28 de febrero de 2014

"Otro" viaje a Italia (III): Wallace Stevens y Pisa


17 de julio de 2012. Primera parte.

Por uno de esos lapsus con motivos fundados más allá de la falta de concentración, al despertar me viene a la memoria un fragmento de un poema de Wallace Stevens que creo dedicado a Firenze. Recuerdo, más o menos, más menos que más en realidad, los versos "La vida de la ciudad nunca reposa. Tú no lo quieres. / Eso es parte de la vida en tu cuarto. / Sus cúpulas son la arquitectura de tu lecho.". Oigo los gritos de los operarios y paletas que rehabiltan un edificio cercano y contrapongo la presunta quietud de las cúpulas de Stevens al ajetreo que sacude mi modorra. ¿Será así a partir de ahora? ¿Una continua frustración de expectativas literariamente construidas? ¡Son las ocho de la mañana!

No será hasta que ponga orden a estas notas que me aperciba que el poema de Stevens habla sobre Roma y no sobre Firenze y que el fragmento que recordaba decía así:

"(...)
Y tú, tú eres quien lo habla, sin articularlo,
las sílabas más excelsas entre las cosas más excelsas,
el invulnerable entre rudos capitanes,
la desnuda majestad, si lo prefieres, de los arcos
de nidos de pájaros y bóvedas salpicadas por la lluvia.

Los sonidos penetran. Recuérdanse los edificios.
La vida de la ciudad nunca reposa. Tú no lo quieres.
Eso es parte de la vida en tu cuarto.
Sus cúpulas son la arquitectura de tu lecho.
Las campanas repican sin cesar nombres solemnes
en coros y coros de coros,
negándose a que la misericordia sea un misterio
del silencio, y a que cada soledad del sentido
pueda darte más que sus peculiares acordes
y las reverberaciones adheridas en un susurro (...)"

("A un viejo filósofo en Roma", trad. de Alberto Girri).

Tras desayunar con el ruido de los andamios empezamos lo que será nuestro recorrido por el interior de la Toscana por carreteras secundarias hasta Lucca y Pisa. Estaba pensado un camino por rutas principales más rápido y eficiente pero, como de costumbre, entre la ineptitud de uno y la del GPS acabamos realizando un largo itinerario que embellecimos gracias a la percepción de que estábamos efectuando un auténtico viajecito por la Toscana cinematográfica: la de los caminos de cipreses, viñedos, bosques y pequeños pueblos.

Desde Firenze a Pisa logramos cumplir el plan de viaje trazado por Google y el navegador. Ya en Pisa hubimos de aparcar en las afueras y coger un autobús para acercarnos al Duomo: pese a que habíamos llegado relativamente temprano, la ciudad hervía de autobuses y turistas cuya densidad se hacía más sofocante cuanto más nos acercábamos a la Torre. Al pasar bajo la muralla que da entrada al complejo, la Torre, no demasiado majestuosa a la primera mirada, se mostraba rezumante de visitantes: como un tronco devorado por miles de termitas. A los pies del Battistero de Sant Giovanni decenas de turistas tomaban el sol sobre la hierba en pequeños grupos. Por el camino que llevaba al monumento resultaba difícil caminar entre los que se apiñaban en torno a las tiendas de souvenirs, los que se arremolinaban alrededor del o la guía de rigor y todos aquellos que, subidos en los pequeños pilares que festonean la acera izquierda separándola del césped, se tomaban la rigurosa fotografía que simula al protagonista sosteniendo la Torre inclinada. Clàudia fotografió esa serie que ofrecía casi más interés que su ya conocida silueta: ese perfil que aprendimos de pequeños y que muchos de nosotros llevamos grabado en nuestro recuerdo, resultaba, en buena lid goethiana, corresponderse casi exactamente con el objeto real.

26 de febrero de 2014

El prólogo que Manuel Fuentes escribió para "Filosofía de la minucia"


Hace unos meses dejó uno por aquí los prólogos que escribieron Antonio Orihuela y Carlos Piera para Las vidas de las imágenes y Del Tercer Reich respectivamente. No lograba encontrar la redacción original del que Manuel Fuentes escribió para Filosofía de la minucia. Es probable que el amargo regusto de la experiencia de la publicación en Bartleby fuera seguido de una serie de actos fallidos de represalia entre los cuales estaba la desaparición del prólogo. En fin...

Sin embargo, esta semana, rastreando en discos duros antiguos por motivos de trabajo, he encontrado el original perdido del cual dejo aquí constancia. Gracias Manolo.

