En una carta a Herder del 28 de mayo de 1787, Goethe ya se hacía eco de ese tópico que los medios y la opinión pública dominante en la Europa del Norte siguen utilizando acerca de la laboriosidad nórdica y la molicia meridional:
"El útil y valioso Volkmann me obliga a discrepar de él de vez en cuando. Dice, por ejemplo, que en Nápoles pueden encontrarse entre treinta y cuarenta mil holgazanes, y ¡quién no repite esta opinión! Mis conocimientos adquiridos sobre la situación meridional me hicieron sospechar de que se trataba de una opinión propia de la gente del Norte, donde se toma por vago a cualñquiera que no mantenga una actividad febril durante todo el día" (
Viaje a Italia, Trad. de Fanny G. Garrido, p350).
Y sobre este prejuicio infundado, concluuye sirviéndose de otro tópico que los meridionales arguyen contra los septentrionales:
"..los habitantes de los paises septentrionales trabajan no sólo para
el día y la hora, sino en dias buenos y serenos para los dias malos y
en verano para el invierno... las mujeres salan y ahuman para proveer la
cocina todo el año... los hombres almacenan leña, fruta para los animales... la naturaleza les obliga a ser previsores... La cantidad de medios
de subsistencia que ofrece el mar, pesca...variedad de
frutas, hortalizas se pueden obtener con abundancia... toda la provincia
lleva el título honrroso de Campagna felice, se comprende cuan fácil es
allí la vida, no trabajan para simplemente vivir sino para disfrutar...y que incluso trabajando quieren gozar de la vida...."(p353).
Pobre Goethe que para rebatir un tópico necesita echar mano de otro. Entre tópicos llevamos cientos de años moviéndonos. Tristes, pero efectivos, tópicos.