4 de febrero de 2014

María Acaso, la farsa y la Super Bowl

 

María Acaso denuncia, en una entrevista, que la enseñanza actual es una farsa. Sin entrar en la jerga postestructuralista mal digerida e ininteligible que utiliza, demuestra su absoluto desconocimiento de la realidad y su impostura intelectual, al responder de este modo a una pregunta ciertamente fundamental:

" -Entiendo que esa relación que me describe sólo se puede dar en aulas poco masificadas…
-Es un factor esencial, está claro. De hecho, en los países en los que se funciona con una educación más progresista, las ratios por clase son pequeñas. Aún así, esto que estoy diciendo lo puedes hacer perfectamente con 200 alumnos. Hay muchos factores que el profesor tiene a su alcance y que, de alguna manera, pueden rebajar el miedo y el sistema."

"Lo puedes hacer perfectamente con 200 alumnos": pues será en la Universidad. Pruebe a hacerlo usted en la Secundaria con más de diez alumnos. Pruebe a "habitar el aula" y "acompañar a los alumnos" con treinta y cinco adolescentes en la clase y durante cinco horas diarias. Pruebe...

Cuanta palabrería...

Más interesante para uno es dejar constancia de su satisfacción por la derrota de los Denver Broncos en la final de la liga profesional de futbol americano. Peyton Manning, el quarterback de los de Denver, nunca ha sido santo de mi devoción y menos este año en el que ha batido casi todos los records de la liga y muchos comentaristas han especulado con su condición de mejor QB de la historia. Por contra, sólo ha ganado un título mientras que Montana (4) o Aikman (3) incluso Tom Brady (2 y consecutivos) han sido capaces de hacer a sus equipos mejores y dominantes.

El aspecto más negativo de la final es que, lamentablemente, un año más, el esquema entre lo apolíneo y lo dionisíaco bajo el que a uno le encanta ver el fútbol americano no ha podido aplicarse: los Seattle Seahawks del "bestial" Marshawn Lynch, de quien hace un tiempo dejó uno por aquí un video de una carrera suya que condensaba como pocos la plasticidad, fuerza y belleza de este deporte, pueden ser un plasmación de lo corporal, lo desdibujado, la ruptura de las líneas, el flujo intenso pero Manning no es Tom Brady: no evoca a Apolo sino más bien al Ayax de Troy, la película de Wolfgang Petersen.