"Fundar una poética supone un transitar de ida y vuelta entre el mito y el logos, entre una sombra y la sombra de otra sombra; supone establecer provisionalmente desde la especulación, en su significación etimológica, un triple diálogo entre las voces que construyen el texto. Filosofía de la minucia, de J. Jorge Sánchez, explicita ese proyecto desde el poema liminar, cuyo título, “Del mito al logos”, construye el proceso. La creación de una estirpe en la que apenas hay un nombre y el número de una calle porteña son las únicas marcas referenciales de la voz sin nombre de la ficción de una mujer cuyo monólogo dramático –lejos de los tonantes Browning o Cernuda, y próximos a la despersonalización de Alberto Girri y Alejandra Pizarnik- viene a ser la estrategia para inquirir minuciosamente el stream of consciousness de esa ficción textual. El símbolo del Graf Spee hundido en el Río de la Plata –inevitable recuerdo, por otra parte, del excelente libro anterior del autor, Del Tercer Reich- opera como mito de ese dark continent sepultado en las aguas y en la mente de una mujer anónima. Y de esa deep grammar, de ese Graf Spee, varado en la ciénaga del mar de la memoria leeremos manchas, imágenes de aceite que la superficie de las olas –de los textos- arrojarán a la playa de la conciencia del lector. Filosofía de la minucia, título que inevitablemente evoca la Filosofía de la miseria de Proudhon, funda la voz de una mujer desposeída y rota que se afianza inestablemente en la batalla del lenguaje, en los fragmentos de una poesía de la conciencia que unifica el proceso de la escritura. “Considerar la imaginación como metafísica –afirma Wallace Stevens- es pensar que constituye una parte de la vida, y pensar que constituye una parte de la vida es comprender una parte del artificio. Vivimos en la mente” Pensar y poetizar se resuelven finalmente formas nominales distintas de un mismo proceso en el que Heidegger –“Todo poetizar, en sentido amplio, es en su fondo un pensar”- está permanentemente presente; así, en el poema “Ser y tiempo. Martin Heidegger”, uno de los textos centrales del libro desde la perfección de la construcción hasta el sentido último que lo justifica, la kehre –traducir sería entrar en otra sombra del lenguaje- atribuida a la otra sombra que habita el libro –la presencia autosuficiente y ególatra del hombre cuyo tiempo es tiempo sin desperdicio- no puede cambiar el ser de la voz como despojo. Ese otro que escribe un libro para demostrar que Nietzsche tiene más en común con Kant/de lo que comúmente se cree […] (“Así habló Zarathustra. Friedrich Nietzsche”), pero que olvida que los críos están inquietos y yo necesito que la inmanencia/sea más que una palabra y recorra mis nervios; radical enfrentamiento entre dos sombras que representan dos posiciones ante el lenguaje: de un lado, la dialéctica, considerada como una lucha por la sabiduría frente a la retórica, entendida como batalla por la sabiduría para conquistar el poder; ese otro que entre unas notas para un curso sobre “El imperativo categórico” esconde una carta en la que prometes amor eterno a H […] (“Investigaciones lógicas. Edmund Husserl, IV”); ese otro, que no es más que un Calicles vulgar y corriente (“Diálogos. La República. Platón”); ese otro narrado en el que el lenguaje que lo construye es sólo un fantasma de la representación del poder frente a otro que busca la inasible certeza de ser. Filosofía de la minucia neutraliza la distancia entre discursos aparentemente divergentes –poesía/filosofía- al reconstruir en la voz dramática del personaje de ficción otro discurso que los contiene y trasciende. Equivocada, no por menos aventurada, sería una lectura –hermenéutica- que tratara de establecer la derivación entre el núcleo de significación –el título de cada texto- y el discurso del monólogo interior que desde la periferia trata de capturar la última presa. Parquedad imaginística, deliberada musicalidad de la armonía entre el fluir de la conciencia y la forma que la expresa –en este sentido es el texto “Psicopatología de la vida cotidiana. Sigmund Freud”, dramática taxonomía obsesiva de las minucias de la realidad, quizás una de las cimas del proceso y uno de los poemas que bordea la angustia plena de la existencia-; exclusión de la impostación, eliminación de la elegía, supresión de la metáfora brillante que oculta en su artificio la radicalidad de la esencia del lenguaje, descrédito de la enumeración caótica como aleatorio e irracional mecanismo de exploración de la conciencia –[…] No quisiera que/la única reflexión/de la que sea capaz/fuera la enumeración caótica/de las minucias por hacer. […] (“Meditaciones metafísicas. Descartes”), pliegues y márgenes de la lengua que expresan el cuerpo, que son pliegues del texto (“Márgenes de la filosofía. Jacques Derrida”); al fin, descubrir –mejor revelar- la usurpación de la lengua como instrumento de seducción y mentira, y devolverle –mejor retornarle- a través de la ficción una parte luminosa de su antigua verdad. Y es en esa contienda en el lenguaje, entre el mito y el logos donde se libra la última batalla del ser. Es éste y quizás sea éste uno de los ofrecimientos finales de un libro que, a la manera de Kafka –a través de Ingeborg Bachmann-, es “un hacha para el mar congelado en nosotros”. Filosofía de la minucia no es el análisis de las cosas de ‘poco valor y entidad’, sino la indagación en el significado etimológico del vocablo: ‘pequeño’, en el mundo que no se habla, pero que nos dice, desde la minucia de la filosofía, que es, finalmente, la minucia de la poesía."

Manuel Fuentes Vázquez
Universitat Rovira i Virgili

24 de febrero de 2014

Miserias pedagógicas


El Blog de Alberto Royo está entre los más interesantes que uno ha leído en torno a temas educativos o, mejor, en torno a asuntos relacionados con la enseñanza. Ya se ha dejado constancia más de una vez en estas páginas. Alberto es una persona razonable y ponderada, virtudes que hoy día no abundan precisamente. Virtudes que, es más, son sospechosas para la inmensa mayoría de las élites productoras de opinión de este país (denominarlas "intelectuales" es excesivo). Por fortuna, él persevera en cultivarlas y las traslada a las reflexiones que publica tanto en la prensa escrita como en sus cuadernos.

Pues bien, el bueno de Alberto se las ha visto en un debate de La 2 con la inefable María Acaso y con el economista metido a pseudopedagogo Sebastián Barajas. El programa no tiene desperdicio y muestra la objetiva confluencia entre la jerigonza pedagógica progresista y el neoliberalismo: su connivencia, a poco que uno esté atento, se muestra de manera escandalosa y vuelve a apuntar la necesidad de que la izquierda vuelva a pensar la enseñanza si no quiere seguir protagonizando el papel de "tonta útil" que le han aisgnado ciertos poderes a los cuales, además, dice combatir.

