De
Tripulants (2004).
"EL INTERNAUTA
Conviene, sí, callar, conviene oír más
música, conviene sobre todo conjurar
la información, la certidumbre de ceniza,
el delito de ser una voz más
en el enorme espacio tecnológico
inconcebible de las voces,
allí donde el silencio es todavía más valioso, donde
el amor es, como fue siempre, virtual."
(Traducción de Ramón Sanz)
("L’INTERNAUTA
Convé callar, convé escoltar més
música, convé sobretot evitar
la informació, el saber de cendra,
el delit de conquerir una veu
en la immensitat tecnològica
inimaginable de les veus, allí
on el silenci és més or encara, on
l’amor és, com sempre fou, virtualitat.")
Xavier Jové (Bell-lloc d'Urgell, 1962), lector perezoso, escritor renitente y conversador parco, asegura sin embargo que la literatura es, exactamente, su única vocación.
La ha cultivado (de forma más o menos académica) durante más de tres lustros como profesor de literatura alemana y parece ser que tiene ya muy adelantada (porque lo cierto es que ya toca) una tesis doctoral sobre la recepción de autores de la República de Weimar durante la II República.
Su primer, y de momento único, poemario no apareció hasta 2004 con el título de
Tripulants pero tiene listos otros textos de notable calidad. Lo que pasa es que lo suyo no son precisamente las prisas y en esta moderación vital, que traslada a su obra, reside gran parte de su virtud como poeta.
En todo cuanto escribe, aunque sea un SMS, busca ensayar "la felicidad creadora y, ante todo, la complicidad con el lector" como buen espíritu ilustrado que sabe, en ocasiones, huir de nuestro tiempo histérico y egótico para preservar un núcleo de inocencia humanista que cada vez añoro más.