30 de septiembre de 2011

Leyendo a Dorothy Porter (I)


Otra de las lecturas del verano fue la traducción al castellano de Enrique de Hériz de The Monkey's Mask una de las novelas negras en verso de Dorothy Porter.

De la pasión de uno por la tal vez mal llamada "poesía narrativa" debe de haber quedado constancia en estos años. Denostada por muchos editores que confunden la poesía con la acumulación caótica de adjetivos y substantivos a fin de producir "arriesgadas metáforas" (¡y tan arriesgadas!) o soniquetes en forma de ritmo, cadencia, acento, rima, etc., algunas de las más grandes obras de la lírica contemporánea responden a esta "tendencia": desde los Cantos de Pound al Omeros de Walcott o las Noches Prusianas de Solzhenitsyn. Eso para no aducir su supremacía si se cuenta que las obras mayores de la poesía humana, comenzando por la Ilíada y la Odisea y siguiendo por La Eneida, La Divina Comedia, el Mahabharata, el Cantar del Mío Cid o El paraíso perdido son obras puras de narratividad poética.

Pero fruto de la alianza entre romanticismo, vanguardias e intereses editoriales, comerciales y de poder en el campo literario, la narratividad en poesía sufre, en este país, un cierto menosprecio. Si en un poema se halla un "salió, cerró con llave y abrió su coche" por muy endecasílabo que sea, ciertos críticos, editores y poetas fruncirán el ceño y preferirán un "naufragar en los rincones de una boca" o "un buque zarpa con los riñones deshechos" o, peor, un "el desaliñado manto substancial de tus ojos".

De ahí que tenga un especial valor la apuesta de "La otra orilla" de publicar la novela negra en verso de Porter. Aunque uno no pueda subscribir por completo el entusiasta juicio del traductor acerca de la capacidad de subsistencia de todos los poemas del volumen por sí mismos, desgajados de la trama, y a pesar de que uno pueda creer que hay una excesiva supeditación de lo poético a lo narrativo porque la forma escogida es tensa y enormemente difícil y exige concesiones difíciles de armonizar, esta misma dificultad es la que le confiere grandeza y envergadura a la obra de Porter: escribir una novela negra en verso es casi un imposible y, con todos los defectos y críticas que se le puedan hacer desde cualquiera de los dos géneros, esta empresa es, sencillamente, colosal y valerosa. Sólo por eso merece mi más profunda admiración.

29 de septiembre de 2011

Memento


Seis años del final de la agonía de mi padre. El recuerdo no se borra aunque los bordes más afilados de su sufrimiento se atenuan. El domingo visitamos su tumba: un ritual que cobra cada vez más sentido conforme nuestra vida se va consumiendo. Breve visita. Acto de recuerdo y resistencia contra la Naturaleza y su tiempo.

A la vuelta, en el coche, distendidamente comentamos con mi madre y mi hermano detalles sobre testamentos y últimas voluntades y compartimos una reflexión sobre el carácter industrial del incineramiento, al que desde siempre habíamos estado inclinados, y la posibilidad de recuperar el enterramiento para nuestro caso. Ya se verá... Seguro...

28 de septiembre de 2011

La Baragaña: poetas valientes


Si hace algunas semanas era José María Cumbreño el que comunicaba su iniciativa editorial, o más bien su retorno, con las "Ediciones Liliputienses", ahora es otro buen poeta, Jorge Espina, quien sigue también ese camino valiente y pone en marcha "Ediciones La Baragaña". Debuta con una antología de relatos de autores mallorquines (Puro cuento) y anuncia que en los próximos meses publicará libros de poesía de "Luis Ansorena, Biel Vila, Antonio Rigo, Antonio Orihuela, Begoña Paz y Omitsu Yosida, así como una recopilación de poesía mallorquina actual". La cosa promete.
Suerte Jorge.

27 de septiembre de 2011

¿Necesitamos utopías?


Iñaki, batasuno irredento cuando coincidimos en primero de Filosofía, y ahora empresario de éxito, dijo una vez: "los únicos utópicos son los que piensan que en el futuro todo seguirá como ahora".

Si tuviera razón, ¿para qué necesitamos más utopías?

26 de septiembre de 2011

¿Por qué hay un plato que gira dentro del microondas?


