17 de octubre de 2015

Observa Popper sobre los "valores" y la educación

 

Atinadamente, Popper alertaba ya hace muchos años acerca de los riesgos de la charlatanería imprudente e irreflexiva de la enseñanza de "valores":

"... el maestro se encuentra, por principio, en una situación diferente. Ciertamente, no debería intentar imponer su escala de valores «superiores» a los alumnos; pero sí que debería hacer el intento de estimular su interés por esos valores. Con otras palabras, se debería preocupar por las almas de sus alumnos. (Cuando Sócrates decía a sus amigos que deberían estar preocupados por sus almas, él estaba notoriamente interesado por sus almas.) Por consiguiente, existe algo así como un elemento romántico o estético en la educación; un elemento que no debería encontrar entrada en la política. Pero, aunque esto en principio es así, apenas puede aplicarse a nuestro sistema educativo. Pues presupone una relación de amistad entre maestro y alumno, en la cual cada una de las partes debería ser libre de continuar o poner término a la misma. (Sócrates elegía a sus compañeros y ellos le elegían a él.) Ya el número de alumnos hace esto completamente imposible en nuestras escuelas. En consecuencia, todos los intentos organizativos para conferir valores superiores, no sólo resultan infructuosos, sino, como se debe subrayar insistentemente, además ocasionan daño -por lo tanto, conducen a cosas más concretas que las ideales que uno quería conseguir. Y el principio de que, sobre todo, no podemos ocasionar ningún daño a aquellos seres humanos que nos han confiado, debería ser tan fundamental en la educación como en la medicina. «No ocasiones daño»" (La responsabilidad de vivir, trad. de Concha Roldán, p170).