El politólogo Claus Offe ya describió hace muchos años el fenómeno de las "crisis de opinión pública", crisis que, en la fase actual del capitalismo tardío, podían llegar a ser tan críticas para el sistema como las económicas descritas por el marxismo clásico.
Estos últimos días, en Catalunya, y en España, se está viviendo, a cuenta de la selección y del Tribunal Constitucional, un remedo de ensayo de "crisis de opinión pública" que están produciendo las hordas nacionalistas de uno y otro bando mediante sus medios de comunicación adictos. El loable objetivo: quemar el sistema -sea el que sea, eso es lo de menos. En esto último uno podría estar incluso de acuerdo pero claro para edificar el mismo (eso sí más puro) o uno nuevo (también más puro) pues va a ser que no. Provocar sufrimiento para no cambiar nada es pornografía.
Ahora bien, para mantenerse indemne ante estos intentos de producir esta "crisis" que de paso haría olvidar "la verdadera crisis", la económica, hay que alejarse de unos medios de comunicación cada vez más manipulados y tendenciosos. Hoy he llevado tranquilo la jornada gracias a que ni he comprado un periódico ni he visto un informativo en varios días. Lo recomiendo como terapia.
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