Por otro lado, Xavier, tras verlo, se pregunta "¿Qué clase de país puede ser aquel en que alguien como la Sra. Acaso está dando clases en la universidad?". Pues éste en el que para dar conseguir un puesto de docente basta con medrar y arrastrarse un poco (o mucho). Sólo en un país como éste en el que la endogamia y el nepotismo son los criterios únicos y exclusivos de acceso a la docencia universitaria (con algunas honrosas y coyunturales excepciones en el ámbito de las ciencias "de verdad") pueden producirse especímenes de esta índole. No es extraño que ninguna universidad del estado español esté entre las mejores de Europa (por no hablar del mundo).

P.S: Por cierto, hoy publica en su cuaderno sus respuestas a las objeciones que una tal Lucía le presentó en la web de TVE y no tienen desperdicio. Esta Lucía parece uno de esos docentes, afortunadamente minoritarios en la Secundaria catalana, que hacen de la apología de la desmemoria y el emotivismo el eje de su actuación. Esos mismos que, hasta donde uno recuerda, acostumbran a coincidir con ese grupo de docentes, también todavía en minoría en la Secundaria catalana, que suplen con su verborrea, calidez y "amistad hacia los alumnos" la falta de compromiso, seriedad y rigor en su trabajo.

23 de febrero de 2014

Álvaro, Eduardo y la República


Domingo que anticipa la primavera en Barcelona. Hemos bajado hasta la playa y recordado, al paso, porqué hubo un tiempo en que esta ciudad nos parecía hermosa. Era la época en que mirábamos al Mediterráneo. De hecho, para ser más exactos, la época en que contemplábamos el mar día sí, día también. Es sólo a estas edades, en las que - a falta de otras cosas - el archivo literario está omnipresente, que uno lo lee como "estar cara al Mediterráneo" e, inmediatamente, toda una panoplia de agazapadas referencias literarias, filosóficas y culturales (el "Mare nostrum", la multiplicidad de culturas, Grecia, Roma, Egipto, los Fenicios, el alfabeto, el paso del mito al logos, el comercio, etc.) invaden el entendimiento para "embellecer" lo que no va más allá, en principio, de una sencilla observación de la llanura azul.

A la vuelta, hemos cocinado un conejo y abierto una botella de Ribera del Duero de esas que se guardan para las "grandes ocasiones". Por la tarde, aun bajo los efectos del "bienestar", uno ha estado "hojeando" sus cuadernos preferidos en la Red. Y, quizás por esa necesidad estética de la que hablaba antes, se ha detenido páginas y páginas en dos que hacen de la literatura, de su lectura, su escritura y su experiencia, su eje: los de Álvaro Valverde y Eduardo Moga. Hay otros tan interesantes o bien escritos como estos dos. Pero en los demás, casi siempre para bien, habitualmente se cuela lo extraliterario: en ocasiones hasta el exceso. Y hoy no era el día de los "estados de cosas" que denominamos "mundo", de esas otras repúblicas en las que acontece de todo y apenas literatura y arte. Cuando se ha acabado la peregrinación, la impresión de que en Barcelona, hoy, también se podía ser ciudadano de la República de las Letras y sólo de ella, ha dominado el ánimo.

22 de febrero de 2014

ONG's


Ayer, sin ninguna película digna de tal nombre en la televisión, demasiado cansado para ir al cine o para seguir con El principio esperanza de Bloch (todo un tour de force de mil quinientas páginas), uno se dispuso a aguantar "Equipo de investigación", en "La Sexta", esperando la habitual retahíla de fragmentos sensacionalistas que prometen más de lo que luego dan. Sin embargo, en esta ocasión, hubo un conato, mal narrado como siempre y abusando de los titulares y el énfasis, de periodismo de investigación del clásico, del que apenas se practica ya por estos pagos: el negocio de la ropa usada del que se benefician las ONG's.

Desde los esquemas marxistas criticábamos, allá por los ochenta, las incipientes organizaciones no gubernamentales. Las considerábamos instituciones de espíritu cristiano que sustituían con el voluntarismo de la sociedad civil las obligaciones del estado y promovían una caridad mistificadora y desculpabilizadora que acababa fomentando una "falsa conciencia" sustentada en la tácita aceptación del estado de cosas existente. Nos quedamos, como casi siempre, cortos. No supimos ver algo que Peter F. Drucker, en su libro La sociedad poscapitalista, ya intuía: el papel de las "organizaciones" en el futuro de la economía y la política en la sociedad capitalista tardía que se perfilaba. Y menos todavía que estas organizaciones acabarían convirtiéndose en empresas.

Y es que si la exterioridad del sistema es una ilusión, la "larga marcha a través de las instituciones" - en la inmensa mayoría de sus formas - acaba no sólo fortaleciendo el sistema que pretende destruir sino pervirtiendo las intenciones y objetivos de los que inician ese camino transformándolos con inusitada violencia...

21 de febrero de 2014

"Miles de tierras" comienza a funcionar


Y, finalmente, Miles de tierras, la antología de poesía dedicada a las Brigadas Internacionales, empieza su andadura después de una larguísima espera. Ana Cañamares ha puesto en marcha el Blog donde se irán colgando los poemas. Cuando estén todos, le daremos la forma definitiva. Dejo aquí la presentación de este libro "en progreso":

"Hace muchos años, cuando el pueblo español libraba un combate singular contra los fascismos europeos, vio de pronto que decenas de miles de jóvenes de todo el mundo se aprestaban a venir y a luchar para apoyar su causa. Los voluntarios de las Brigadas Internacionales ayudaron a mantener durante dos años una resistencia heroica hasta que finalmente, por motivos distintos, fueron retirados. Fue en ese momento, octubre de 1938, cuando los poetas de la España republicana decidieron hacerles un homenaje con lo mejor que tenían: la palabra. Y fruto de esa voluntad fue un libro de poemas que Antonio Machado tuvo el honor de presentar. De ese prólogo extraemos lo siguiente:

Cuanto hay de trágico en la gesta española de nuestros días culmina en el hecho de que hayan de abandonarnos nuestros mejores amigos, los hombres abnegados y gene­rosos... que han combatido por un ideal de justicia y por la España auténtica, frente a los traidores de nuestra casa y a los merce­narios y serviles...
... Amigos muy queridos, compañeros, hermanos: la España verdadera, que es la España fiel al Gobierno de su República, nunca podrá olvidaros. En su alma lleva escritos vuestros nombres: ella sabe muy bien que el haber merecido vuestro auxilio, vuestra ayuda generosa y desinteresada, es uno de los más altos timbres de gloria que puede ostentar.


