. La respuesta del dueño, al menos en la ocasión en que presencié una escena de esta índole, fue invitar al comprador a probar un queso manchego recién recibido.

Un día, hace dos o tres meses, mientras me estaba atendiendo una de las chicas y el tendero jefe examinaba unos jamones y movía con calma un montadientes juguetón, ya desayunados, apareció un mendigo. Pedía comida. No le ofrecieron jamón de bellota pero no se le negó un bocadillo. Ayer, apareció otro y también se le ofreció: podía escoger entre mortadela, jamón dulce, catalana o butifarra de huevo. Cierto, nada de lujo. Pero no es menos cierto que por lo que parece nunca se le niega pan a quien entra en esa jamonería a pedir. O por lo menos uno no ha sido testigo de ello.

1 de septiembre de 2011

José María Cumbreño y Ediciones Lliliputienses


Entre los correos que han ido llegando este verano recojo este de José María Cumbreño en el que da cuenta de su nueva aventura editorial.

"Queridos amigos:

Ediciones Liliputienses está a punto de sacar el primer número de la colección "La biblioteca de Gulliver", que tratará de ofrecer una muestra de la producción de algunos de los poetas contemporáneos más interesantes de la lengua española. En ella serán los propios autores los que seleccionen los textos que mejor representan el conjunto de su obra.
La elaboración de los cuadernos será totalmente artesanal y las tiradas estarán reducidas a cincuenta ejemplares numerados, lo que sin duda, los convertirá en piezas de coleccionista. Gracias por vuestro tiempo. Un saludo.

José María Cumbreño
Ediciones Liliputienses
Blog: http://elblogliliputiense.blogspot.com"

Mucha suerte José María.

27 de agosto de 2011

Transparencia, reconciliación y bancos


Hoy, la luz de final de verano - la luz de septiembre - gobierna la ciudad. El viento del norte limpia las calles a su paso para que la transparencia acampe entre nosotros. Esponjosas nubes parecen llamarnos y resulta imposible sustraerse a su invocación: miramos su suave deslizarse por un cielo que se aleja pero que aun nos pertenece, aun parece cercano.

Es tanta la ilusión de pertenencia mutua entre uno y el mundo, tanta la ilusión de armonía que fluye entre la hiedra, que puede entenderse a los poetas que hacen de la esperanza en la reconciliación el centro visible o invisible de sus versos.

Sin embargo, a última hora, una notificación del banco quiebra sin margen para la duda la ilusión. No queda más remedio que preguntarse si esos poetas no reciben cartas de sus usureros o si las reciben con otras cifras y palabras inscritas en ellas, pues si las reciben como ésta que está sobre la mesa es que la estupidez es, también, una gran fuente de inspiración poética.

23 de agosto de 2011

Ostentación, lujo y un poco de demagogia


En ocasiones, lo que hoy día es calificado como "demagogia" por gran parte de la intelligentsia mediática, se convierte en un recurso éticamente útil.

Durante varios días, la hambruna del cuerno de África ocupó los titulares de los medios. También, después de un prolongado silencio -por cansino se entiende, por poco novedoso-, las matanzas en Siria. Algo es algo. Estos últimos días la crisis de los mercados volvió a eclipsar ambas "crisis humanitarias" sobre todo la hambruna pero, por lo que uno sabe según "Médicos sin Fronteras", continúa la crítica situación de desnutrición sólo que ya no es tan de "candente actualidad".

Mientras tanto, uno ve en "Callejeros" (Cuatro) un reportaje, parece que del año anterior (una de tantas reemisiones veraniegas), sobre los veranos de lujo en Marbella, en el que se comenta con la mayor de las tranquilidades cómo, en una mañana, un grupo de turistas que celebran algo se han gastado más de 7000 euros en Veuve Cliquot y no precisamente para beber este excelente champán sino, sobre todo, para rociarse con él. Y no es un caso aislado: todo un conglomerado de despilfarros, lujos pornográficos y estupidez le acompañan e incluso lo superan diariamente en esa villa de corte y ostentación.

Es demagogia contraponer ambas situaciones pero alguna relación, compleja, intrincada, que no se reduce a un simple esquema maniqueo, hay entre ambas.

Uno no cree, sinceramente, que los jóvenes que gastaban su dinero a manos llenas en botellas que derramaban sobre las acompañantes no se han ganado ese derecho ni han trabajado más para ello que los chavales que malviven en Somalia. No es pues, parece, una simple cuestión de esfuerzo individual. No será tampoco una cuestión de las propiedades metafísicas o antropológicas de una cultura: no se puede culpabilizar a todo Occidente de lo que sucede en Somalia porque muchos occidentales hacen lo que pueden para combatir este estado de cosas y menos aun se puede achacar la situación a los niños o las mujeres somalíes como si ellos fueran culpables de ser incapaces de dotarse de gobiernos democráticos.