Pues uno confiesa que cree tener la respuesta y por ello nunca se había planteado semejante pregunta. Sin embargo, este libro de Manuel del Barrio que José María Cumbreño, microeditor de Ediciones Lliliputienses, me ha enviado hoy contrareembolso, podría desengañarme. A ver.

24 de septiembre de 2011

Luces de Gálibo: una excelente noticia


El otro día un poeta al que admiro desde hace muchos años, desde antes de que se pusiera al frente de un proyecto editorial, Ferran Fernández, me comunicó por correo electrónico que Luces de Gálibo publicará durante el 2012 mi libro Las vidas de las imágenes.

Una excelente noticia y un motivo de alegría y casi de orgullo por venir de quien viene y porque Luces de Gálibo, que ha publicado un montón de buenos libros de poesía, cuida primorosamente las ediciones. He dejado reposar la emoción unos días para no escribir una nota excesiva pero lo cierto es que uno está muy pero que muy contento.

Empezaba a pensar que este libro, que fue finalista del "Leonor" y del "Ciudad de Mérida" en el 2009 (en este último en compañía, por ejemplo, del extraordinario Ovejas esquiladas que temblaban de frío de Gsús Bonilla) debería esperar tanto como, por ejemplo Filosofía de la minucia que fue escrito en 2002 y no vio la luz hasta 2008. Afortunadamente, quizás porque ya consumió su tiempo de "nevera" con creces, en principio no será así. Uno lo escribió entre el verano de 2004 y la primavera de 2005. Lo dejó "dormir" y lo reescribió en 2008 y en 2009 lo envió a probar suerte en concursos (con poco éxito y muchos gastos de envío). Ese mismo año, mi querido Antonio Orihuela lo leyó y le escribió un estupendo prólogo que verá la luz con el texto. Dicho sea de paso, hay momentos en que pienso que es casi mejor que los poemas que prologa pero eso es otro cantar.

En fin, una buena noticia. Ahora sólo queda ver en que se "sustancia" finalmente Bajo la lluvia, que debía salir este año y esperar a que acabe su tiempo de congelación la colección de poemas que he escrito en estos dos últimos años. A ver...

P.S: Y la puñetera novela que está en sus últimos estertores pero se resiste a clausurarse...

23 de septiembre de 2011

Houellebecq


A menudo uno consigue hacer oídos sordos a los cantos de sirena de los medios y sus corifeos en el campo de la crítica literaria: pocas novedades, y menos de poesía, recomendadas en los periódicos o revistas que de vez en cuando hojeo acaban en la biblioteca.

Caso aparte es Michel Houellebecq de quien leí, al poco de publicarse, la traducción castellana de Plataforma por sugerencia de Esther, que ya había leído, y gozado, Las partículas elementales. Como Plataforma es, sencillamente, una de las mejores novelas que uno ha leído y figura en lugar destacado en su canon subjetivo por su capacidad de narrar una historia de amor en la cual la literaturización se acerca al cero absoluto, en las antípodas de otra joya que figura en ese mismo canon, Ada o el Ardor de Nabokov, no me costó nada adquirir un ejemplar de El mapa y el territorio saludada, en la propaganda, como "la mejor novela del autor".

No cabe extenderse mucho. Para quienes admiramos su obra, El mapa y el territorio es uno de sus textos más flojos. Una fenomenal broma, eso sí, plena de ironía y festoneada de algunas reflexiones interesantes sobre el arte y el capitalismo pero que ya estaban presentes en sus obras anteriores y aportan más bien poco. Aun así, es probablemente más valiosa que cualquiera de las novelas que uno ha leído en todo el año.

Alguien ha comentado que en este libro Houellebecq "se ha vendido": uno no sabe bien a qué o a quién pero así como uno fue incapaz de apreciar la ironía de Miłosz (ya llegará el momento de hablar de ello) tiene la impresión de que quien afirma esto no ha captado (también podría ser que no existiera) el tremendo fake que supone esta novela.

22 de septiembre de 2011

Felix Francisco Casanova: juventud petrificada



Es innegable que la publicidad y el "mito Rimbaud" generan un "horizonte de expectactivas" (Jauss) que predispone favorablemente a afrontar la lectura de cualquier poema de Félix Francisco Casanova y eso no puede ser obviado. Sin embargo, tampoco puede serlo que sus poemas, al menos los recogidos en la Antología Cuarenta contra el agua que publicó Demipage, son vibrantes y de una soberbia espontaneidad (con los desequilibrios inherentes a ésta: la alternancia de fragmentos extraordinarios con otros más bien prescindibles).