73 años más tarde, en mayo de 2011, un grupo de poetas madrileños quiso volver a rendir homenaje a aquella juventud generosa y lo hizo, de nuevo, con lo mejor que tenían: su palabra. Reunidos en el Ateneo de Madrid, y mientras en la calle sonaban los ecos de la juventud rebelde –el 15 M–, desgranaron un ramillete de poemas que hoy, tres años después, queremos ofreceros a todos los que sentís admiración por los espíritus solidarios y generosos, los de ahora y los de entonces.
Con este fin, y a lo largo de varias semanas, iremos colgando los poemas que se escribieron específicamente para el recital. Al final podrá descargarse el libro completo -en el que participan treinta y tres poetas- para que todo aquel que quiera recordar pueda hacerlo; y pueda decir también que un trocito de estas MILES DE TIERRAS es suyo, nuestro, de todos."

20 de febrero de 2014

Crónica de la Nueva Edad (20/02/2014)


Es evidente que uno siente poco aprecio por el secesionismo: ni en sus formas más intolerantemente patrióticas, ni en las más edulcoradas, aquellas "simplemente" nacionalistas. Ahora bien, cada día siente menos aprecio todavía por ese otro patriotismo que se disimula y se miente, y nos miente, bajo una cierta "apariencia democrática" a fin de perpetuar su hegemonía. Hablo del nacionalismo español encarnado en UPyD, en el PP y en la inmensa mayoría del PSOE. Votar contra "el plan secesionista de la Generalitat de Catalunya" en las Cortes es un ejercicio tan demagógico e insano como la declaración de soberanía del Parlament de Catalunya. Es más, en realidad es todavía peor. La declaración del Parlament tiene un aroma teatral con su punto patético pero la moción de las Cortes tiene un odioso aire chulesco de provocación que, además de innecesario, a uno le parece chabacano, chusco.

Y mientras, nuestro President sigue haciendo el ridículo quejándose en público y en privado del "egoísmo de Europa" lo cual, nos tememos, no le sirve para granjearse más apoyos por cierto. Pero es que recibe tan pocos... Casi se podría decir que la serie de portazos es humillante. Incluso uno, que no desea pensar en esos términos, siente la tentación de escribir que "Catalunya no se merece" este ninguneo. No obstante, el craso error de cálculo que ha conducido hasta aquí y la infantil actitud de queja y empecinamiento que declina asumir el "estado de las cosas" y plantearse unos objetivos realistas, es decir, acorde con la actual correlación de fuerzas, no es atribuible al secesionismo en cuanto tal sino más bien a su principal líder. Al menos hasta el momento.

Así no resulta extraño que la convicción de que sólo la propuesta secesionista de la CUP no es una farsa se vaya abriendo camino entre más ciudadanos una vez constatado que sólo los más obcecados (o pérfidamente embusteros) siguen negando la evidencia de que la independencia de Catalunya conllevará automáticamente una salida de la Unión Europea sin clara fecha de retorno.

19 de febrero de 2014

Manuscritos



De Madrid no se trajo uno sólo vivencias. También manuscritos y proyectos. Entre las manos, es un decir porque sería más correcto precisar "en el Escritorio de mi ordenador", está el manuscrito del nuevo libro de Gsús Bonilla que, en principio, publicará también, como Contra Visconti, Baile del Sol este año. Ya fuimos compañeros en Bartleby, con distinta memoria aunque no tan diferente suerte y, si todo sigue su curso, lo volveremos a ser. Espero que en esta ocasión la experiencia le deje a uno mejor sabor de boca. También está en ese lugar virtual, pero muy real, el último trabajo de David Vázquez. Han ido a parar a la misma zona, el medio oeste de la pantalla, donde está ya desde hace algunas semanas, esperando el momento de hincarle el diente, la nueva novela de mi hermano, sin título definitivo todavía. Se acumulan los deberes.

Y, con los manuscritos, vino de Madrid el impulso final para el volumen dedicado a las Brigadas Internacionales que Ana Cañamares empezó a mover hace un par de años y al que uno se incorporó después. Un proyecto que ante el silencio de "La oveja roja" deberá ver la luz digitalmente. Primero en un Blog dedicado al proyecto que Ana está montando y después seguramente en Bubok. Gsús se ha sumado y está preparando la portada. Hay que decir que en la nómina de la Antología figuran, además de Ana, Gsús y el que escribe, David González, Laura Casielles, Carlos Salem, David Eloy Rodríguez, Ángel Guinda, Luis Luna, Miguel Ángel García Argüez, Alberto García-Teresa, Matías Escalera Cordero, Fernando Sabido, Francisco Redondo, Miguel Pastrana, Mirta Núñez Díaz-Balart, Nuria Rovira Ayuso, Jesús Vicente Aguirre, Ángel González González, Antonio Díez Fernández, Mª Ángeles Fernández Jordán, Abel Aparicio, Sonia Fides, Mª Luisa de la Peña, Mikel Méndez, Esther Lapeña, Begoña Abad, Celia García López, Ana Vega, Lluís Pons Mora, Guido Guiri y Mª Jesús Silva García.

