Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:
"
Podemos o la política fast food" de Alberto Royo.
"
Nadie puede
negar que el fenómeno Podemos presenta un indudable interés, aunque sea
desde el punto de vista sociológico. Que un partido sea capaz de poner
nervioso al establishment político y que "obligue" a los partidos
tradicionales a simular una actitud regeneracionista que, francamente,
no cuela, resulta, como mínimo, simpático. Por eso me alegré y me alegro
de la irrupción de Podemos, un partido al que no voté ni votaré, entre
otras cosas por la poca confianza que me inspiran sus principales
dirigentes y por la nula esperanza de que su objetivo sea demoler el
sistema de partidos sino participar del mismo fingiendo que el mero paso
por un taller de chapa y pintura lo convertirá en algo diferente y, eso
sí, liderándolo (en otras palabras, mandando)"...