Parece que por fin va acercándose el final de este curso tan largo y duro. Quedan, como siempre, flecos: correos que atender, consultas que esclarecer... pero ya no hay más reuniones a la vista y el trabajo está dividido. Esta semana le toca a uno estar "de guardia" y en agosto un par de semanas pero lo peor ha pasado.
Puestos, ahora que está reciente el acero sobre y bajo la piel, intentaremos aprovechar estas semanas para acabar de una vez con la novela que lleva años viviendo en mis distintos ordenadores y reescribir, o simplemente revisar, el último conjunto de poemas escrito en estos dos años. También, lógicamente, para estar con Clàudia, Marc y, por supuesto, Esther y volver, después de una larga ausencia, a mi amado Saint Andrews.
Este cuaderno se resentirá por ello unas semanas. Lo iré actualizándo en la medida de lo posible pero sin prestarle tanta atención hasta septiembre. A todos aquellos que lo seguís y que, ante mi asombro, cada vez sois más, aparte de mi más sincera gratitud os deseo unas buenas vacaciones.