Pues si a las cinco horas de ayer sumamos las cuatro de hoy tendremos el resultado de una navegación desastrosa por Internet buscando algún texto del padre del nacionalismo serbio contemporáneo, Dobrica Cosic que necesitaba para construir el poema sobre Radovan Karadzic que está en esqueleto.
Sin la guía de los lugares comunes que las
cookies almacenadas por Google te proporcionan -y que, de hecho, restringen tus viajes por el ciberespacio a las mismas zonas de siempre (lo cual debería hacernos reflexionar sobre nuestro "acceso ilimitado" a la red)- entras en el desierto. Un desierto atiborrado de enormes dunas de información que acaba desorientando y hastiando por la falta de lugares de referencia jerarquizados: todo está al mismo nivel una vez que has abandonado las cercanías de Google y resulta imposible asegurar una heurística para llegar a lo que se uno proponga.
Cierto, uno puede tener su esquema de jerarquización de información (primero las universidades, luego las editoriales, los congresos, las encinclopedias
online, etc.) pero la cantidad de páginas difícilmente verticalizables de cada una de estas categorías puede acabar convirtiendo tus patrones otrora exitosos en papel mojado. Es lo que me ha pasado con Cosic, del cual no he encontrado ni un triste texto y lo que me forzará a reescribir el poema en los próximos días.
Lo haré, seguramente, por Alemania y Polonia donde pasaré unos días. Que descanséis. No tengo portátil con 3G así que dejo el Blog hasta el retorno en agosto.