El presunto "compromiso" de artistas e intelectuales debería ser examinado con mucho cuidado y puesto, cada vez más, en una prudente cuarentena.
Ya en alguna ocasión uno ha expuesto sus objeciones a la noción clásica de "compromiso" especialmente si ésta se entiende con "la" política que no con "lo" político. La actual situación de Catalunya ilustra bien esta conveniencia terapéutica y de ello convendrá hablar más pronto que tarde. Ahora uno se queda con un titular de
El País: "Alejandro Sanz muestra su lado más verde" y con la frase "
El cantante viaja el domingo al Ártico con Greenpeace para pedir protección al ecosistema".
Bien.
Sin embargo, ¿realmente es preciso viajar al Ártico para pedir su protección? ¿O más bien se aprovecha la oportunidad para hacer un viaje que sale gratis en fiable compañía?
A uno esta excursión le recuerda la impagable parodia de
Bruno en la que Sacha Baron Cohen acude a una empresa especializada en buscar causas "políticamente correctas" y "rentables" a las que sumarse para publicitarse.