28 de enero de 2011

28 de enero de 2011: Gracias a Ben Clark


Desde que en junio acabé el poema sobre Karadzic y recopilé todos aquellos en los que había estado trabajando los dos últimos años para pasarlos a amigos de buen sentido y apreciable capacidad crítica antes de sumergirlos unos meses en el cajón para resposar, no había escrito ni un verso. El fin de semana pasado leí en el Blog de Ben Clark, un notable poeta que estoy descubriendo, un poema que me sacudió y me puso de nuevo en faena.

En ratos muertos, pocos, por las noches toco y retoco un poema que parte explícitamente de "La Isla" de Ben. Le doy las gracias por haberme sacado unas horas de la jungla de acero en la que vivo: vuelvo a trabajar sobre algunos versos aunque el cielo siga desaparecido. Es una novedad escribir poesía a altas horas de la madrugada. Ya veremos cómo le sienta a uno y a sus palabras...

El poema de Ben Clark:

"La Isla

¿Tren? ¿Pero un tren adónde?
De una conversación con peninsular


Nací al nivel del mar y fui educado
en una escuela pública,
allí se procuraba que entendiéramos
que cualquier dirección para nosotros
sería cuesta arriba.

Nos soltaron un día y hubo fiesta,
besos, gritos, la vida por delante.
Y al llegar a las aguas nadie habló
y al llegar a las aguas regresamos hundidos,
–recuerdo que fue así–,
inmóviles errantes, juventud
perfectamente aislada.

Algunos compañeros lo lograron,
tengo noticias suyas por la prensa;
Carnegie Hall, Manhattan –qué ironía–,
Ámsterdam o Abu Dabi,
da lo mismo,
en todo el mundo llenan los teatros
con hombres de altura y damas azoradas
que escuchan nuestra historia,
nuestra historia;
el testimonio oscuro de jóvenes que nunca
llegaron a albergar una esperanza."