Con todo, uno tiene la sensación que la impronta que dejan sus poemas también tiene algo que ver con la suerte de juventud petrificada, congelada, que transpiran. Al leerlos es como si la fugacidad de la juventud recién salida de la adolescencia, con sus arrebatos, ambigüedades, intensidades, dolores y placeres extremos e insobornables, se vitrificara y se expusiera a la universalización por su inmovilidad, por su clausura.

Palabras de un poeta joven que no pudo ser más que joven. Palabras que nos retrotraen a una época que recordamos decisiva por su brevedad y voracidad.

Poesía de un verano que uno ha leído este verano. Poesía auténtica, de verdad.

"LAS COSAS QUE DAN PLACER
seguro vienen por el río
y en la cascada se lanzan
como ramos de flores
en una procesión
y yo qué sé, afanarse
en recogerlas como un avaro
tiende su capa ante
las monedas de oro,
es, imagino, un error.
Mejor tomarlas como la lluvia
que moja sin querer,
al igual que el viento se lleva
las hojas de otoño.
alegremente."

20 de septiembre de 2011

El infame dogmatismo de los logseros


¿Cabría añadir al título de este comentario, "de los 'progres' logseros"? Hoy día ya no: lo cierto es que también hay conservadores logseros y bien contentos con la LOGSE. Les ha favorecido extraordinariamente.

Gregorio Luri, un pedagogo razonable y racional (cosa extraña pero es que ha pasado por todas las etapas educativas dando clase y no ha pontificado desde la irrealidad de un despacho y además ha estudiado con provecho -parece- Filosofía) describe en su Blog el último fraude de los cada vez menos reconocidos supuestos logros de la LOGSE:

"A los interesados en hacerse una idea cabal de los efectos de la LOGSE y de la herencia que nos han dejado sus promotores, tan filantrópicos ellos, les animo a leer el BLOG DEL IFIE. Eso sí, lleven un pañuelo para recoger las lágrimas.

Nos han querido hacer creer que aunque la LOGSE pudiera tener algún defectillo, ha universalizado la escolarización obligatoria y, por lo tanto, ha conseguido incrementar el nivel de conocimiento general de la población. Pero este es un miserable cuento chino. La verdad es muy otra y está recogida en este gráfico confeccionado con los datos proporcionados por la OCDE hace pocos días"

El resto del excelente texto aquí.

19 de septiembre de 2011

Más sobre reformas y utopías


A uno le disgusta la lógica apocalíptica. El catastrofismo no es más que una nueva versión, pensada en términos de stress y generación de ansiedad para las masas, de la vieja parousía cristiana: la inminente segunda venida de Cristo que, por cierto, como siempre sucede, aun se espera.

Los escenarios apocalípticos son muy del agrado de los profesionales de la revolución, tanto como de los mass media y hay que desconfiar de ellos: tienen una larga historia de incumplimientos detrás y garantizan una serie de atropellos por las "circunstancias excepcionales", por la "inminencia", de los cuales ya sabemos bastante.

Por ello, uno no se toma dramáticamente el análisis que se publicaba en El País del domingo acerca de las posibles repercusiones políticas de un fin de la unidad monetaria europea actual pero sí insiste en que este escenario es uno de los que pueden acaecer si las esperanzas de las clases medias empobrecidas se depositan en proyectos "revolucionarios": en utopías y no en reformas. Y uno insiste: una guerra es una revolución en su sentido más amplio. No es utópica pero muchas veces se asientan en utopías (por ejemplo la de un país étnicamente "puro" que unido en torno a una estirpe, raza o lengua propias o únicas, podrá ser capaz de encarar la crisis y vencerla, así, de sopetón, de un golpe, como dijo Guardiola: "Si ens aixequem molt d'hora i treballem molt, som un país imparable!", como si no lleváramos años haciéndolo...).

