30 de octubre de 2013

De una divisa patricia


Cuenta Jacinto Antón en su entretenida recopilación de artículos Héroes, aventureros y cobardes (Barcelona 2013) que la fachada de la casa que el conde Philipp von Boeselager, uno de los conspiradores del 20 de julio de 1944, tiene en Kreuzberg está presidida por el lema familiar "Etiam si omnes Ego no" ("Aunque los demás [lo hagan o consientan], yo no") (p302).

En estos tiempos a uno le gustaría poner en algún lugar de su propiedad esa divisa. Voy a buscar alguno suficientemente apropiado...

28 de octubre de 2013

"Esa guerra de la mente que vamos perdiendo"





Como uno prometió, aunque equivocándose de fecha, para celebrar que Las vidas de las imágenes llega hoy a las librerías, dejo aquí el estupendo prólogo que Antonio Orihuela escribió para el libro  allá por el año 2009. Gracias Antonio, de nuevo.

"Tienen los textos de J. Jorge Sánchez, como altas cualidades, una naturaleza desasosegante y una extraña potencia para movilizar la conciencia más allá de los buenos deseos sin consecuencias. Es la suya una poesía absolutamente necesaria en estos tiempos dominados por los discursos blandos y complacientes. Siempre he pensado que todos nuestros poemas deberían tener el tono de los de J. Jorge Sánchez, porque si la poesía no tiene que competir con trenes de alta velocidad ni con ofertas del 3 x 2, tampoco tendría por qué reproducir las modulaciones de onda con las que nos trabaja la conciencia, los deseos y, en fin, el cuerpo todo, eso que llaman mercadotecnia.
La creación artística sigue siendo necesaria, nadie lo pone en duda, pero al mismo tiempo que necesaria es, como recordaba André Gorz, incapaz de creer en ella misma. Este libro de J. Jorge Sánchez se acerca a esa esquizofrenia, constituye una gran bofetada a sí mismo y al resto de los que hemos hecho del arte una coartada para ahorrarnos la liberación real. Esa es mi impresión de este libro, que no quisiera ser un fin en sí mismo, que quisiera, y gran parte de la obra de J. Jorge Sánchez insiste también en ello, no ser una obra de arte, sino un documento que inquiere el estado de cosas real y que nos invita a tomar partido, a posicionarnos frente a una construcción de lo real que no nos pertenece, que acaso, en tanto que sujetos revolucionarios, estábamos llamados a construir pero que, ¡oh, paradojas! lejos de hacerlo, resulta que hemos sido nosotros los construidos por ella. Y de esto trata Las vidas de las imágenes, del desasosiego de quien comprende que nunca hemos hecho solo lo que queríamos hacer, sino sobre todo lo que los otros y las imágenes preexistentes en nuestro mundo han decidido que debíamos hacer.
Hubo un tiempo en el que las imágenes / habitaban el mundo de los hombres. / En esta época que nos ha tocado vivir / son los hombres quienes se alojan / en el mundo de las imágenes. Esta es la radical inversión en la que vivimos desde que el mercado descubrió que la ideología le servía tanto para el consumo de sus productos como para la producción de realidad y el control sobre la población.
Con ello, la producción de imágenes no solo pasó a ser un inmenso yacimiento para el trabajo postindustrial, sino que también comenzó a explorar sus terribles posibilidades para producir confusión, parálisis social y finalmente anomia, desde el socavamiento simbólico, la mezcla de diferentes planos de realidad y la neutralización de la disidencia.
Los mensajeros de los amos del mundo, / mercaderes y banqueros, / dejan la redacción. // Han cumplido su cometido: distribuir el suficiente estrés. / La carga de tensión necesaria / para que esos transformadores que somos, / en cada caso, nosotros mismos, / aceleremos la producción de ser. // Lo de menos es si Williams está cuerdo / o no. Si no lo estuviera, dirían que sí / porque el auténtico mensaje es el código mismo. / Su organización afilada, tirante, / destinada a provocar las descargas nerviosas / que precisa el mantenimiento del delirio general.
Con cuánta razón nuestros abuelos llamaban al telediario «el parte», rememorando, en realidad, aquellos partes de guerra que conocieron cuando apenas nacía la radio entre las clases populares en España y que, perdiendo este nombre, ha conservado intacto todo su potencial como auténtica máquina de guerra destinada no a informar, sino a generar el estrés suficiente, al ritmo de las marchas militares con que avisan de su puntual y cotidiana presencia, como para recargar las pilas exhaustas / de los esclavos en esta economía de guerra total: / las pilas consumidas de los ilusionados y los alucinados.
Es verdad, los media no sirven ni al entendimiento ni a la imaginación, no se hicieron para eso, sino para gestionar el pánico colectivo, provocar interferencias de imágenes y textos, y banalizar a ambas
como espectáculo que nos vive: Con la mayoría de nosotros casi no habla: / ya nos lo dijo todo. La cuestión, como explicó Humpty Dumpty a Alicia, no es si las palabras pueden significar muchas cosas diferentes, sino quién va a ser el dueño, eso es todo. Más allá de las palabras es necesario querer que nuestros actos desborden su intención, pues no otro es el precio de su realidad.
J. Jorge Sánchez hace diana cuando sitúa en La salida de la fábrica el origen de la espiral de silencio donde nos encontramos: Quienes salían no eran, únicamente, los obreros, también salían por aquellos haces de luz el poder dominante y sus intenciones no manifiestas, porque qué cierto es que el puro realismo es una burda estafa, otra manera de ocultar, no tanto por lo que aparece en los medios, sino por lo que desaparece y se oculta en ellos. Tal vez porque el enmascaramiento y la ocultación, el silenciamiento y la desaparición, sean la misión medular que tienen asignada los medios.
Sobre la producción de ruido mediático y la saturación de las retinas se extiende la espiral de silencio en la que nos miran las imágenes, en la que nos viven y con la que nos movilizan. La espiral genera un circuito que no puede ser más grave, nos condena a una regresión de las conciencias cuyas consecuencias presentes están engendrando los más peligrosos abismos de la irracionalidad humana y
social. J. Jorge Sánchez lo adelantó ya hace unos años en un impecable documento poético, Del Tercer Reich, y deja aquí, en Las vidas de las imágenes, algunas trazas de ese insondable construido hoy por la razón cínica posmoderna y el neoliberalismo económico, tan magistralmente traídos a colación en su poema «La lista de Schindler»: Yitzhak, / esas letras apretadas, / sin otro atributo que la tinta de la máquina, / no son el bien absoluto. / Esos signos han dividido. / Al abrir han cerrado. / Al incluir han excluido. / Al hacer posible han imposibilitado. // Por todo lo que han dejado fuera son, también, el mal absoluto.
A estas alturas, la pregunta ya solo puede ser ¿Y cómo escapar de este estado de cosas? y, más aún, sobre todo, ¿cómo saber que hemos escapado y no apenas dado un nuevo vuelco a la industria de la cultura incrementado con nuestra disidencia la oferta? Desde luego la demencia no nos asegura nada, en el peor de los casos incluso puede ser aprovechada para vender dementes y el triste ejemplo está en la cabeza de cualquier lector de poesía, los mantras tampoco aseguran nada... Puestos a elegir, me quedo con el criterio cuantitativo sobre el que ironiza Jorge Riechmann en su libro Bailar sobre una baldosa: «De La buena suerte —cuento de autoayuda para ejecutivos, escrito por los ejecutivos Fernando Trías de Bes y Álex Rovira— se han vendido unos 700 000 ejemplares en el mundo entero. De mi último libro de poemas, Anciano ya y nonato todavía, están ahora imprimiéndose 500 ejemplares... Proporción 1/1400; todo en orden...», pero, para que uno ironice sobre este todo en orden, es necesario saber que uno cuenta con algunas herramientas, con cierta estrategia. J. Jorge Sánchez despliega algunas y creo que merece la pena detenerse en ellas porque, en efecto, la metáfora del fuerte bien puede ser el presagio de la pronta conversión del asedio. Las estrategias de repliegue y resguardo bien pueden preceder a la exploración del mismo territorio pero con los ojos nuevos del undercover, con la vida de nuestros propios ojos y no con la que las imágenes habían infundido en ellos. Con esas estrategias bien puede crecer la resistencia y desde ellas tal vez se pueda localizar a los otros, los necesarios otros sin los que la alteridad prometida por las solas imágenes es imposible.
Sería entonces esta la estrategia del desertor, la del agente secreto, sí, la que parte del vacío de sentido para explorar desde allí nuevas posibilidades de existencia colectiva y un compromiso con la Historia y con los demás. Durmientes enviados a territorio enemigo con el objetivo /... / Espías de lo inerte... / Agentes de Dios coleccionando retazos para / entregarlos al ser que aún no sabe que es / Confidentes de la naturaleza que transmiten / —en código cifrado— / informes que esta analiza sin descanso, / nerviosamente, buscando su autoconservación. / Observadores leales a la inconsciencia originaria / recabando representaciones para el mapa del deseo interminable. // Saboteadores financiados por la nada / … / infiltrados de la conciencia. Ofreciendo gratis, en un mundo donde todo está en venta, una existencia autoconsciente y libre, lo suficientemente libre como para no detenerse a las puertas de la fábrica.
En esta disyuntiva estamos, o bien nos seguimos ofreciendo como tributos al Capital o bien reivindicamos el esfuerzo por devolver a los seres humanos su primordial energía de sensibilidad e inteligencia. Aquí, en esta dialéctica nos debatimos, porque la persistencia de la Sociedad Posmoderna solo puede ser el presagio de un futuro destruido y quebrado, necesitamos producir, hoy más que nunca, lo que no existe pero que debería existir.
Y ahora, pequeños Buzz Lightyear, no se aflijan, somos muchos los que seguimos enviando mensajes al Mando Estelar en espera de instrucciones, este libro os puedo asegurar que contiene algunos muy valiosos, y, por favor, no arranquen ninguna página: / poco podrán entender si lo hacen.
Antonio Orihuela
Lago de Proserpina, primavera de 2009"

