El otro día en
El País,
Francesc Trillas realizaba un interesante ejercicio de equidistancia respecto al "contencioso" entre nacionalistas españoles y catalanes. Su apuesta por el federalismo parece bien argumentada excepto por el hecho de que evita cualquier referencia a la conveniencia de alguna salvaguarda constitucional que permitiera a los estados o entidades federadas suspender este vínculo y apostar por la independencia cuando la mayoría de sus habitantes lo estimaran conveniente.
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