"Saxo Bank considera que esa solución supondría de dos a tres billones de euros solo en recapitalizaciones bancarias. UBS ha llegado a calcular el coste de que un país del euro abandone la moneda única en unos 10.000 euros por persona durante el primer año, más unos 3.500 euros adicionales los años siguientes. En el caso de Grecia, el Gobierno alemán calcula costes suntuosos para Atenas si eso ocurre, con un retroceso del PIB del 50%. En cuanto a los costes políticos, los analistas ni siquiera descartan 'Gobiernos autoritarios o militares, incluso guerras civiles', según Citigroup. Y según el ministro de Finanzas polaco, que ha vaticinado 'una guerra' a lo largo de la próxima década si eso ocurre"

18 de septiembre de 2011

A propósito de Marc



La propensión a prolongar nuestra existencia en los hijos siempre está ahí. Al menos en estos tiempos de la historia del mundo o de la historia de las sociedades occidentales. Uno ha procurado limitar al máximo los riesgos de esa tendencia y está por afirmar que, en muchas ocasiones, lo ha logrado. En otras, por supuesto, no. Con todo, el balance era moderadamente satisfactorio. Esta semana pasada, sin embargo, surgieron dudas a propósito de Marc y su afición al fútbol americano.

El 11 de septiembre celebramos su undécimo aniversario. Uno de los regalos, traído por el joven con el que sale Clàudia desde New York, fue una réplica de una camiseta de los Eagles de Philadelphia: la de Michael Vick. Está claro que la pasión por este deporte que profesa Marc le debe mucho a este vicio que uno padece desde que vio, con Rais, la Super Bowl de 1985 en una noche de frío, Filosofía, alcohol y amistad.

Por ello, cuando el miércoles acudió al primer entreno del equipo de fútbol americano de Barcelona donde quiere jugar, los Búfals, fue difícil evitar una sensación ambivalente y dediqué toda la jornada a disuadirlo.

Cuando llegamos al campo y contempló la enorme cantidad de castillos y armarios fibrosos, musculosos, enormes, que poblaban el campo y miré a Marc, con sus 11 años recién cumplidos, su camiseta de Vick y su poco más de metro cincuenta, entrar en aquel bosque uno se sintió profundamente culpable: tenía la certeza de que a los cinco minutos saldría despedido con alguna fractura grave por culpa de esa transmisión de lealtades y gustos que ha procurado amortiguar.

Sin embargo, nunca había visto la expresión de felicidad tan plena que llenó su rostro cuando le pasaron su primera pelota y la recibió correctamente: allí, en medio de aquellos jóvenes hercúleos -el menor de los cuales le lleva tres años- se movía Marc provisto de una inolvidable sonrisa que no le abandonó durante las dos horas de duro entrenamiento que, probablemente, fueron dos de las mejores horas de su corta vida hasta ahora.

Uno se siente menos culpable. De momento. Veremos cuando caiga la primera lesión. Esperemos que tarde lo más posible pero acontecerá. No se puede ser tan tonto como para creer que él será distinto. Procuraré mortificarme lo justo. Perdóname Marc si llega a ser el caso.

16 de septiembre de 2011

Zapateradas


El juicio del que escribe sobre este presidente nunca ha sido demasiado benévolo. Hueco, cortoplacista y demagogo como no debería serlo un alto responsable político de un país, ninguno de sus aparentes guiños "izquierdistas" (derechos civiles, memoria histórica, subsidios) han ido nunca mucho más allá del rendimiento electoral y mediático. Por contra, en su debe cabe reprocharle que no haya sido capaz de emprender una política fiscal equitativa y rigurosa, que la política educativa haya seguido siendo perniciosa o que los derechos de los trabajadores hayan ido en continuo declive y sus condiciones laborales se hayan deteriorado. Eso para no hablar, pues a uno le da lo mismo, de una errática política exterior.

Por suerte se va y deja un magnífico regalo que, al menos, servirá para que otro mercenario de la política, Rubalcaba, no pueda llegar a ser presidente. Asimismo, condena a la izquierda realmente existente a una larga temporada en esa caverna en la vive desde hace muchos años: algo poco esperanzador pero quizás necesario. La vergonzante reforma constitucional, tan difícil y delicado que era reformarla años atrás (!), que increíblemente no pasará por las urnas y, sobre todo, la cobardía de no reconocer que ha supuesto lo que es del dominio público, un diktat del llamado "mercado" que merma considerablemente la soberanía de los ciudadanos que habitan este Estado, han sido sus últimos dislates a modo de lamentable conclusión de su mandato.

No tenía más ideología que el cortoplacismo, decían los diplomáticos estaodunidenses. La pregunta es, ¿tenía acaso algo más de moral?

Afortunadamente, adiós señor José Luis Rodríguez Zapatero.

