6 de abril de 2016

Azúa, Oleguer Pujol, Messi


Uno estaría tentado de justificarse: como Azúa no se calla ¿por qué hemos de callar los demás? Lo de menos es no tener vela en este entierro. En cualquier caso, aunque no la tengamos, Robert recordó ayer dos cosas respecto a este personaje que, en honor a la verdad, no hay que orillar:

a) las risas y el desprecio que provocaba en la facultad, cuando estudiábamos, su - diríamos - "pobre" tesis, su baja talla filosófica (por decirlo suavemente) y sus fallidos intentos de convertirse en delfín de José María Valverde utilizando el noble arte del arrastre. Justo es no olvidarlo;

b) el clasismo profundo de su comentario, que va más allá de la pertinencia de la comparación o del tono peyorativo y que es propio de quienes viven en un mundo en el que no han tenido que hacer jamás, ni es de temer verlo siquiera, la difícil tarea de extraer los lomos de una lubina o limpiar un rodaballo. Seguramente este individuo no ha tenido que preparar un plato de pescado en su vida: siempre se lo deben haber servido ya "adecentado" y pulcro. Caso de no ser así, no se entiende el pretendido menosprecio a un oficio francamente difícil, a no ser que estemos hablando de los gritos en el mercado, lo cual probaría que tampoco ha debido de ir muchas veces a hacer la compra: doonde uno compra, no recuerda haberlas oído gritar nunca. Intente cortar un mero, señorito Azúa. ¡Qué atrevida es la ignorancia!

Por otro lado, los "papeles de Panamá" deberían suponer, aunque es dudoso visto que el opio nacionalista parece poder con todo, una definitiva condena moral de la familia Pujol o del entorno, jugador incluido, de Messi: parece que no estaríamos sólo ante una conspiración urdida por las cloacas madrileñas en su afán de deslegitimar el movimiento secesionista, como se ha estado propagando desde las altas instancias del país - sotto voce eso sí -, sino de una cierta peste a negocios "sucios", digamos, o incluso de alguna conducta delictiva en torno a ambos pilares de la "Catalunya eterna". De todas formas esto último sería accesorio respecto a la necesaria reprobación ética: se demuestre o no que han cometido un delito tributario no nos hallamos precisamente ante unos ciudadanos modélicos.

¿Habrá ahora, o en el futuro próximoo, algún reconocimiento de que la corrupción en Catalunya pudiera no ser simplemente un episodio aislado, muy reducido respecto a la podredumbre española, y que derivaría de las insuficiencias económicas derivadas de un régimen autonómico que penaliza al país? Seguramente no. Será, única y exclusivamente un invento de la "Brunete mediática" en colaboración con el CNI.

P.S: Por cierto, respecto a la "teoría de la conspiración" y su apoyo institucional, El Confidencial señalaba optimistamente hace unos meses (30 de octubre de 2015):

"Dirigentes de Convergència, y especialmente el propio Artur Mas, están realizando un importante esfuerzo para extender entre los ciudadanos catalanes la tesis de la conspiración por lo que hace a la actual ofensiva judicial contra la familia Pujol ferrusola y sobre el caso del 3%.

Sin embartgo, fuentes del aprtido reconocen que, aunque inicialmente este planteamiento tuvo un cierto éxito, el continuo goteo de actuaciones judiciales sobre estos asuntos que se ha producido últimamente está cambiando la situación.

Así, según las mismas fuentes, la teoría de la conspiración está comenzando a perder fuelle entre unos ciudadanos que están hartos de casos de corrupción política, tanto en Catalunya como en el estado español, y que cada vez tienen menos eonfianza en los dirigentes políticos".

("Dirigents de Convergència, i especialment el mateix Artur Mas, estan realitzant un important esforç per estendre entre els ciutadans catalans la tesi de la conspiració pel que fa a l'actual ofensiva judicial contra la família Pujol Ferrusola i sobre el cas del 3%.

Tanmateix, fonts del partit reconeixen que, tot i que inicialment aquest plantejament tenia un cert èxit, el degoteig constant d'actuacions judicials sobre aquests afers que s'ha produït últimament està canviant la situació.

Així, segons les mateixes fonts, la teoria de la conspiració està començant a perdre pistonada entre uns ciutadans que estan farts de casos de corrupció política, tant a Catalunya com a l'Estat espanyol, i que cada vegada tenen menys confiança en els dirigents polítics.")

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