Mas algo hay ahí que está profundamente mal y que tiene debe tener que ver con el modelo socioeconómico hegemónico en el mundo hoy día. Ignorarlo es una profunda mezquindad.

16 de agosto de 2011

El 15M, Miłosz y Warren Buffett


En estos días de calurosas fiestas en el barrio de Gràcia, menudean las conversaciones en torno al 15M uno no sabe si porque es el momento de la reflexión o porque ante la deflación mediática que parece haber seguido a su inflación se ha producido un síndrome que precisa alimento.

Se comenta que si el movimiento ha perdido -ahora según algunos- el norte, que si era un síntoma, que si su función era de vanguardia, que si se ha agotado por no entroncar con la tradición de la izquierda que si bla y bla y bla. Incluso alguno ha llegado a decir que un movimiento que se desinfla en vacaciones es un movimiento conservador ¡porque la lucha no admite vacaciones!

Uno asiente a casi todo manteniendo sus dudas que ya expresó hace meses así como sus esperanzas y piensa que, como en el caso del fin del mundo en el poema de Miłosz, los que esperen ver la agonía de un sistema económico en directo con la parafernalia apocalíptica que se le debe suponer quizás no lo vean jamás.

Escribe Milosz:

"CANCIÓN SOBRE EL FIN DEL MUNDO

El día del fin del mundo
La abeja gira encima de la flor de capuchina
El pescador repara una red brillante.
En el mar los delfines saltan alegres,
Los gorriones jóvenes se agarran del canalón
Y la serpiente tiene piel dorada, como la debe tener.

El día del fin del mundo
Las mujeres cruzan el campo bajo las sombrillas,
Un borracho se duerme a la orilla del césped,
En la calle pregonan los verduleros
Y una lancha con vela amarilla llega a la isla,
El son del violín en el aire persiste
Y abre la noche estrellada.

Y quienes esperaban relámpagos y truenos
Están decepcionados.
Y quienes esperaban señales y trompetas de arcángeles
No creen que esté sucediendo ya.
Mientras el sol y la luna están arriba,
Mientras el abejorro visita a la rosa,
Mientras nacen los niños rosados,
Nadie cree que esté sucediendo ya.

Sólo un viejito cano, que hubiera sido profeta,
Pero no es profeta porque tiene otro quehacer,
Dice amarrando los tallos de tomates:
No habrá otro fin del mundo,
No habrá otro fin del mundo."

Sea como sea, la urgencia de la reforma radical del sistema económico y político imperante en las sociedades occidentales que plantea el 15M sigue extendiéndose. Uno de los puntales de esta reforma, la repartición de la riqueza o, para evitar el susto de algunos bienpensantes que la asimilarín al "igualitarismo camboyano", la "fiscalidad estatal razonable", es sostenida incluso por multimillonarios como Warren Buffett que critican la demencial política impositiva que hace que en la mayor parte de Europa y USA las clases medias tributen más fuertemente que las grandes fortunas:

"Mientras la clase baja y media de EEUU lucha por nosotros en Afganistán y mientras la mayoría de los estadounidenses pelea por llegar a fin de mes, nosotros, los megaricos, continuamos obteniendo ventajas fiscales", ha apuntado Buffet.

En el artículo, recogido en su columna 'El oráculo de Omaha', publicada por el diario 'The New York Times', el exitoso empresario ha planteado que los porcentajes fiscales que se aplican sobre los millonarios deben elevarse para poder contribuir a aliviar las cuentas del Estado en estos momentos de crisis y ha dejado entrever que es injusto que un trabajador de a pie pague más impuestos que un rico. "El año pasado pagué solo el 17,4% en impuestos; un porcentaje inferior al que tuvieron que pagar los 20 empleados de mi oficina, cuyo rango abarcó entre el 33% y el 41%, con una media del 36%", añadió el millonario"

El artículo completo aquí.

31 de julio de 2011

Precisión sobre la "Entrevista a un poeta"


Con espanto comprueba uno que su entrada "Entrevista a un poeta", borrador previsto para colgar a fin de mes - antes del retorno de Saint Andrews - ha aparecido el 21 de julio con una redacción diferente de la final y, lo peor, sin el enlace que debía aportar alguna luz sobre el juicio que merecen las palabras de Batania/Neorrabioso/Alberto. El texto corregido que debería haber aparecido era el siguiente (con el enlace apropiado):

"De mi admiración por Batania/Neorrabioso/Alberto no he hablado mucho y menos cuando no se ha dignado todavía leerse mi última recopilación de poemas que le pasó Gsús Bonilla. Pero no se puede tener todo: no se puede esperar que el admirado responde a las pretensiones del admirador (Aristóteles dixit a propósito del motor inmóvil).

