6 de julio de 2012

El padre de Jordi Alsina


Ayer al mediodía una agradable sorpresa. Llegó hasta mis manos Ta Kritikà. Viatge per la música de Creta, el libro de mi querido Jordi Alsina. Y llegó de una manera elegante e inesperada. Me lo trajo en persona, hasta mi domicilio y desde Argentona - que no está a cinco minutos paseando -, su padre a quien no tuve el placer de conocer más que de oídas en los años en que Jordi fue mi alumno, tutorando y posteriormente amigo.
Fue un honor. Y más recibir de su parte el cumplido de que algo tuvo uno que ver - para bien, al parecer - en que Jordi acabara escribiéndolo.
Si así ha sido, perfecto.
Para uno, su hijo fue un ejemplo perfecto de como un modelo educativo, si es conducido por personas poco atentas al matiz y al detalle puede acabar arruinando talentos. No es el caso del modelo imperante, el logsismo-progre, que los arruina sistemáticamente al reducirlos, desatentiéndolos, a la mediocridad y la incapacidad para soportar la frustración.
Jordi supo salir adelante por sus propios medios pese a que algunos jamás confiaron en él. Al menos esa ventaja tenía el modelo precedente...