26 de octubre de 2013

Lectura de "Minima Moralia" (y II)


Más liviandad teórica y menos brillantez retórica encuentra uno en Adorno hoy día pese a que, como ya he dicho, su prosa guarde rescoldos de su antiguo encanto. Así, sus aforismos son sentencias decoloradas, sin fuerza, poco afiladas en su mayor parte, aunque de vez en cuando consiga pequeñas joyas:

"Las capas superiores, cuyas maldades se han ido democratizando sin cesar, dejan ver crudamente lo que desde hace tiempo es aplicable a la sociedad: que la vida se ha convertido en la ideología de su propia ausencia" (p191).

Mas la pérdida de fulgor de su escritura no le ha hecho a uno tanta mella como percibir en la antigua hondura del filósofo una ligereza y un apresuramiento en muchos de sus juicios que no pueden ser atribuidos únicamente al carácter fragmentario de Minima moralia. Un par de muestras:

a) su peyorativa consideración del cine, al que niega cualquier carácter artístico y que lee, casi exclusivamente, como medio de adoctrinamiento y enajenación de las masas. Escribe Adorno:

"La refinada palabrería sobre el arte cinematográfico sin duda es cosa de los escritorzuelos que quieren destacar, pero la apelación consciente a la ingenuidad, a la apatía de los siervos, que desde hace tiempo se está introduciendo entre las ideas de los señores, ya no tiene validez. El cine, que hoy acompaña inevitablemente a los hombres como si fuese una parte de ellos, es al mismo tiempo lo más alejado de su destino humano, del que se va realizando día tras día, y la apologética vive de la resistencia a pensar esa antinomia" (trad. de Joaquin Chamorro, p206); o

b) su crítica de cierta idea de la femineidad, tras la cual vuelve a aparecer justamente el estereotipo que pretende combatir:

"No hay más que observar, bajo el efecto de los celos, cómo tales mujeres femeninas disponen de su feminidad, cómo la acentúan según su conveniencia haciendo que sus ojos brillen y poniendo en juego su temperamento para saber cuán poca relación hay en ello con un inconsciente resguardado y no estropeado por el intelecto. Su integridad y pureza es justamente obra del yo, de la censura, del intelecto, y es por eso por lo que la mujer se adapta con tan pocos conflictos al principio de realidad del orden racional. Las naturalezas femeninas son, sin excepción, conformistas (sn)" (p95)

Asimismo, se encuentra uno con reevaluaciones de su trayectoria que, de tan excesivamente indulgentes, acaban afeándola. Por ejemplo, como disculpa su falta de sagacidad al analizar el fenómeno nazi. Encuentra Adorno una justificación que resulta difícil de digerir:
"La irrupción del Tercer Reich cogió por sorpresa a mis opiniones políticas, pero no a mis temores inconscientes" (p193)

Ha sido difícil impedir que sus frivolidades y errores no taparan sus hallazgos. Afortunadamente, pese a la levedad y la retórica agotadora, en sus textos también se hallan espléndidas argumentaciones, como su crítica al concepto de "autenticidad" o su anticipación de la estructura del double bind de todo concepto propuesta posteriormente por Derrida. Adorno se apercibe de la contaminación mutua de los opuestos en la versión sui generis de la dialéctica que sigue. Una relación que no se resuelve, siempre, en una unidad superior que las engloba, lo cual le permite, en determinados momentos, alcanzar brillantes resultados en la crítica:

"Con ello ha alcanzado el nacionalsocialismo la conciencia histórica de sí mismo. Carl Schmitt definió la esencia de lo político directamente mediante las categorías de lo amigo y lo enemigo. La progresión hacia esta conciencia implica la regresión hada la conducta del niño, que o se halla a gusto o siente miedo. La reducción a priori a la relación amigo-enemigo es uno de los fenómenos primordiales de la nueva antropología. La libertad consiste no en elegir entre blanco y
negro, sino en escapar de toda alternativa preestablecida." (p131).

"El message se convierte en escape: el que sólo atiende a la limpieza de la casa donde habita olvida los cimientos sobre los que está construida. Y lo que seríaa de verdad un escape, la oposición
hecha imagen al todo hasta en sus constituyentes formales, puede transformarse en message sin pretenderlo; es más, justamente por el terco ascetismo que rechaza a propuesta del primero" (p204).


"Lo auténtico, a lo que se reducen las mercancías y otros medios de cambio, adquiere el valor del oro.
Pero como en el oro, la autenticidad abstracta de sus quilates se convierte en fetiche. Ambos son tratados como si fueran el sustrato, cuando en realidad no son sino una relación social, cuando
el oro y la autenticidad son justamente expresión de la fungibilidad, de la comparabilidad de las cosas, y por tanto no son en sí, sino por otro. La inautenticidad de lo auténtico radica por ende
en que en la sociedad dominada por el cambio, lo auténtico pretende ser aquello que reemplaza no pudiendo de ningún modo serlo" (p155).

En fin. Siempre cabrá aducir que el problema no es Adorno, sino uno mismo y seguramente será eso...

24 de octubre de 2013

La "doctrina Parot" y "la guerra del norte"


A través del tamiz del zapping y los comentarios de Esther y los críos, el flujo informativo histérico traspasa el cedazo de autoprotección y, sin la urgencia de la inmediatez y la presión del apremio, van llegando hasta uno buena parte de los corpúsculos noticiables de más relevancia. Es el caso del veredicto sobre la llamada "doctrina Parot".

Aunque uno pueda entender que, desde la lógica de las víctimas, la "doctrina Parot" que el Tribunal de Estrasburgo ha tumbado por fin, era una interpretación moralmente justificable que impedía que asesinos con más de viente muertos a sus espaldas salieran de prisión a los veinte años de cárcel o incluso menos, desde la lógica del Estado de Derecho, o más bien de los restos de lo que de él queda, que tampoco fue nunca tanto pero sí bastante más de lo que nunca podrá esperarse de un estado totalitario y eso sólo ya merece el lamento, era una aberración. La irretroactividad de las leyes es un principio racional y razonable ampliamente difundido en las legislaciones más sofisticadas y respetuosas con las libertades civiles y mucho más aun en los principios de la mayor parte de filósofos del derecho y juristas.

Por otra parte, el "invento" del "artefacto" "doctrina Parot" se inserta dentro de la dinámica de la "guerra del Norte", evidentemente, y en ese marco cobraba la mayor parte de su sentido. Esa guerra que sólo los combatientes admitieron como tal pero que políticos de uno y otro bando reconocieron cuando la dirección del viento les convenía: los abertzales durante su época dorada, los conservadores tras el abandono de las armas de ETA. Sin embargo, una vez concluida hace ya varios años con la derrota militar total y sin paliativos de ETA, el bando vencedor, en este caso el Estado español, debería haberla abolido y, en su lugar, practicar la clemencia del vencedor sobre el vencido, un principio que incluso los aliados hubieron de aplicar sobre la Alemania nazi para evitar un segundo Versalles.

En la modesta opinión de uno, es una política de postguerra más razonable una sustentada en la magnanimidad que otra regida por la venganza. La historia del siglo XX, especialmente de las dos grandes guerras, muestra - y demuestra - que no se debe humillar al derrotado una vez que se le ha vencido: sólo la justicia, administrada sabiamente, no a destiempo y con ribetes de venganza, y la mano tendida pueden evitar el renacimiento del odio y la nueva nueva conflagración.