Menudencias aparte esta entrevista que le hace una televisión, supongo que local, es una de las más originales y entrañables que uno ha visto de las hechas a un poeta (dejando de lado algunos casos de Bouillon de Culture y alguna de Soler Serrano) De las que llevan años circulando por la 2 y en Catalunya mejor no hablar.

Un consejo para poetas fatuos, benditos, malditos, vanguardistas, etc... Mejor no quedarse en la mera superficie del decorado y la falta de sponsor: es más fácil ir al meollo. Este sí que es un poeta de verdad, maldito y sin vanidad alguna. Y lo dice uno que respeta a algunos fatuos, vanguardistas, malditos y benditos y nada tiene que perder con ello.

La entrevista de Paloma Corrales a Batania para VEOGUADA TV."

Disculpad el error.

21 de julio de 2011

Entrevista a un poeta


De mi admiración por Batania/Neorrabioso/Alberto no he hablado mucho y menos cuando no se ha dignado todavía leerse mi última recopilación de poemas que le pasó Gsús Bonilla. Pero no se puede tener todo: no se puede esperar que el admirado responde a las pretensiones del admirador (Aristóteles dixit a propósito del motor inmóvil).

Menudencias aparte, esta entrevista que le hace una televisión supongo que local, es una de las más originales y entrañables que he visto nunca de las hechas a un poeta dejando de lado algunos casos de Bouillon de Culture y alguna de Soler Serrano. De las que llevan años circulando por la 2 y en Catalunya mejor no hablar.

Un consejo para poetas fatuos, benditos, malditos, vanguardistas, etc: no quedarse en la mera superficie del decorado y la falta de sponsor: vamos al meollo. Este sí que es un poeta de verdad, maldito y sin fatuidad alguna. Y lo dice quien admira a algunos fatuos, vanguardistas, malditos y benditos y nada tiene que perder.

17 de julio de 2011

"La enfermedad del lado izquierdo" de Esteban Gutiérrez y el goce


Hace unos días Esteban Gutiérrez, en la presentación de La enfermedad del lado izquierdo (Eutelequia, 2011) en Barcelona, decía que se daba por satisfecho si el lector pasaba un par de horas agradables con la lectura de su novela y, si era posible, en compañía de una copa de buen vino.

Y, antesdeayer, uno decidió seguir el consejo de su amigo pero hubo de acompañar la lectura con unas hierbas digestivas en vez de, como hubiera deseado, un buen Syrah o un Merlot. He de decirte Esteban, a modo de descargo, que el día anterior tuvo la culpa: una recién pescada dorada monumental a la sal y un par de botellas de Chardonnay dejaron el sistema digestivo bajo mínimos.

Con todo, pese a que el maridaje era de lo menos adecuado (o no, a tenor de la cosmovisión de uno de los personajes protagonistas de la novela), me estiré en una hamaca, a la sombra y al olor del jazmín revivido tras estar a punto de ser aniquilado por la hiedra con la que compartía tierra, y pasé dos horitas placenteras con La enfermedad del lado izquierdo.

Uno podría hablar de los diferentes niveles de lectura del texto, de sus guiños, de sus múltiples tramas e hilos abiertos, de su construcción cinematográfica, de su dependencia estructural del relato breve que con tanta maestría cultiva Esteban, del acierto de los múltiples espacios de indeterminación (Iser) que festonean la narración, etc. Podría intentar hacer ese tipo de crítica literaria pero desmerecería el que uno cree que es el gran logro de esta obra y se prestaría, como siempre, más a ocultarla y hacer presente al crítico que al revés que, en este contexto, es lo que uno pretende.

Y puestos, ese logro no es otro que ser capaz de proporcionar, en cien páginas, un gozo y un placer que hace que uno se reconcilie con ese papel de lector confiado y receptivo que tantas veces olvida en beneficio del acopio de cultura clásica, la búsqueda de formas e ideas o, simple y tristemente, el cumplimiento del deber de estar "a la última". Desde que uno leyó El plantador de tabaco de Barth no había disfrutado tan "naturalmente" de una novela. Incluso el placer de El Don apacible es cualitativamente distinto y eso no implica la estupidez de colocar este trío de obras al mismo nivel, siquiera subjetivamente: uno está hablando de la clase de goce subjetivo que le han suministrado.

