20 de junio de 2009

¿Y a quién le importa mi cotidianidad?




A nadie.

Aunque uno la viva como única e irrepetible.

La vicariedad del diario, el dietario, el blog o cualquiera de las variaciones literaturizadoras de lo cotidiano no hacen más que acentuar su patetismo.

P.S: Y el patetismo está lejos de ser un humanismo...