También es útil recordar que la verdad de las víctimas no es ni la verdad judicial ni la verdad "real": se trata de predicaciones muy diferentes y la verdad de las víctimas, por muy enorme que sea, en términos morales, su relevancia, no puede erigirse en tribunal. Recordemos, hecho si se quiere trivial que no demuestra ni argumenta nada en realidad pero que debe anotarse en la cuenta del "debe", que la madre de Rocío Wahnninkof estaba absolutamente convencida, como la mayoría de sus familiares y convecinos, que Dolores Vázquez había asesinado a su hija y reclamaron para ella, vehementemente, una condena que, luego se probó, era injusta e injustificable. La verdad de la víctima es "su" verdad, es decir, la verdad de su experiencia única e intransferible mas por ello mismo no puede erigirse en la pauta de un estado de Derecho.

Esto no significa que haya que proceder automáticamente a una amnistía generalizada y humillante pero sí, al menos,
a) que la inadecuación de los fundamentos sociológicos y antropológicos sobre los que bascula el triángulo prisión-rehabilitación-reinserción obliga a que la relación entre estos vértices deba ser profundamente revisada a fin de que el asesinato no pueda salir tan "barato" como pueda llegar a salir hoy día, en contraste con lo "caro" que es un robo con intimidación;
b) que el derecho de todas las víctimas, de uno y otro bando, a la reparación y la justicia no debe ser aprovechado como coartada para el establecimiento de legislaciones ad hoc ni tampoco para impedir una reconciliación entre los bandos contendientes;
c) que el romántico mito de la prisión como campo de concentración de individuos hostiles a la sociedad debe ser matizado: lo de "todos a la calle", así, sin matizaciones, es puro y simple fascismo intelectual.

22 de octubre de 2013

Algunas observaciones breves sobre "Las vidas de las imágenes"



Ya que estamos, comentar que, además de la excelente edición, Las vidas de las imágenes merece la pena por una estupenda colaboración que David González escribió para un  poema allá por el año 2005 y, sobre todo, por el excelente prólogo que me regaló para la ocasión hace unos años mi querido Antonio Orihuela y que lleva por título "Esa guerra de la mente que vamos perdiendo". El próximo viernes, si españolistas, secesionistas y unionistas no siguen haciendo de las suyas, espero publicarlo aquí para celebrar su salida a la venta. Gracias a ambos.

Por último señalar que, además, de la dedicatoria general, hay poemas dedicados a Xavier Jové, Vicente Campos, el propio David González, Robert Veciana, Alberto Clavero, Ricardo Fernández, Rais Busom, Esther Borràs, a la memoria de mi único maestro en Filosofía, Francesc J. Fortuny, a la de mi abuelo Manuel López Marcos, a Gsús Bonilla y a Wolfgang Borkner. Gracias a todos ellos.

21 de octubre de 2013

Ya están aquí...



Esta mañana, como me anunció Ferran, ha llegado la caja con mis ejemplares de Las vidas de las imágenes. Como todos los libros que ha publicado en "Luces de Gálibo", se trata de una primorosa edición que ha hecho las delicias de los habitantes de esta casa. El día 28 de octubre estará en librerías.

20 de octubre de 2013

Lectura de "Minima moralia" (I)

 

Durante el mes de julio, uno recobró de su pasado la experiencia de la lectura de una majestuosa construcción filosófica de lo real: la extraordinaria reproducción de lo existente y lo no existente mediante el uso principal, que no exclusivo, del concepto. En uno de los poemas que se incluirán en Contra Visconti, traté de rememorarla asociando la lectura de Sein und Zeit de Heidegger a la de The Lord of the Rings de Tolkien. Detrás de la trama del poema no están sólo las cercanías temáticas, conceptuales o estilísticas entre ambas obras, sino también una proximidad en la experiencia subjetiva del receptor acerca de la producción de mundo a partir de la figura (tropo o personaje) y subsidiariamente del concepto, en el caso del inglés, o de éste y secundariamente de la figura, en el caso del alemán. En ambos casos, para uno puede hallarse una producción de realidad vasta, articulada, consistente y, casi se podría decir, completa.

Esta experiencia desde Heidegger, y antes, por supuesto, siempre, de La ciencia de la Lógica de Hegel, no había vuelto a repetirse hasta que a principios de julio abrí Totalidad e infinito de Lévinas. Fue la grandiosa lectura de este texto ambicioso, y clásico al modo tradicional del empeño filosófico, sobre la que habrá ocasión de hablar otro día, la que me llevó a seguir en agosto con más textos filosóficos. Y de entre ellos, destacaría Minima moralia de Adorno, que Clàudia me regaló para mi 49 aniversario, pues ofrecía una nueva oportunidad de ajustar cuentas con un pensador al que uno adoró en su juventud y que con el paso de los años se ha ido, lamentablemente, empequeñeciendo. Teniendo en cuenta que había realizado unas observaciones sobre él para Yeray, que provocaron algunas interesantes conversaciones en casa, y que quería volver sobre algún texto suyo para cerciorarme de lo adecuado o inadecuado de las impresiones que había escrito, el presente no pudo ser más oportuno y en cuanto pude tomé la obra de Adorno.

Y lo primero que a uno le viene al teclado después de unas semanas es que, pese a que la prosa de Adorno conserva el embrujo propio de la retórica metafísica continental y que por sus páginas resuenan, extraordinariamente bien trabadas, las arquitecturas conceptuales de Kant, Hegel, Husserl, Marx, Nietzsche o el psicoanálisis, en muchas ocasiones tras esa belleza que opera a modo de velo de Maya uno encuentra menos de lo que se promete. Ahora, en esta época, hallo más liviandad y menos brillantez que hace treinta años.