El goce próximo a la inocencia, a la transparencia, a la inmediatez, el goce reconciliador que produce intelectualmente y gracias a la ironía y a una extraordinaria y complea trama Barth no tiene nada que ver con el goce del requiebro, de la dureza, de la violencia, el goce discordante de la aparentemente simple obra de Shólokhov. Y es en el camino de la primera donde se inserta, en el modesto juicio de uno, la novela de Esteban.

He leído, he gozado con la lectura y he experimentado (por poco tiempo gracias a Dios) el arrebato de la reconciliación con uno mismo, con la literatura, incluso con el mundo, y sobre todo con las personas, dejándose llevar por Esteban. Incluso ha logrado algo difícil: que soportara la irrupción del conglomerado new age, hippy, en una narración en la que tiene un papel secundario pero desencadenante y que, por tanto, dista mucho de ser puramente decorativo, lo cual aun hubiera sido tolerable. Que no me levantara, que no cediera ni a los prejuicios ni a los mecanismos de identificación y aceptara ver chakras, reikis y otras mandangas discurriendo por la vida del bueno de Pascual , el protagonista principal, y los aceptara como disparaderos de su reeducación sentimental es una muestra de la capacidad de seducción bondadosa y amable de este estupendo cuentista que es Esteban. Pues, finalmente, uno tiene la impresión que de eso se trata y no de otra cosa: de contar un cuento, una historia, para reconciliarnos, siquiera un instante, con una existencia marcada por el desquiciamiento, el conflicto y la falta de compasión.

Y eso, no es poco: es más de lo que la inmensa mayoría de los autores patrios contemporáneos y consagrados, en prosa y poesía, que he leído en los dos últimos años, ha conseguido. Que se guarden sus distinciones simbólicas o pecuniarias, Esteban. Muy pocos me han hecho disfrutar un par de horas con palabras.

12 de julio de 2011

Desamparados (v. 1.0)


Un hueco en la escritura de la novela para trabajar un poco en un poema. La primera versión sería, más o menos, así:


"DESAMPARADOS (v. 1.0)


En el banco
los dos sentados,
uno en cada punta,
las cabezas gachas
y la vista fijada en el suelo.

Un sol ensordecedor
aplasta sus sombras
a la misma velocidad
que crece el griterío de los habitantes
del País de Nunca Jamás
que pueblan el patio
de la antigua casa solariega,
ahora de colonias,
al que parecen ajenos.

Uno llora.

Los padres se alejan,
agrupados y bulliciosos,
sin apenas volver la vista atrás.
Sólo alguno
responde, de soslayo,
un par de segundos,
un breve giro del cuello,
a la atávica llamada de los gritos
pero nadie
dirige su mirada a la pareja de niños
y su silencio:
se vuelven al este
donde los suyos
hace rato
que se asaltan
por los arbustos
y huelen a tomillo.

Entre las ramas
del cedro que, a unos pasos,
da sombra a quien la pide
se mecen los recuerdos
de las placentas:
su peso se va diluyendo
en el aire caluroso
de la tarde.

Por la noche habrá desaparecido."

Habrá que volver sobre él tras los primeros intentos. Seguramente a la vuelta de Saint Andrews.

10 de julio de 2011

Los casos SGAE y Strauss-Kahn en palabras de otros


De la opinión de uno sobre las conductas de la SGAE y también sobre el caso Strauss-Kahn han escrito en El País de hoy un lector y un filósofo que no goza del aprecio de uno.

El lector, Víctor Ovies Arenas de Granada, publica una carta titulada "Los piratas eran ellos" que retrata los sentimientos que muchos hace tiempo que abrigamos respecto a la SGAE:

"No pararon hasta que consiguieron que nos cobraran un impuesto preventivo, un canon digital que presuponía que éramos culpables de copiar fraudulentamente material de otros, obviando que la presunción de inocencia es uno de los pilares básicos de nuestro Estado de derecho. Nos bombardearon con anuncios que nos comparaban con vulgares carteristas, con desalmados arrancadores de bolsos sobre motos ruidosas. Pretendieron convencernos de que copiar una canción o una película era como robar un coche deportivo o un diamante, obviando el hecho de que esos son artículos de lujo y la música y el cine son cultura, y como tal, pilares de nuestra sociedad, de nuestra democracia, de nuestra libertad. Se colaron en bodas para denunciar a los novios después por haber bailado Paquito, el Chocolatero o Macarena sin pasar por caja antes. Denunciaron a Ayuntamientos de 3.000 habitantes por representar obras de teatro del siglo XVII en la plaza del pueblo una noche de verano sin pedirles permiso a ellos. Pretendieron cobrar de conciertos benéficos más dinero en derechos de autor de lo que se había recaudado en taquilla. Acribillaron a bares de barrio por encender una tele o poner una radio para entretener a la clientela.

