Leyendo uno de los últimos trabajos del prolífico Žižek,
Primero como tragedia después como farsa (Akal 2011, trad. de José María Amoroto Salido) -aprovechando una pausa en la hospitalización de Pablo- halla uno corroborada su impresión de que la crisis financiera del capitalismo que padecemos no desembocará a corto plazo en una apertura de posibilidades revolucionarias:
"Por ello, cualquier ingenua expectativa izquierdista de que la actual crisis económica uy financiera abra necesariamente un espacio para la izquierda radical es, sin duda, peligrosa y corta de miras. El efecto primordial inmediato de la crisis no será el auge de la política emancipatoria radical, sino, por el contrario, el aumento del populismo racista, nuevas guerras, el incremento de la pobreza en los paupérrimos países del tercer Mundo y mayores divisiones entre ricos y pobres en todas las sociedades" (p23)