Ayer, en Barcelona, jornada de sobeexcitación, histeria, ansiedad y mucha ira, reverberada por los medios de comunicación, para miles de secesionistas incluidos algunos amigos y conocidos. Día de representaciones, coreografías y montajes variados encaminados a exhibir
la retórica de una revolución pacífica violentamente sacudida por la
brutalidad militar española. Jornada de apelaciones y exigencias, de requerimientos para abandonar cualquier equidistancia y distinguir netamente a los "buenos" catalanes de los fascistas. También por parte de varios de estos amigos y conocidos, impacientes, estresados e incapaces de soportar cualquier actitud crítica o, simplemente, cualquier tibieza o matización que se evada del maniqueísmo reduccionista: no hay diálogo racional posible, sólo exaltación, identificación, alineamiento y furia. El riesgo de fractura social "real", de auténtica división fraternal, se acerca rápidamente...
P.D: en una escuela, se interrumpieron las clases para que los niños de primaria entonaran Els segadors, pintaran una bandera catalana y se gritara contra las "fuerzas de ocupación"...
Sobre la relació entre art i vida
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S’ha discutit molt sobre qui o què imita i què fa de model. Diria que és un
trajecte d’anada i tornada; això sí, no sempre amb el mateix nivell. Havia
d...
Hace 2 semanas
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