15 de septiembre de 2011

Una vez más puntualizando acerca de reformas y utopías (y II)

Asimismo, un amigo critica que hace meses parecía abogar por la revolución y ahora no. Puede que uno se contradiga pero intenta, en la medida de lo posible, evitarlo al máximo.
Me da la impresión de que, en su día, uno se limitó a aseverar que, ante la falta de opciones políticas sustantivamente diferentes y la evidente dictadura del "mercado" (de las grandes corporaciones, del capital en su sentido más puro y duro), amplias capas de la población que depositaron sus esperanzas en el estado del bienestar como alternativa pragmática (el estado como corrector de las desigualdades, la democracia representativa, un relativo régimen de libertades, etc.) podrían ponerlas, ahora, en una revolución. Y advertía que, en el caso de que se desatara semejante proceso (no sé si ocurrirá o no), deberíamos andarnos con cuidado porque las revoluciones, hasta ahora, ni acostumbran a ser lo que parecen ni son tan hermosas como nos las representamos. Ya está.
En otra nota dejé un día constancia de que uno desconfía de las tomas de partido políticas, que no del compromiso con "lo político". Por tanto, difícilmente se me verá abogar ni por la revolución ni por su represión ni creo haberlo hecho en estos años (otra cosa es el pasado).

Por último, un lector y amigo cree que de mis palabras sobre Keynes se colige que prefiero que las cosas sigan como están. Uno no diría tanto. ¿Queda algo de keynesianismo hoy día? ¿Son los subsidios que mantienen la situación de indigencia de millones de ciudadanos en Estados Unidos o Gran Bretaña, pero también en España, keynesianismo? ¿Un programa keynesiano no sería visto, hoy día, casi como radical e impracticable?

En cualquier caso, uno hablaba del día a día. Reitero: sub specie aeternitatis, mirada desde la que algunos partidarios de la revolución sangrienta y total, o simplemente total, parecen contemplar el mundo, ¿qué importancia tiene que los homosexuales puedan contraer matrimonio? ¿O que Palestina se proclame Estado independiente? "Regresión conservadora", "paso innecesario"... ¿Qué sentido tiene luchar por un Estado si lo que tendrían que hacer es renunciar a él? ¿Qué sentido tiene el matrimonio sino es más que una concesión a la familia (uno de los pilares del estado burgués y capitalista)? Ya... Bueno, el caso es que estamos hablando del bienestar económico y espiritual de seres humanos de carne y hueso que todavía están vivitos y coleando por aquí. Estos pasos quizás no nos parezcan "pasos" en ninguna buena dirección (en cierto sentido a uno tampoco se lo han parecido hasta hace bien poco y sigue albergando sus dudas respecto a ellos). Nos pueden parecer reformas sin calado: ya estamos de vuelta, nosotros, blancos heterosexuales casados o divorciados y ciudadanos de un estado. Pero ¿hemos de prescindir de ellas en la larga vigilia que lleva cientos de años antecediendo a la Gran Revolución que no acaba nunca de llegar aunque siempre se está anunciando como inminente? ¿Hemos de prescindir de un impuesto sobre el patrimonio contundente (no el que prepara Rubalcaba) sólo porque es una simple reforma cosmética a los ojos del Gran Dios Revolucionario?

Recuerdo, y ya lo he dicho alguna vez, que sigue siendo válida la frase de Antonio Orihuela: "la anarquía (o la revolución o el nuevo sistema productivo o lo que sea) advendrá cuando la gente quiera". Cuando a la gente le de la gana, cuando la mayoría, no una vanguardia, la mayoría absoluta de esta sociedad haga uso de su capacidad de decir "no", acontecerá, tal vez, ese Gran Día, ese Nuevo Amanecer que algunos tanto esperan pero mientras tanto hay mucho sufrimiento y dolor que se podrían - y deberían - mitigar. ¿No vale la pena gastar algunas energías en intentarlo?

14 de septiembre de 2011

Una vez más puntualizando acerca de reformas y utopías (I)


El penúltimo post ha provocado no un alud de críticas, no hay que exagerar, pero sí algunas por parte de amigos y algún que otro lector. Tal vez, como me propone uno, debería abrir comentarios para evitar malentendidos. Quizás debería hacerlo. Habrá que planteárselo.

De momento.