17 de octubre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (17/10/2013)


El pasado domingo pasee con mi madre por Nou Barris. El día anterior, nada interesante. Mientras deambulábamos por el barrio hubo un par de detalles que le llamaron a uno la atención:

- la gran cantidad de locales comerciales que han echado el cierre en los últimos meses, algunos con menos de un año de vida, prueba de que lo más duro de la crisis no está claro que haya pasado, como vaticina ese cenizo tan acertado en ocasiones que es Niño Becerra. No hay muchos motivos para el optimismo. Tampoco ayuda el hecho de que tres de mis siete compañeros de clan de Call of Duty que tenían trabajo han pasado a engrosar de nuevo la cola del paro;

- por primera vez uno se fijó que, en este barrio inmigrante y donde predomina la lengua castellana, también han aparecido "estelades". Son pocas y localizadas sobre todo en edificios relativamente recientes pero es un dato a tener en cuenta sobre todo porque va acompañado de su némesis en un barrio tradicionalmente hostil a las explosiones nacionalistas de cualquier signo. No me gusta demasiado ver banderas independentistas - sufro su alarde agobiante en Gràcia - pero he de reconocer que me gusta todavía menos ver banderas de España en los balcones. Es una cuestión subjetiva, estética, ante todo, pero ver en el barrio de mi infancia rojigualdas no resultó nada agradable y no me pareció un buen síntoma.

Por otro lado, pasados varios días de la manifestación del 12 de octubre he tenido ocasión de recoger algunas impresiones. Un amigo independentista moderado se confesaba espantado por la cantidad de gente que asistió. Si se compara con anteriores años, efectivamente, hay que señalar que fue un relativo éxito. Mas eso, relativo. No se pueden lanzar las campanas al viento como han realizado algunos medios españoles, ni ponerla en el fiel de la balanza para igualar el 11-S de 2012. La hegemonía, en el sentido gramsciano, es, hoy por hoy, secesionista, guste o no.

Ahora bien, los secesionistas más intransigentes deberían estar atentos a algunas señales:

- a esta manifestación asistieron, preferentemente, españolistas que no es lo mismo que unionistas: todos los españolistas son unionistas pero no todos los unionistas son españolistas. Alguna gente que conozco, bien partidaria de un sistema federal, bien autonomista, bien confederal, bien que no desea enfrentarse a incertidumbres, que de todo hay, jamás asistirá a manifestaciones de este tipo. No deberían confundir, en el cálculo político, unionismo con españolismo y concluir que los unionistas carecen de fuerza y de proyecto: no son hegemónicos, cierto, pero la hegemonía no asegura la victoria ni mucho menos;

- la tesis del "batustán" debe ser contemplada como una posibilidad algo más que remota. Un ejemplo es la argumentación al respecto vertida por Francesc Granell en una entrevista que El País titulaba "Cataluña sería un estado fallido como Somalilandia", que hallé en el Blog de Xavier y que un amigo me envió, también, por correo;

- el llamado "discurso del miedo" empieza a articularse y es un discurso tan peligroso como el del entusiasmo que practican Mas y sus adláteres. Como señala Jordi Ramírez, está por ver que el pensamiento de Hobbes no siga siendo pertinente y el miedo sea un factor más importante que el entusiasmo en la constitución y preservación de los agregados humanos. Ventilarlo con un simple "No s'ha de tenir por" sería, en la modesta opinión de uno, un gran error. Es un discurso tan legítimo como el del entusiasmo y, al tiempo, tan ilegítimo, por su fundamentación irracional, como éste.

Por último, ayer me encontré con D. un ferviente catalanista pero unionista. Botifler, le llamarían algunos. Ante una cerveza me explicó que la semana pasada, en una reunión de profesores, los secesionistas más radicales presionaron lo indecible para que el claustro se pronunciara sobre un asunto político relacionado con la independencia. Se salieron con la suya a medias pero no quedaron satisfechos en absoluto y, lo peor, no repararon en que votaron en contra de su propuesta secesionistas, unionistas y españolistas. D. estaba contento por ello. Uno no especialmente. Él ve la génesis de una "tercera vía". Uno no lo ve demasiado claro. En cualquier caso hay que tener cuidado con los ritmos y la presión. La propia naturaleza de un "movimiento" consiste en estar en contínua marcha pero si se pasa uno de revoluciones el resultado puede ser desastroso.

15 de octubre de 2013

Un poema de Tomas Transtörmer



"Pájaros matinales

Despierto el coche
que tiene el parabrisas cubierto de polen.
Me coloco las gafas de sol.
El canto de los pájaros se oscurece.

Mientras otro hombre compra un diario
en la estación de tren
cerca de un gran vagón de carga
que está completamente rojo de herrumbre
y centellea al sol.

No hay vacíos por aquí.

Cruza el calor de primavera un corredor frío
por el que alguien apurado llega
y cuenta que se lo ha calumniado
hasta en la Dirección.

Por una trastienda del paisaje
llega la urraca
negra y blanca. Pájaro agorero.
Y el mirlo que se mueve en todas direcciones
hasta que todo es un dibujo al carbón,
salvo la ropa blanca en la cuerda de tender:
un coro de Palestrina.

No hay vacíos por aquí.

Fantástico sentir cómo el poema crece
mientras voy encogiéndome.
Crece, ocupa mi lugar.
Me desplaza.
Me arroja del nido.
El poema está listo."

(El cielo a medio hacer, trad. de Roberto Mascaró, p79).

13 de octubre de 2013

Escribe Adorno


"Aquellos cuya función consiste en la delación y la difamación y en venderse a sí mismos y a sus amigos al poder no necesitan para ello ninguna astucia ni malicia, ninguna organización planificada del yo, sino que, al contrario, no tienen más que abandonarse a sus reacciones y cumplir sin reparos con la exigencia del momento para llevar a cabo, como si de un juego se tratara, lo que otros sólo puede n hacer después de  profundas reflexiones. Inspiran confianza mostrándola a su vez. Están pendientes de lo que puede sobrar para ellos, viven al día y se hacen recomendar como personas exentas de egoísmo a la vez que como aprobadores de una situación que ya no permitirá que les falte nada. Como todos ellos se dejan llevar sin el menor conflicto únicamente por su interés particular, éste aparece como interés general y en cierto modo desinteresado. Sus gestos son francos, espontáneos, gestos que desarman, pero que también son, los amables como los ásperos, sus enemigos. Como ya no tienen independencia para desarrollar ninguna acción que sea opuesta al interés, dependen de la buena voluntad de los demás y asumen incluso esa dependencia de buen grado." (Minima moralia, trad. de J. Chamorro, p217-218).

