6 de marzo de 2012

Erri de Luca y la revolución


Las observaciones de Erri de Luca, que militó en nuestra mítica Lotta continua, en El País del domingo, no dejan indiferentes a quienes hemos servido a la causa totalitaria como aprendices de revolucionario:


"—¿Mereció la pena? ¿Volvería a hacer lo mismo?

—Cuando estaba en prisión, Rosa Luxemburgo le pidió a una amiga que pusiera en su tumba este epitafio: me arrepiento de no haber sido tres veces más osada. Luego dice que era broma. Yo no me arrepiento de nada. Las grandes causas implican a menudo a gente poco apta que toma lo que hay. Incluso el mayor profeta de la historia, Moisés, era tartamudo.

—Y no llegó a la tierra prometida.

—Pero abrió el camino.

—¿Hoy hay alguna posibilidad de revolución?

—Mire al sur del Mediterráneo. ¿En nuestros países? No. La revolución es una necesidad, no una inspiración poética. No tiene que ver con una edad o con el temperamento, es una maldita necesidad. Y entre nosotros no existe esa necesidad. ¿Que hay injusticias? Claro, pero esta generación pide cuentas de la injusticia directamente a aquellos que la cometen, quiere dialogar con el poder, es fundamentalmente democrática, y las revoluciones no lo son.

—¿Pueden también ser injustas?

—Claro. Dice un proverbio ruso: cuando se corta el bosque vuelan las astillas. En ese sentido, yo me siento una de esas astillas."