14 de enero de 2012

Escribe Martín López-Vega acerca de los premios literarios


En el Blog de El Cultural:


"A los poetas, creo yo, no hay ni que pasearlos, ni que premiarlos. Que trabajen en algo decente, como todo el mundo, y si luego lo necesitan, que escriban. Claro que si por mí fuera, prohibiría el fútbol profesional (¿qué es eso de hacer ricos a unos chavales por darle bien a la pelota? Y no me vengan con que eso tiene público; ahí están las cifras de deuda de los clubes) y tantas otras subvenciones a cosas que sin duda sobrevivirían sin tener que regalarles dinero de todos. Esos dineros, a bibliotecas y polideportivos, y ya verían lo cultos y deportivos que salíamos todos...

(...)

Lo mejor que se podría hacer por la poesía es eliminar todos los premios pagados con dinero público (si aún queda algún mecenas, allá él, es su dinero). A mí que los dineros públicos se vayan en limosnas a poetas me parece tan escandaloso como que lo hagan en “centros de alto rendimiento” para piragüistas. Aunque bien pensado, en vez de premios, un centro de alto rendimiento de esos para poetas igual daba mejor resultado...

(...)

¿Qué ocurriría si desaparecieran los premios? Para empezar, desaparecería alguna que otra editorial que vive del cuento. Luego, publicar se volvería más difícil. Probablemente hasta los treinta y tal uno no consiguiera publicar su primer libro, cuando ahora, si tiene libro para publicar a los dieciséis, lo publica. Tampoco veo que sea un problema. Libraríamos a los lectores de mucha morralla preparatoria, al primer libro llegarían quienes realmente tengan vocación y calidad (bien, vale, esto es más discutible) y en general salvaríamos bosques y otros etcéteras mentales y forestales bastante saludables también"

El artículo completo, excelente, aquí.