Habla de los intelectuales al servicio de los grupos dominadores. Y uno se pregunta, ¿no cabe reconocerlos en los medios al servicio del proceso de transición nacional catalán, en las tertulias de la caverna madrileña, en todas las cadenas de televisión y en casi todas las columnas periodísticas al lado de los simples y puros agentes propagandistas herederos del Promi de Goebbels y Fritzsche?

11 de octubre de 2013

"La cabellera de la Shoá" y "Del Tercer Reich"


Tardes dedicadas, tras el trabajo, a leer La cabellera de la Shoá de Félix Grande, con el resto de su obra poética llamando a las puertas pero sin lograr pasar de fragmentos aislados. El largo poema me ha parecido, al tiempo, ajeno, por la distancia estilística que lo separa del gusto habitual de uno y por el uso -clave- del concepto de "Shoah" en vez del de "Holocausto", pero también vecino porque el pathos profético, la letanía y ciertos conceptos y principios morales no están muy lejos de Del Tercer Reich.

Los elementos de letanía y el pathos profético acercan ambos textos, quizás conscientemente en el caso de Grande, involuntariamente hasta dónde uno recuerda en el caso de Del Tercer Reich (véanse "Enigma" o "Las marchas de la muerte"), mas tal vez escatología y letanía sean inseparables del tratamiento poético del suceso y eso lo explique. Pero también hay algunas comunidades conceptuales que contribuyen a que la diferencia estilística no le aboque a uno a la lejanía.

Para Grande, como para Del Tercer Reich, el Holocausto, la Shoá, constituyen una hendidura axial en la historia:

"Mil novecientos cincuenta kilos de pelo de mujer / partiendo en dos mitades la historia de la Historia"

"Sobre todo, el destino histórico de una civilización afectada por un tajo axial en su devenir, / alterada por un acontecimiento, suma de acontecimientos, que ha convertido en pesadilla su propio sueño / y ha marcado con una deuda inconmensurable su existencia."

Para ambos textos, el conocimiento de lo sucedido es la precondición indispensable de cualquier posibilidad de evitar la repetición de lo acontecido:

"Contemporáneo: en esta cabellera / está escrita la redención. Sin mirarle sus hebras, / sin lamerlas, sin lagrimarlas / el futuro caerá desmoronado / como un saco de pus."

"Algo parecido ocurre con el Tercer Reich, sólo que muy pocos desean / invertir un mínimo desplazamiento de la aguja en acorralar su torrente. // La solución no está, evidentemente, en el número siguiente. / Ni en todos los sucesivos ejemplares podría esbozarse lo que es irresoluble de tan complejo. // Casi nadie advierte hasta qué punto puede ir su vida, y la vida futura, / vinculada al trabajo de desentrañar ese enigma."

En los dos puede encontrarse una centralidad del "nombre", tropo de la inconmensurabilidad de lo acontecido y, a la vez, sin embargo, medio de acceso privilegiado al exceso desmesurado:

"¡Ah los nombres, luminarias de lo misterio, grietas de luz sobre la obcecación del muro tinieblo de vivir!"

"¿Por qué no? / Si conservamos la huella del duelo que algunos nombres llevan, / si dejamos supurar la deuda evitando su olvido,"

Y, por supuesto, la huella del miedo:

"Miedo y rabia y conciencia /sean tus troneras y tus credenciales."

"Miedo. / Tan intenso que casi podría decirse, / como del ser hegeliano, / “puro miedo, / sin ninguna otra determinación”. / Miedo, nada más que miedo. / Miedo y nada."

Seguramente habrá más espacios comunes pero, en las dos lecturas de estos días, estos le han parecido a uno especialmente próximos.

9 de octubre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (09/10/2013)



Toni Casals, el interlocutor con quien hace unos días entré en interesante y fructífera conversación, me hace llegar un comentario sobre la apreciación que ayer uno realizó acerca del pre-concepto "étnico" de "catalanidad" que funciona como mediador entre la colección de particulares más próxima, la humanidad en minúscula, y el universal Humanidad. Puede que haya que afinar más acerca de la calificación de ese pre-concepto como "étnico" pues quizás hay secesionistas que, efectivamente, se hayan desprendido de esa concepción romántica y éste es uno de esos casos. Mis disculpas aunque no tengo claro si esa renuncia al etnicismo es dominante en el movimiento secesionista. Eso es harina de otro costal que habría que discutir pausadamente. Y mis disculpas, también, por si el tono fue un poco más brusco de lo habitual. Ya se quejaba Platón de que en la escritura las palabras ruedan sin el aliento de su autor detrás. Esta orfandad hace que pueden prestarse a malinterpretaciones, equívocos o atribuciones de intenciones diferentes de las conscientemente dispuestas por quien escribe aunque también, por contra, a interpretaciones solventes e inesperadas de aspectos ocultos, que de todo hay.

Dejo aquí las palabras de Toni. Debo agradecer que haya puesto en castellano sus observaciones en atención a los lectores de este cuaderno de más allá del Ebro. Es, nuevamente, como su disposición al diálogo, algo que uno valora enormemente.

"La dependencia o independencia de Cataluña incumbe, de forma principal, a todas las personas administrativamente catalanas. Son los problemas específicos de toda esa comunidad administrativa los que me conciernen y me preocupan. (No voy a disimularlo.) Y como es obvio, resulta que en Alcanar hay más gente concernida que en Binéfar, en Alemania o en Málaga. ¿En esa mera constatación administrativa, dónde está el etnicismo como pretexto o prejuico?  ¡Qué deseo de manipular las cosas, forzarlas y hacerlas encajar en un cliché!