18 de febrero de 2014

Presentación en Madrid y Cézanne


Nuevo fin de semana en Madrid a cuenta de la presentación de Las vidas de las imágenes en el bar-librería "La Marabunta" pese a que esta vez la ciudad nos brindó lluvia y frío en lugar del sol que hasta ahora nos ha acostumbrado a ofrecer.

El viernes por la noche, de la mano de Esteban Gutiérrez ("Baco") que ofició como maestro de ceremonias, y de Gsús Bonilla, que tuvo la paciencia de encargarse de los problemas de logística (que no fueron pocos), presentamos Las vidas de las imágenes en "La Marabunta", un acogedor local de Lavapiés que suple con su encanto lo intrincado de su localización. Sin congregar a tanta gente como el de Barcelona, el acto no fue un fiasco como el de Valencia y fue un placer ver entre el público, junto a poetas consagrados (Ana Pérez Cañamares, Ángel Guinda o Gsús Bonilla) y a otros que alborean (David Vázquez o, ¡sí!, Jorge Sánchez López, mi homónimo - eso sí, más joven y con más cabello, vaya por delante -), a absolutos desconocidos que siguieron siéndolo una vez acabada la lectura. Unas cervezas y empanadas después, en ese barrio de la República de las Letras que atraviesa el Madrid de mis "amigos literarios", uno tuvo la impresión de que si, como leía el otro día en el cuaderno de Eduardo Moga, hay - o debería haber - una relación entre "enemigos literarios" y relevancia de la obra literaria, la que haya entre los "amigos literarios" y ésta, aunque seguramente es casi inexistente debido a la superioridad de la fuerza de lo negativo (Hegel), en aquellos otros sentidos más vinculados a la experiencia inmediata de vivencia de lo cotidiano puede llegar a ser tan intensa como para justificar esta probable carencia.

Al día siguiente nos esperaba una exposición de Cézanne que resultó decepcionante por la ausencia de una gran cantidad de obras fundamentales. Comparativamente, la muestra de su amigo Pissarro, que vimos hace poco, fue realmente representativa. Aquí, el esfuerzo de los organizadores por dar coherencia a la colección mediante la oposición "site/non-site", que podía haberse explicado más llanamente y con menos esnobismo postestructuralista en términos de "naturaleza viva/naturaleza muerta", acababa revelando la falta de demasiadas obras de su trayectoria. Es la segunda ocasión que una exposición en el Thyssen se muestra, al gusto de uno, como escasa y artificiosa. No sé si la institución de la baronesa ha consumido todo el crédito pero poco le falta teniendo en cuenta los precios que cobra.

Atendiendo la recomendación de mi querido Esteban, buscamos redención del disgusto con un estupendo cuarto de cordero asado acompañado de un gran Ribera del Duero, sugerido por Robert ya hace muchos meses, en un conocido restaurante de la ciudad. Unas verduras más flojas y un sorprendente sorbete de manzana con sidra les acompañaron dando inicio a una segunda parte de la estancia en Madrid presidida por el buen comer y el no menos importante buen beber. También hubo tiempo para otras actividades como la compra de libros de editoriales que apenas llegan a Barcelona (Origami o Baile del Sol), paseos o una visita a las casetas de la Cuesta de Moyano donde hallamos una antigua traducción del Para qué sirve la literatura (¡qué pregunta!) de Sartre y Simone de Beauvoir que adquirimos como curiosidad arqueológica.

Ahora, a esperar la próxima oportunidad.

17 de febrero de 2014

"Otro" viaje a Italia (II): De Fiumicino a Firenze


16 de julio de 2012.

No es difícil constatar cómo nuestro viaje arrastra el modelo goethiano de buen principio. Aprendido e interiorizado como "verdadero", a través de los medios de comunicación, que la economía italiana se encuentra, como la española, al borde de la "intervención" por "los hombres de negro" de la Unión Europea rápidamente la vista encuentra pruebas de la posible crítica situación en el mismo aeropuerto de Fiumicino. Poco importa que el vuelo de Al Italia haya sido ejemplar o que, contra la vox populi, no haya habido retrasos y no se hayan perdido las maletas. En las ventanas sucias, las paredes agrietadas, las cintas transportadoras avejentadas o las escaleras mecánicas estropeadas uno encuentra lo que le había sido inculcado. Sin embargo, ¿acaso no había sido así ya, veinte años atrás la primera vez que aterricé en este aeropuerto?

Da igual. la impronta goethiana funcionará tanto si lo quiere uno como si no aunque uno se pregunte cómo se encontrará de aquí a veintinco años la flamante T1 del aeropuerto de Barcelona máxime si el Estado continua cediendo parcelas de responsabilidad públicas a la fauna privada.

Sin problemas, alquilamos un coche para desplazarnos hasta Firenze. Habría que anotar que, hace cuatro años, en un viaje de Edimburgo a Munich, sufrimos lo indecible para alquilar un coche. Sí, el presumido y frío aeropuerto Franz-Josef Strauss estaba limpio y reluciente pero en la Hauptbanhof donde debía alquilarse el coche todo fueron esperas, descoordinaciones y dilaciones. Como Goethe, que anotaba que el prejuicio de la pereza de los italianos debía ser desterrado, cabe desterrar el del funcionamiento engrasado y eficaz de los alemanes.

