5 de junio de 2014

Sobre esa Causa General que sirve de fundamento a la crítica


Me pregunta F. acerca de esa "Causa General de la Humanidad" de la que uno se sirve "para poner en solfa" nacionalismos, populismos o la legítima lucha por mayores "niveles de democracia". Considera que si no explico bien de qué estoy hablando en realidad cometo un fraude intelectual.

Bien. Confieso que no creo que sea para tanto pero pongámonos, al menos inicialmente, no va uno a redactar un Tratado, sobre el asunto. Para ir al grano y dejarnos de retóricas postestructuralistas:

- La Causa General de la emancipación de la Humanidad es, por supuesto, una modelización, una abstracción, un ideal regulativo: algo a lo que se tiende, a lo que se aspira y que, en vitud de ello, pretende organizar y jerarquizar la acción de un determinado sujeto, en este caso, del que ahora escribe. No tiene, por este carácter ideal, correlato fáctico alguno: es contrafáctico. De hecho, no sólo no se ha realizado sino que cabe dudar de que haya habido aproximaciones históricas siquiera. De todas formas, eso no es importante moralmente hablando. Lo moralmente bueno, el bien supremo, se lo defina como se lo defina, es importante en la eticidad aunque no tenga dimensión empírica;

- aunque podría estar vacía de contenido y enunciarse tan sólo formalmente para mostrarse como máximamente universal, es decir, como proyecto que pudieran estar en situación de subscribir todos los seres humanos, tiene un cierto contenido que podría enunciarse así: "Acabar con la explotación del hombre por el hombre" aunque también podría admitir una formulación más formal al estilo kantiano: "Tratar a todo ser humano como un fin en sí mismo y no como un medio para un fin";

- esta Causa General, que no Total, "General" en el sentido de "genérica", de concerniente y perteneciente al "género" Homo, se puede acompañar de la expresión "de la emancipación" en el sentido que el fin de la explotación, el tratamiento de cada ser humano como un fin en sí mismo y no como un útil del que valerse para conseguir la satisfacción de los objetivos propios, implica el objetivo de la liberación de cualquier forma de coerción que no sea aceptada y consensuada por los participantes en la interacción humana;

- finalmente, aquí y ahora, la tarea ética principal para aproximarse al ideal no puede ser otra que la lucha no utilitaria contra los mecanismos de explotación vigentes, vinculados al modo de producción capitalista y sus variantes: seguramente si se lograra acabar con este modo de producción y distribución emergería otro que incorporaría algún sistema de explotación. ¿Y?... Ya se ha dicho que el ideal no tiene realización ni concreción histórica, empírica... Pues a seguir en la tarea crítica y en la lucha...

Lo siento, F. Uno cree en una acción moral sin éxito posible. Las que prometen o auguran el éxito me preocupan: las fosas comunes están saturadas de sus logros.

P.S: Algún día y en otro lugar intentaré ser más preciso y argumentar rigurosa y detalladamente esta "toma de posición".