Es sabido en sociología que la práctica de etiquetar dice a menudo mucho más del etiquetador que del etiquetado. En su análisis, en su categórica clasificación del secesionismo ―o del interés por la comunidad― como «étnico», se transparenta su prejucicio operando, no el mío, el suyo y bien suyo: el prejuicio según el cual el catalanismo ―en cualquiera de sus formas― es un fenómeno puramente étnico, folklórico, barretinarire, pintoresco, rústico…, de manera que puede merecer el estigma y el desprecio intelectual o, en el mejor de los casos, una cierta condescendencia caritativa, pero siempre alejándolo ―faltaría más― de la plaza del raciocinio y la civilidad. Nihil novum sub sole. Pero sí debo hacerle notar que ni los catalanes más unionistas recurren ya a esta argucia tan gastada y facilona. Incluso algunos de ellos, honestos, empiezan a aparecer en los cafés de la argumentación. Bienvenidos, sentémonos juntos, gracias por venir.
Francamente y con cariño: aun más que el secesionismo, a R. y a usted yo diría que les incomoda la propia realidad.

Cierto que la independencia de Cataluña no es una causa universal. Sería muy pretencioso afirmarlo, sería una absoluta ridiculez. Uno tiene sus infinitos límites, uno no da al abasto para con todos sus congéneres. Pero me reafirmo en la idea de que ésta ―la que muchos proponemos― es una forma de contribuir a la justicia entre las gentes de estos lares, a un mayor bienestar para nuestros convecinos y también a una mejor convivencia con nuestros amigos toledanos, extremeños y tolosanos (de Toulouse). Una pequeña solución a un minúsculo problema planetario, una pizca de paz en un rincón de mundo."

Dos notas al margen.

La primera. A bote pronto puedo admitir, en efecto, un prejuicio que Toni podría encontrar en mis palabras. Sí, uno tiene pavor al etnicismo y puede que a veces lo vea donde está debilitado, muy disminuido o casi inexistente. De todas formas, en alguno de mis amigos secesionistas estar está. En Toni Casals, sinceramente, parece que no. ¿En el grueso del movimiento? Sinceramente, soy pesimista al respecto pero espero equivocarme.

La segunda. El fin de semana, en una conversación con miembros del clan de Call of Duty en el que participa uno, mientras esperábamos "engancharnos" a un servidor para jugar, la opinión absolutamente mayoritaria era que no entendían porqué los catalanes querían irse de España pero que si ésa era su voluntad no se les debía poner impedimentos de ningún tipo más allá de los arreglos económicos pertinentes. Sorprendente. Había tres malagueños, dos murcianos, dos catalanes, tres extremeños y creo que un asturiano en la sala virtual. ¿Es representativa esta posición razonable? Sinceramente, soy pesimista al respecto pero espero equivocarme.

7 de octubre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (07/10/2013)



En la estimulante conversación con el amable lector secesionista, uno de los argumentos de su contrarespuesta - que espero dejar por aquí en cuanto la traduzca -  era que no comprendía la lucha por la Humanidad sino era una lucha por los seres humanos cercanos, próximos, por la humanidad en minúscula. Sin esta concreción nos las habíamos ante una retórica vacía. Era una respuesta a mi objeción de que en función de uno de mis modestos ideales actuales ("la causa general de l’emancipació humana, entesa com l’assoliment del major grau possible d’autonomia i ús del propi enteniment dels éssers humans enfront de la naturalesa i les diverses formes d’opressió social i política"), el nacionalismo no podía sino ser un obstáculo.

El desmontaje filosófico de las observaciones del lector no es demasiado complicado pero había algo en su crítica que me preocupaba y que R. describió categóricamente, cuando le hice partícipe de mis reflexiones al respecto, mediante una única palabra: "Etnicismo". Y, en efecto, pensó uno luego, esa sombra era la que me preocupaba y a la que llevaba días dándole vueltas.

Es sencillo asumir el tradicional debate entre particular y universal para abordar cualquier crítica a la aseveración de que lo máximamente universal se encuentra concentrado en lo singular. Pero eso dejaba fuera un regusto que, aunque no creo que fuera del todo la intención del lector, se adivinaba por detrás de su crítica.

Así pues, como dice R. la cuestión es otra.

Supongamos que entre la colección de particulares que representan "la Humanidad", esa humanidad en minúscula, y el universal (la Humanidad en mayúscula), hay una correspondencia que permite que la acción sobre aquellos implique, de alguna manera, una afectación de éste. El problema es, ¿dónde acaba el radio de acción sobre los particulares que incide en el universal? O no acaba nunca o si se le pone un límite éste puede ser peligrosamente arbitrario. Por ejemplo, mis vecinos de la calle o los habitantes del barrio, como indicaba mi interlocutor, tal vez los de la ciudad donde uno vive serían dignos de mi acción. Mas también, si el criterio fuera la inmediatez espacial, es decir, la distancia, mis congéneres de Binéfar, en Huesca, están más próximos que los de Alcanar así que su bienestar podría competerme tanto o más que el de los de Alcanar y, por lo que uno sabe, la independencia de Catalunya les es, cuanto menos, indiferente así que trabajar por la secesión no les ayudaría en mucho. Eso si la inmediatez se toma como distancia física. Porque para mis amigos madrileños, malagueños o alemanes puede que la independencia de Catalunya no sólo les sea indiferente sino que les sea perjudicial... No lo sé pero eso es igual, en realidad. Sólo si la mediación del concepto étnico de "pueblo catalán" está ya operando como pre-juicio, como pre-concepto, como concepto no reflexionado, puedo cerrar la referencia ilimitada o arbitraria a particulares y decidir que para ellos la independencia de Catalunya es beneficioso. Ese pre-concepto pone un límite, circunscribe la distancia y establece los parámetros de la proximidad y la lejanía.