Las casi tres horas de autopista hasta Firenze vuelven a permitirnos trazar, sincrónicamente, comparaciones entre las autopistas del sur de Alemania, con sus interminables colas y sus continuos accidentes, las catalanas, siempre tan denostadas por más motivos de los que uno recuerda, y estas primeras italianas que tenemos ocasión de seguir que constan de dos carriles estrechos y asfixiantes y que nos merecerían observaciones muy desaprobatorias si fueran las propias. "En todos sitios cuecen habas".

Por fin, la bella Firenze nos recibe a última hora de la mañana. Entramos derechos, según las instrucciones del GPS, al casco antiguo en cuyo perímetro más exterior, hacia el nordeste, está nuestro apartamento: un amplio dúplex en un edificio de cuatro plantas sin ascensor y fachada decimonónica. El cruce de varios semáforos en rojo que, sin embargo, no regulan ningún paso de peatones no nos llama la atención. Sólo cuando llega la hora de instalarse y buscar aparcamiento en un parking, el vigilante nos pregunta, ladinamente, si hemos pasado algún semáforo en rojo hasta llegar allí y cuántas veces lo hemos hecho. Respondemos, dejándonos más de un paso indebido, y al hacerlo nos enteramos de que, por cada cruce, hemos cometido una infracción castigada con multa de no menos de cincuenta euros. Ante nuestro espanto, añade que se ofrece a gestionar directamente en el Ayuntamiento la cancelación de estas multas si dejamos el coche suficiente tiempo en su garaje como para poder pretextar que estaban justificadas para llegar a nuestra plaza reservada. Los tópicos afloran rápidamente. Por suerte, el buen estado y las comodidades del apartamento, evitan que la imagen típica reine demasiado tiempo en nuestro ánimo.

A mediodía un buen plato de pasta fresca con tomatitos cherry y abundante albahaca y un primer paseo hasta el Duomo con repetidas vistas a la impresionante cúpula de Brunelleschi desde las calles adyacentes en lo que no deja de ser un remake turístico de A room with a view.

14 de febrero de 2014

Crónica de la Nueva Edad (14/02/2014)


J., un viejo compañero, me escribe a propósito de este cuaderno. Dice alabar el "intento de equidistancia" que preside el trabajo de uno y lo califica como un "ejercicio de honestidad intelectual pese a que, lamentablemente, está condenado al fracaso porque siempre hay que acabar tomando partido". Sin embargo, al lado de estos halagos, protesta (uno estaría tentado de decir, "airadamente") por la crítica que sufre la izquierda compañera de viaje del proyecto secesionista máxime cuando es tildada por aquí de "tonta útil" y añade: "El rechazo de los empresarios a la independencia demuestra que ahí hay un contenido progresista que no podemos ignorar si somos de izquierdas". Algo así como "si el empresariado está en contra es que ha de ser bueno". Y uno, al leer las palabras del bueno de J., no puede evitar pensar que:

a) cada vez tiene menos claro que sea de izquierdas tal y como lo entiende J. Seguramente uno comparte más postulados de la izquierda "realmente existente" que de la derecha pero no muchos más pues no hay tantas diferencias entre ambos "polos": en el ámbito de "lo político" siempre han estado más cerca de lo que parece y en el "la política" que, insisto, no se corresponde con el primero, hoy día las distancias también se van acortando;

b) por otro lado, una parte de los empresarios, la que representa a los mayores negocios, se ha manifestado, ciertamente, en contra de la independencia de Catalunya, pero otras patronales de la pequeña y mediana empresa coquetean cuando no apoyan abiertamente el proyecto secesionista: ¿son más progresistas o revolucionarios los pequeños empresarios que los magnates? Uffff!!! Ya estamos con esos juegos de manos de la escolástica revolucionaria y sus distinciones ad hoc que tanto daño han hecho a los movimientos de emancipación occidentales;

c) finalmente, plantearse la acción política en términos de "quien está contra quienes yo estoy es, automáticamente, mi camarada y mi aliado", es una vieja costumbre de la izquierda que ha producido nefastos resultados: las alianzas nacionales previas a la I Guerra Mundial, la colaboración objetiva, aunque no subjetivamente experimentada como tal, entre comunistas y nazis para el socavamiento de la República de Weimar, la comprensión del pacto germano soviético de 1939, los "Frentes Populares" o los apoyos a los regímenes totalitarios que desafiaban el imperialismo norteamericano, independientemente de su carácter tiránico, por citar algunos ejemplos, ilustran históricamente las consecuencias de este inveterado hábito que parece consustancial a la izquierda de origen marxista.

Y es justo esta penosa mezcla de estrafalario análisis "dialéctico" y tacticismo uno de los motivos principales que ha conducido al estado de postración actual de una izquierda impotente ante el desarbolamiento del estado del bienestar y el recorte de los derechos civiles. Esa izquierda, que es incapaz de organizar una protesta masiva e inteligente contra, por ejemplo, el proyecto de reforma de ley del aborto del gobierno del PP, es la hija del tacticismo de aquellos "viajes con acompañantes" que, al final, acaban en un tren con los vagones repletos de entusiastas revolucionarios a los que se les había vendido un billete para el paraíso parando en la rampa de un Lager o en las alambradas de un Gulag.