Uno no está descalificando las utopías en su propia condición de tales. Seguramente no me he explicado bien. Lo que critico es la articulación de un programa político real sobre supuestos irreales: confundir el ser con el deber ser.
Todos deberíamos ser solidarios (por ejemplo, o tolerantes, o cariñosos) pero cabe dudar de que exista nada en nuestra naturaleza que lo garantice y que sea reprimido por la sociedad capitalista. Pudiera no ser así: no deberíamos estar tan seguros y ser tan optimistas. ¿Y si el "Sistema" no fuera el responsable de la avaricia, la agresividad o la intolerancia? Imaginemos, por un momento, que algo en la naturaleza humana, en su constitución genética (aunque uno no lo cree) predispusiera a la competitividad o la agresividad y no a la cooperación: cualquier programa político basado en la cooperación fracasaría a no ser que la impusiera "contra" la naturaleza humana y ya estaríamos al cabo de la calle.
Aunque uno duda de la existencia de una "naturaleza humana" deberíamos ser lo suficientemente cautelosos como para no excluirla: muchos científicos y pensadores han aportado datos y argumentos para demostrar su existencia que deberían ser tenidos en cuenta.
De ahí que confundir ambos planos lleve, casi siempre, a la ingeniería social como proyecto político y a su corolario: el totalitarismo (excepción hecha de algunos programas anarquistas "suaves" o liberales en el mejor sentido del término). Si el ser no se acomoda al deber ser peor para el primero: hay que reeducar al ser humano o dar a luz un "hombre nuevo" y ya sabemos lo que acostumbra a suceder entonces.
Renunciar a la hipoteca utópica, por tanto, no desmerece ni la utopía como tal ni las opciones más radicales de transformación de la sociedad pero sí supone poner entre paréntesis la necesaria vinculación entre ambos dominios que se implantó en la acción política revolucionaria desde el siglo XVIII.

[Nota al margen: y, con todo, al lado de la belleza de un More, un Campanella, un Bacon, un Kropotkin o un Marx tenemos la severa advertencia de un Golding, un Huxley o un Orwell. ¡Ojo con las utopías!]

13 de septiembre de 2011

Presentaciones de La Vida Rima


Escribe mi querido José Naveiras para informar de dos eventos:

"Esta semana hay dos eventos relacionados con la asociación La Vida Rima. En concreto la presentación de dos libros de LVR[ediciones. El jueves 15 se presenta el último título de la editorial Molésteneme solo para darme de comer de Eva Gallud y será a las 20:30 en librería la Independiente, en la calle Espiritu Santo 27 (Metro Tribunal, en Malasaña) y una nueva presentación de la antología Poetrastos el viernes a las 21 horas en las asociación cultural Catorce Huertas (C/Huertas 14) donde algunos autores leerán poemas propios y Angel Muñoz hará las veces de jefe de ceremonias al haber sido el antologador del libro."


¡Que vaya bien!

11 de septiembre de 2011

Hay reformas que valen más que mil utopías


Mi amigo Jordi, "Náufrago del Espacio sideral", reflexionaba el otro día sobre la inutilidad de la apuesta política por la "equidad fiscal". Escribía Jordi:

"I enmig d'aquest batibull, una senyal que les coses es mouen: els rics alemanys, francesos i americans demanant que els hi augmentin més els impostos; de fet, res d'estrany, no és que siguin més solidaris o més idiotes que els altres milionaris d'altres contrades, saben millor que ningú, que historicament en situacions de desigualtat els caps dels qui tenen quartos també cauen; però tenen un problema des del meu punt de vista: si pensen que pagant una mica més les desigualtats no continuaran augmentant, s'equivoquen, perquè el sistema econòmic que ens governa està programat perquè els guanys d'aquells que tenen cada vegada sigui més gran. I de fet, penso que la percepció de la gent de peu davant els més rics, no canvia gens entre tenir un castell o tenir-ne tres o mil. Vull dir, que no crec que quatre molles puguin calmar el malestar, la mala llet."

En el fondo moral de la argumentación uno no puede sino estar de acuerdo con él: es dudoso que los movimientos de grandes fortunas reclamando un trato fiscal más equitativo (más "progresivo", que tribute, proporcionalmente, más quien más tiene) obedezcan a la filantropía o a un arrebato de moralidad sino más bien a un cálculo de supervivencia.