Es decir, el concepto étnico de "catalanidad" está ya funcionando y es el que permite que la atención a los más próximos, en los que se realiza la idea abstracta de Humanidad, sea, en realidad, la atención a los "catalanes". Es posible que para ellos pueda ser beneficioso, y por ello para la causa general de la emancipación de la Humanidad, la independencia de Catalunya. Mas esta presunta inmediatez de lo particular, de lo concreto, de lo que está "a la mano", es tramposa porque no es una pura referencia a lo inmediato la que opera en la argumentación sino que los humanos inmediatos a los que me debería dedicar deben ser, ya, previamente, aquellos distinguidos como "catalanes" y no otros.

La causa general de la Humanidad puede ser retórica vacía. Tal vez. Pero la de la humanidad, en pequeño, la cercana, por contra, está sospechosamente demasiado llena.

5 de octubre de 2013

Voces del Extremo 2013: Poesía y resistencia

 

Llega a mis manos el programa de "Voces del Extremo 2013: Poesía y resistencia" que, este año, abandona las tierras del sur y se instala en la capital del reino. Una dura apuesta de mi querido Antonio Orihuela. El programa, eso sí, resulta espectacular. Están casi todos los que son y son la mayor parte de los que están.  Un abrazo para los amigos y participantes.




Jueves 31 de octubre:

19’30-21’30 h.: Mesa redonda, en el Ateneo de Madrid (c/ Prado, 21)
“¿Hasta dónde la responsabilidad de las y los intelectuales en la coyuntura histórica actual?”. Con Manuel Rico, Belén Gopegui, Marta Sanz y Jaime Pastor. Modera: Matías Escalera Cordero. 


Viernes 1 de noviembre:

I Tanda de recitales, en El Patio Maravillas (sala 2ª planta) (c/ Pez, 21)

11 h.: David Bobis
11’10 h.: Gsús Bonilla
11’20 h.: Ángeles Maeso
11’30 h.: Antonio Crespo Massieu
11’40 h.: Iván Rafael
12 h.: Inma Luna
12’10 h.: Jorge Segovia Martín
12’20 h.: Cesar Amatria
12’30 h.: Alfredo Piquer
12’40 h.: Manuela Temporelli
13 h.: Ángel Muñoz
13’10 h.: Giovanni Collazos
13’20 h.: Andrea Aguirre   
13’30 h.: Antonio Martínez i Ferrer

II Tanda de recitales, en El Patio Maravillas (sala 2ª planta) (c/ Pez, 21)

17 h.: Bárbara Butragueño
17’10 h.: Manuel Rico  
17’20 h.: Alicia Martínez
17’30 h.: Miguel Martínez López
17’40 h.: Bernardo Santos
17’50 h.: Ángel Fernández Fernández
18 h.: David González

18’30 a 19 h.: Pausa musical:  (sala planta baja multiusos).
Belén García Nieto (Voz)
Tuky (Guitarra)

III Tanda de recitales, en El Patio Maravillas (sala 2ª planta) (c/ Pez, 21)

19’15 h.: Roxana Popelka 
19’25 h.: Arturo Borra
19’35 h.: Salustiano Martín  
19’45 h.: Enrique Falcón  
19:55 h.: Laura Giordani
20:05 h.: Manuela Paso
20:15 h.: Antonio Orihuela

22 h: Jam de poesía en El Dinosaurio Todavía Estaba Allí (c/Lavapiés, 8)


Llega a 
Sábado 2 DE NOVIEMBRE:

IV Tanda de recitales, en El Patio Maravillas (sala 2ª planta) (c/ Pez, 21)

12 h.: David Benedicte
12’10 h.: Alberto Gil-Albert  
12’20 h.: Javier GM
12’30 h.: Ana Pérez Cañamares
12’40 h.: Víktor Gómez
13 h.: Carlos Salem 
13’10 h.: Milagros López  
13’20 h.: Rubén Romero Sánchez  
13’30 h.: María de la Vega  
13’40 h.: Óscar Pirot 

V Tanda de recitales, en El Patio Maravillas (sala 2ª planta) (c/ Pez, 21)

17 h.: María Solís Munuera
17’10 h.: Ángeles Pérez López
17’20 h.: Felipe Zapico
17’30 h.: Vanesa Pérez Sauquillo
17’40 h.: Ángel Guinda
17’50 h.: José Daniel Espejo
18 h.: Ariadna G. García

18’30 a 19 h.: Pausa musical: (sala planta baja multiusos).
Diana Trigueros

VI Tanda de recitales, en El Patio Maravillas (sala 2ª planta) (c/ Pez, 21)

19’15 h.: Isabel Pérez Montalbán  
19’25 h.: Pablo Guerrero 
19’35 h.: Ángel Petisme
19’45 h.: Guadalupe Grande
19:55 h.: Juan Carlos Mestre
20:05 h.: Begoña Abad

22 h.: Jam de poesía en Vergüenza Ajena (c/ Galileo, 56)
(Apertura a cargo de Poetik’s)


Domingo 3 DE NOVIEMBRE:

VII Tanda de recitales, en El Campo de Cebada (Pza. de la Cebada)

12 h.: Antonio Díez  
12’10 h.: Pedro Luis Verdejo
12’20 h.: David Trashumante
12’30 h.: Eddie J. Bermúdez
12’40 h. : Jesús Gé

2 de octubre de 2013

Un fragmento de "La cabellera de la Shoá" de Felix Grande



 "Cuídate del Desprecio. Si transiges
con ese gen ciempiés estás perdido: cualquier día
llamarán a tu casa con un número,
con una exactitud y una definición,
un logotipo y un escupitajo
... y raparán el pelo a tu hermana a tu madre a tu hija:
se están movilizando: avanzan: vienen
resolutivos, hímnicos, felices:
dispuestos a cegar con piedras de desprecio
el pozo genealógico, el aljibe apellido,
el útero sagrado de tu nombre"

(Biografía, p465)