12 de febrero de 2014

Crónica de la Nueva Edad (12/02/2014)


De lo que ha sobrevivido en los últimos días cabría destacar, en primer lugar, la apertura de una vía de posible solución con encaje legal que atenuaría el impacto del "choque de trenes" a corto plazo propuesta por el portavoz del Govern de Catalunya, Francesc Homs, al admitir que tras una consulta catalana debería preguntarse a los españoles. Es evidente que esta posible vía se topa con las paradojas del referéndum que Xavier ya denunció hace tiempo pero lo importante es que desde CiU se hace un gesto que, sin embargo, llega demasiado tarde: en la modesta opinión de uno, el gobierno español se siente insolentemente fuerte en parte por el mal cálculo de fuerzas realizado por algunos secesionistas. En este sentido, las declaraciones de Felipe González en su "cara a cara" con Artur Mas, acerca del rechazo que suscita el secesionismo catalán en la Unión Europea, no pueden ser desatendidas por quienes, inicialmente, plantearon la sustitución de la tutela española por la europea y manifestaron su amor a Europa a la vez que su rechazo a España. Las señales que envían los centros de poder europeos parecen, de momento, inequívocas: de independencia "ni hablar". El modelo de la CUP, al menos, no padecía de este voluntarismo autocomplaciente y por ello su riesgo, así como evidentemente su atractivo, era menor. Con todo, harían bien los españolistas en no lanzar las campanas al vuelo: cualquier día la correlación de fuerzas puede cambiar o, más sencillo, interesarle a la superpotencia o alguno de sus sirvientes, el fraccionamiento del estado español. Si eso sucede, sus ínfulas no les servirán para nada y su castillo se desmoronará como tantos otros hechos de naipes.

Por otra parte, la campaña de descrédito contra el dúo humorístico "Los morancos" lanzada por los medios nacionales españoles ofrece una muestra de que no se puede hablar de un aletargamiento del nacionalismo español que podría ser despertado por el desafío secesionista: aquél está vivito y coleando y goza de buena salud. Cuando Felipe González advertía en el encuentro citado que, de  empecinarse en la celebración de la consulta, se le podía despertar, estaba acudiendo a una vieja táctica de una parte de la izquierda española: identificar el nacionalismo español con la versión montaraz de la extrema derecha para ofrecerse como defensores de la pluralidad o, peor, como no nacionalistas, proponiendo cosméticas reformas que en poco disminuyen el poder del estado español en Catalunya. Hoy en día el nacionalismo español o es montaraz o se presenta como tan moderno que, en realidad, se borra a sí mismo en un gesto hegeliano de constatación aparentemente neutra y desapasionada: "es lo que hay" y esto que hay es racional. Tan sólo el federalismo radical, siempre muy minoritario en España, ha ofrecido una versión moderada del nacionalismo español aunque la mayoría de las ocasiones con una pátina paternalista difícilmente soportable.

10 de febrero de 2014

Conservadurismo y progresismo


Que la divisoria entre conservadurismo y progresismo no es uniforme y rectilínea y menos aun se corresponde, biyectivamente, con la separación entre derecha e izquierda es algo tan obvio que a uno le sorprende que siga siendo "lugar común" de la descripción política. Se puede ser "conservador" en un tema como las posibilidades de reinserción social de ciertos criminales o la sostenibilidad del crecimiento económico y, a la vez, "progresista" en asuntos como la posibilidad de la mejora de las condiciones laborales de los asalariados o la extensión de las libertades y derechos de los ciudadanos. Asimismo, se puede ser "conservador" desde una posición política presuntamente de izquierdas y "progresista" desde otra de derechas.

Como muestra, un ejemplo: una interesante crítica desde lo que se llamaría el conservadurismo de izquierdas a las tesis anti-apocalípticas, en lo energético, de Vicenç Navarro, un "progresista" en ese asunto y en bastantes otros, aquí.

9 de febrero de 2014

Bansky: "Trivialkultur" o Arte?



Como absoluto desconocedor hasta ahora de la obra de Bansky, y del street art en general más allá de los tópicos relacionados con el "graffiti", ayer, durante la comida, se le volvieron a  hacer presentes a uno los límites de la distinción entre "arte de consumo o trivial" y "Arte" y, sin embargo, la necesidad de tal diferenciación, así como los problemas que plantea la concepción postmoderna de la reinscripción de la obra de arte, su actualización, reinterpretación o parodia para ser algo más que copia, plagio o aprovechamiento relativista y aplanador.

En cualquier caso, después de varias horas y tantas o más copas de sorprendente vino de Toro una conclusión consensuada: la posibilidad de que los dominios conceptuales puedan ser tomados "geográficamente" y constatar que en las fronteras las separaciones son borrosas mientras que en los extremos son rotundamente claras.

8 de febrero de 2014

Crónica de la Nueva Edad (08/02/2014)


Días sin querer escribir sobre los nuevos tiempos en Catalunya para no perder el empeño de la equidistancia. Uno ha debido padecer la agobiante presión de algunos fanáticos intransigentes que han abrazado la causa patriótica con el mejor espíritu negro. La tentación de identificar secesionismo con fascismo ha sobrevolado toda la semana mas, aunque es cierto que no hay fascismo sin nacionalismo y, especialmente, sin su versión más estúpida, el patriotismo, también es verdad que no todos los nacionalistas y/o patriotas son fascistas como me han recordado y demostrado otros secesionistas estos días. Con todo, la línea de separación es muy fina: los impacientes que creen tocar el cielo con la punta de sus dedos parecen dispuestos a todo con tal de conseguir su sueño y cuando uno dice "a todo" es "a todo", incluso a romper amistades, lealtades y afectos sacrificándolos en el altar de la patria catalana.

Afortunadamente hay otros secesionistas que demuestran, realmente, que les mueve su consideración hacia las personas y no hacia patrias o ideas y que si creen en la independencia de Catalunya es porque creen que mejorará su vida y las de las personas de su entorno.

6 de febrero de 2014

Para distraídos, ociosos, benevolentes, amigos, etc.



El próximo 14 de febrero presentaremos Las vidas de las imágenes en Madrid. Mi querido Esteban Gutiérrez ("Baco") oficiará como maestro de ceremonias acompañado por mi paciente editor Ferran Fernández. Será a las 19:30 en la librería "La Marabunta" (C/ Torrecilla del leal, 32, Metro Lavapiés). Ni que decir tiene que os espero si no teneis celebración de San Valentín...