Y lo hicieron al más puro estilo mafioso, amenazando, aunque sin necesidad de ametralladora, que para eso el Gobierno aprobaba leyes que les hacían el trabajo sucio. Quisieron hacernos creer que eran los adalides de los artistas y creadores. Que defendían sus derechos y sus obras. Y al final resultó que los delincuentes eran ellos. No éramos nosotros los deshonestos ni los ladrones. Los piratas eran ellos."

A unas páginas de distancia, uno lamenta tener que coincidir con Henry Levi a propósito del caso que se ha abierto contra un personaje que le resulta tan profundamente antipático como él: Strauss-Kahn. Con todo, la verdad es la verdad, afecte a Strauss-Kahn o a la camareara y la diga Henry Levi o Maradona. Escribe el filósofo francés a propósito del juicio que casi todos hemos celebrado sin mediar proceso alguno:

"Y más teniendo en cuenta que a todo esto ha venido a añadirse otra tentación propia de nuestro tiempo, que es la sacralización de la palabra de la víctima. Pongámonos de acuerdo. Si he tomado parte en un combate a lo largo de mi vida; si, en efecto, hay un combate sagrado para mí, es el que consiste en devolver la palabra a los humildes y a los sin voz -de los que sin duda forma parte la señorita Diallo-. Pero devolver la palabra es una cosa. Considerarla como palabra revelada es otra. Y el hecho es que hemos pasado, también aquí, de un extremo al otro. La época en que la palabra de las víctimas del orden mundial era desacreditada por principio dejó pasó a una época en que, por principio, es acreditada con todos los prestigios y todas las inocencias. (sn) Y esto, una vez más, es lo contrario de la justicia".

No hay más remedio que subscribirlo: la superioridad moral de la víctima no convierte sus afirmaciones en superiores epistemológicamente. La verdad no siempre tiene que ver, por mucho que le duela a Nietzsche, con la moral.

P.S: Por otra parte, cabe imaginarse el peyorativo y vejatorio juicio moral que me merece semejante individuo.

6 de julio de 2011

Novelas, reescrituras y vacaciones


Parece que por fin va acercándose el final de este curso tan largo y duro. Quedan, como siempre, flecos: correos que atender, consultas que esclarecer... pero ya no hay más reuniones a la vista y el trabajo está dividido. Esta semana le toca a uno estar "de guardia" y en agosto un par de semanas pero lo peor ha pasado.

Puestos, ahora que está reciente el acero sobre y bajo la piel, intentaremos aprovechar estas semanas para acabar de una vez con la novela que lleva años viviendo en mis distintos ordenadores y reescribir, o simplemente revisar, el último conjunto de poemas escrito en estos dos años. También, lógicamente, para estar con Clàudia, Marc y, por supuesto, Esther y volver, después de una larga ausencia, a mi amado Saint Andrews.

Este cuaderno se resentirá por ello unas semanas. Lo iré actualizándo en la medida de lo posible pero sin prestarle tanta atención hasta septiembre. A todos aquellos que lo seguís y que, ante mi asombro, cada vez sois más, aparte de mi más sincera gratitud os deseo unas buenas vacaciones.

5 de julio de 2011

Un poema de Sonia Fides


Y de entre los poemas que he ido leyendo en los últimos meses por la Blogosfera, tomo éste del Blog de mi querida Sonia Fides:


"Por qué nadie te avisa
cuando eres un niño
de que los cuerpos se pudren
sin necesidad de que intervenga la muerte.
Por qué nadie te cuenta
que con el paso del tiempo
desaparecerá de tu cara
la historia que viniste a contar."

P.S: Guardé el texto pero el título, por lo que parece al revisar la entrada, no. Procuraré conseguirlo.

2 de julio de 2011

Un poema de Antonio Orihuela


Mi querido Antonio Orihuela ha publicado recientemente un nuevo libro (¿es el último?) en Baile del Sol. Tiene un buen título, Todo el mundo está en otro lugar, y aunque aun no lo tengo me he ido agenciando poemas sueltos por la red. Como casi siempre, excelente. Recojo este, publicado en el Blog de "Voces del extremo".

"CAPITALISMO

Ganamos una carrera
y el premio es otra carrera.

Tenemos que salir de aquí."