26 de abril de 2015

Crónica de la Nueva Edad (26/04/2015)


Mi querido Vicent-Jiménez-Losantos-Partal, consciente del peligro que representa Podemos, y que el inefable President explicitó hace poco al señalar que esta opción política "distrae" del objetivo de la secesión al volver a situar el eje del debate entre derecha e izquierda y no entre España y Catalunya (¿se puede decir más claro a los izquierdistas, por llamarlos de alguna manera, de las CUP?), se relamía, hace ya algunos días, ante la rendición de pleitesía que Pablo Iglesias haría ante Felipe VI. Así, de paso, rehabilitaba el "abrazo" entre el líder de las CUP y Mas que tan acertadamente criticó aquél. Lamentablemente, el saludo y el regalo de Game of Thrones, calculadamente ambiguos, no le ha permitido extraer todo el jugo del descrédito que esperaba pero él y los suyos persisten en su empeño: ningún partido suscita entre los secesionistas radicales tanto desprecio y rechazo como la nueva formación ante la posibilidad de que una regeneración constitucional que busque un "nuevo encaje" para Catalunya, opción, según las encuestas, preferida por una buena parte de los ciudadanos catalanes, acabe empantanando el órdago independentista.

Aunque Podemos acuse el desgaste, especialmente el provocado por el iluminado poeta e intelectual Monedero, sigue manteniendo todavía unas altas expectativas en Catalunya. Tan sólo la movilización masiva de los medios de comunicación nacionales puesta en marcha parece capaz de evitar su fuerte irrupción en el Parlament y Partal y los suyos ya se han puesto el traje de faena: les va mucho en juego, demasiado para la suerte del proyecto secesionista. Seguramente conseguirán erosionar lo suficiente el movimiento de Iglesias y compañía pero...