4 de febrero de 2014

María Acaso, la farsa y la Super Bowl

 

María Acaso denuncia, en una entrevista, que la enseñanza actual es una farsa. Sin entrar en la jerga postestructuralista mal digerida e ininteligible que utiliza, demuestra su absoluto desconocimiento de la realidad y su impostura intelectual, al responder de este modo a una pregunta ciertamente fundamental:

" -Entiendo que esa relación que me describe sólo se puede dar en aulas poco masificadas…
-Es un factor esencial, está claro. De hecho, en los países en los que se funciona con una educación más progresista, las ratios por clase son pequeñas. Aún así, esto que estoy diciendo lo puedes hacer perfectamente con 200 alumnos. Hay muchos factores que el profesor tiene a su alcance y que, de alguna manera, pueden rebajar el miedo y el sistema."

"Lo puedes hacer perfectamente con 200 alumnos": pues será en la Universidad. Pruebe a hacerlo usted en la Secundaria con más de diez alumnos. Pruebe a "habitar el aula" y "acompañar a los alumnos" con treinta y cinco adolescentes en la clase y durante cinco horas diarias. Pruebe...

Cuanta palabrería...

Más interesante para uno es dejar constancia de su satisfacción por la derrota de los Denver Broncos en la final de la liga profesional de futbol americano. Peyton Manning, el quarterback de los de Denver, nunca ha sido santo de mi devoción y menos este año en el que ha batido casi todos los records de la liga y muchos comentaristas han especulado con su condición de mejor QB de la historia. Por contra, sólo ha ganado un título mientras que Montana (4) o Aikman (3) incluso Tom Brady (2 y consecutivos) han sido capaces de hacer a sus equipos mejores y dominantes.

El aspecto más negativo de la final es que, lamentablemente, un año más, el esquema entre lo apolíneo y lo dionisíaco bajo el que a uno le encanta ver el fútbol americano no ha podido aplicarse: los Seattle Seahawks del "bestial" Marshawn Lynch, de quien hace un tiempo dejó uno por aquí un video de una carrera suya que condensaba como pocos la plasticidad, fuerza y belleza de este deporte, pueden ser un plasmación de lo corporal, lo desdibujado, la ruptura de las líneas, el flujo intenso pero Manning no es Tom Brady: no evoca a Apolo sino más bien al Ayax de Troy, la película de Wolfgang Petersen.

3 de febrero de 2014

"Otro" viaje a Italia (I): siempre a la sombra de Goethe


En julio de 2012, ya ha pasado suficiente tiempo como para que sea hasta demasiada "intempestiva" esta crónica, emprendimos un viaje a Italia. "Otro" de tantos. El segundo para Cláudia y para uno, el primero para Esther y Marc pero, en realidad, el enésimo incontable de tantos: "otro" en una larga lista pues el viaje a Italia, desde Goethe y la literatura burguesa del XVIII y el XIX, es el viaje de formación por antonomasia.

Hay, de hecho, un cierto género del "Viaje a Italia" como viaje formativo propio de la literatura europea que, en líneas generales, apenas se aparta de las establecidas por Goethe en la narración de su viaje y que respetan, por ejemplo, Shelley, Keats, Forster o Hesse. Incluso Dickens, que en sus Estampas de Italia parece alejarse de este modelo, no puede dejar de rendirle tributo aunque sólo sea mediante su negación.

Por un lado, el viaje italiano goethiano sirve para sentar las bases de una cierta conciencia epistemológica. A través del reconocimiento de que lo aprendido es encontrado tal y como se transmitió, el conjunto de referencias culturales heredadas como pertenecientes a una tradición que formula unos determinados marcos de comprensión de la realidad se muestra como real, como válido, como empíricamente consistente y ayuda a fundamentar una confianza razonable en la comunidad de conocimiento levantada durante generaciones y traspasada a los nuevos miembros.

Por otro, también albira un salto en la conciencia estética a partir de una aparente contemplación "inmediata" de las obras de arte que, al situar al viajero en cuanto espectador más allá, y más acá, de su reproducción en libros o copias, es susceptible de suministrarle un indiscutible "plus" mediante el cual refinar su juicio de gusto.

Asimismo, la conciencia temporal e histórica, encuentra en el viaje a Italia una ocasión ejemplar para consolidarse: el juego de continuidades y discontinuidades entre la antigüedad romana y el momento de la contemporaneidad del viajero le permite adquirir un repertorio de matices que pueden ir desde el relativismo más radical al universalismo más compacto y, consecuentemente, fortalecerla.

Por último, la conciencia moral da un nuevo salto a partir de la mirada "antropológica" sincrónica. De la observación de los tipos, costumbres y formas de vida de los habitantes de la Italia contemporánea extrae el viajero la oportunidad de evaluar, en su complejidad, el juego de una "naturaleza humana" que puede ser negada, afirmada o quedar en suspenso con sus inevitables implicaciones morales.

Al menos estas cuatro estructuras de la conciencia que se ensamblan en el Viaje a Italia de Goethe y, por extensión, forman parte de la mayor parte del género del viaje formativo que la tiene por destino, estaban ya por detrás de nosotros antes de partir, dirigiendo de alguna forma el viaje. Por eso, en realidad, nuestro viaje a Italia no era mucho más que "otro" viaje a Italia.

1 de febrero de 2014

Escribe Niklas Luhmann



"Donde hay confianza hay aumento de posibilidades para la experiencia y la acción, hay un aumento de la complejidad del sistema social y también del número de posibilidades que pueden reconciliarse con su estructura, porque la confianza constituye una forma más efectiva de reducción de la complejidad" (Confianza, trad. de Amada Flores, p14).