Con todo, uno insiste en que, actualmente, no es sólo un imperativo moral sino también político restaurar y ajustar la equidad fiscal. Si se desconfía de los proyectos de ingeniería social amparados en utopías, lo cual no significa despreciar las utopías per se sino los programas que proponen una serie de medidas prácticas, empíricas, apoyándose justo en lo no empírico, en lo ideal, en lo contrafáctico, y se opta por la acción política "real", el papel del Estado como corrector de las desigualdades generadas por el "mercado" no debe ser desdeñado como "reaccionario", "insuficiente" o "insignificante".

Para entendernos, el modelo keynesiano no es una panacea ni una configuración siquiera óptima pero es preferible, racional y moralmente, su existencia y desarrollo que su abandono por maximalismos ultrarrevolucionarios: hemos de hacernos cargo que se trata de la vida diaria de millones de personas de lo que estamos hablando. Millones de personas cuyas condiciones de existencia cotidianas son muy diferentes si funciona un estado keynesiano o uno cuasifeudal o neoliberal. Y a las pruebas actuales cabe remitirse: a los millones de personas afectadas por las crisis de deuda, los recortes sociales, los rescates, etc.

Sub specie aeternitatis quizá nuestras democracias sean simplemente regímenes corruptos y antidemocráticos. Sub specie aeternitatis seguramente no hay apenas diferencia entre socialdemocracia y neoconservadurismo. Sub specie aeternitatis debe haber un interior y un exterior del Sistema. Sin embargo, fácticamente, históricamente, que es el modo en el cual la existencia humana se desarrolla hoy día, sí hay diferencias entre aquello que es visto como "lo mismo". No es idéntica una democracia formal, representativa y "burguesa" que un régimen teocrático o una dictadura sanguinaria. Y tampoco es igual recibir un subsidio en situación de desempleo que no recibirlo. O tener acceso a la sanidad pública que no tenerlo.

Será reformismo, será claudicación pero uno tiene la impresión que aquellos que desde las alturas de su entereza moral claman contra la minucia de la reforma oponiéndole la contundencia ciclópea de la revolución o la catástrofe, pueden hacerlo porque tienen asegurada una porción de supervivencia cómoda (no es el caso de Jordi). Entre no poder pagar un domicilio, vivir de la caridad o los subsidios o, simplemente, carecer de dinero suficiente para que tus hijos puedan acceder a la cultura y ser capaz de hacerlo hay tal abismo que cualquier reforma que tienda un puente sobre él vale más que mil utopías.

8 de septiembre de 2011

¿Farsa detrás de la integración?


Caso del que acabo de tener noticia de primera mano y que puede servir como metáfora del "lado oscuro" de la integración en el campo educativo. Una vertiente que está ahí, de la que no se habla por la concurrencia de la corrección política y el neoliberalismo y que atendería, en más ocasiones de las que la mayoría bienpensante se piensa, sobre todo a motivos tristemente económicos disfrazados de proyectos morales.

El alumno "X", con índices inequívocos de autismo severo, llega a un Instituto público para "ayudar a su integración". El grado de autismo hace difícil, por no decir imposible, conseguir su "integración": todos los docentes del equipo que se hace cargo del curso coinciden en ello a excepción, como casi siempre, del psicopedagogo de turno. El sentido común no cree en la magia cósmica: transformar en cuatro o seis años de escolaridad - suponiendo que llegue al Bachillerato - a una persona con altos niveles de autismo en una persona "normal" es, todos lo sabemos, lisa y llanamente, imposible. Se decide hablar con los padres y sugerirles que lo vuelvan a llevar a una escuela especial. La madre, única que asiste a la entrevista con el tutor, se niega: habla sobre la no-discriminación, la capacidad de superación, la influencia del entorno... Sólo le falta escudarse en la posibilidad de los "milagros".

Dos días después, llega la noticia de que ha recibido una ayuda (en términos vagos e imprecisos, nadie sabe de dónde ni de quién) y la madre comunica al director que el niño se va a un centro especial donde tendrá la atención que merece y que, claramente, no iba a recibir en un instituto que no atiende como es debido "la diversidad".

¿Detrás de la retórica de la integración en la escuela pública qué hay en realidad? ¿Una loable, aunque pueda ser errónea, voluntad correctora de las desigualdades naturales o un inconfesable cálculo económico que se mide en términos de ahorro para familias y administraciones?

5 de septiembre de 2011

¿Cada vez más gente prefiere escribir a leer?


Gary Shteyngart, novelista estadounidense señalado por The New Yorker como uno de los 20 mejores escritores de menos de cuarenta años del país (no está mal, debe figurar en el Top 200) afirma en el Babelia del sábado, con pesar entiende uno, que en su país "Cada vez menos gente quiere leer y más desea escribir".

Y este tipo de afirmaciones generalistas y vacías ocupan un titular...

¿Dónde está la autonomía de la literatura respecto al mercado? Y, sobre todo, ¿dónde la honradez intelectual de los tíos que se dedican a escribir?

4 de septiembre de 2011

La equidad fiscal

El debate sobre la equidad fiscal (mal llamada "progresividad") parece que va cobrando un poco de fuerza. Seguramente se quedará en demagogia y política de escaparate que es la que practican los gobiernos súbditos de las grandes corporaciones multinacionales, izquierdas realmente existentes y derechas, pero al menos se rescata de la "caverna" en donde yacía en manos de los profesionales de la revolución. En El País de hoy: "Ganan más, pagan menos. La presión fiscal sobre las rentas más altas ha caído 10 puntos en España desde 1995".

Que una obviedad semejante tenga aun que ser objeto de controversia...

2 de septiembre de 2011

La jamonería



Cerca del mercado hay una jamonería que le reconcilia a uno con los tenderos. Al fondo del establecimiento se abre un pasillo, perfectamente visible desde cualquier parte del mostrador, flanqueado por estanterías con productos tanto de limpieza como envasados. Conduce a una sala con dos mesas abatibles de pared dispuestas una detrás de la otra y unas cuantas sillas alrededor.

Si uno va temprano, antes de las nueve, puede encontrarse a los cinco dependientes y al propietario desayunando juntos en ese espacio. Es lo de menos si hay armonía o no. Lo que uno diría que más cuenta es que, por un lado, se hacen sus bocadillos con el pan y los embutidos de la misma tienda. Es decir, el desayuno, como antaño, corre de cuenta del propietario. Asimismo, éste come con ellos y de los mismos productos: los propios. Por otro lado, también cuenta el hecho de que cuando llega un cliente, el que escribe en este caso, cualquiera de los dependientes, una de las tres chicas jóvenes, la señora mayor y casi sorda de más de sesenta años o el cuarentón metódico y escrupuloso, se levanta con parsimonia y acude sin que se observe ningún nerviosismo por parte del tendero. Es más, hay ocasiones en que se demoran un poco sin que nadie parezca considerarlo anómalo: es tiempo de desayuno, aunque sea en una hora en que afluye la clientela más madrugadora.

Esta actitud flemática a veces enerva a algún cliente ya acostumbrado al ritmo eficiente de la venta y desconocedor de esa vieja costumbre de desayunar en el lugar de trabajo y ser tolerante con los empleados en su tiempo de descanso. La respuesta del dueño, al menos en la ocasión en que presencié una escena de esta índole, fue invitar al comprador a probar un queso manchego recién recibido.

Un día, hace dos o tres meses, mientras me estaba atendiendo una de las chicas y el tendero jefe examinaba unos jamones y movía con calma un montadientes juguetón, ya desayunados, apareció un mendigo. Pedía comida. No le ofrecieron jamón de bellota pero no se le negó un bocadillo. Ayer, apareció otro y también se le ofreció: podía escoger entre mortadela, jamón dulce, catalana o butifarra de huevo. Cierto, nada de lujo. Pero no es menos cierto que por lo que parece nunca se le niega pan a quien entra en esa jamonería a pedir. O por lo menos uno no ha sido testigo de ello.

1 de septiembre de 2011

José María Cumbreño y Ediciones Lliliputienses


Entre los correos que han ido llegando este verano recojo este de José María Cumbreño en el que da cuenta de su nueva aventura editorial.

"Queridos amigos:

Ediciones Liliputienses está a punto de sacar el primer número de la colección "La biblioteca de Gulliver", que tratará de ofrecer una muestra de la producción de algunos de los poetas contemporáneos más interesantes de la lengua española. En ella serán los propios autores los que seleccionen los textos que mejor representan el conjunto de su obra.
La elaboración de los cuadernos será totalmente artesanal y las tiradas estarán reducidas a cincuenta ejemplares numerados, lo que sin duda, los convertirá en piezas de coleccionista. Gracias por vuestro tiempo. Un saludo.

José María Cumbreño
Ediciones Liliputienses
Blog: http://elblogliliputiense.blogspot.com"

Mucha suerte José María.