31 de agosto de 2010

31 de agosto de 2010: del uso pedagógicamente perverso de la poesía (I)


Aquellos que me conocen un poco saben que soy poco amante de la Poesía, del género con mayúsculas, de la etiqueta poeta, de las poéticas y la poética y que me interesan más los peligros de la poesía que sus siempre loadas grandezas.

En el libro en el que he estado trabajando estos dos últimos años se contiene un excursus sobre la finitud de la poesía, sobre su muerte, que de aquí a una temporada subiré por aquí. Uno de los temas que allí se tratan es la importancia de la repetición, de la copia y la imitación en la poesía en detrimento de la originalidad.

Esta afirmación tiene relación con una apreciación que el teórico de la literatura Itamar Even-Zohar realizó hace algunos años. Even-Zohar sostenía que el consumo principal de productos literarios se lleva a cabo no a partir de textos y menos aún de textos canónicos sino de fragmentos muchas veces no pertenecientes a obras canónicas. Analizando la argumentación de Even-Zohar y prestando un poco de atención al entorno uno puede observar que el consumo principal de poesía que se lleva a cabo en nuestra sociedad tampoco es de textos poéticos de primera línea sino de fragmentos, porciones o composiciones con finalidades pedagógicas, cómicas o políticas.

Un ejemplo claro y difícilmente tolerable para cualquier estómago mínimamente saludable lo ofrecieron las recientes fiestas de Gracia (el célebre barrio de Barcelona donde uno habita desde hace años) que publicó el bando de anuncio de las fiestas de evidente orientación pedagógica en verso. No traduzco porque se perdería la "musicalidad" (!).

"A la fresca de la tarda
dones hi ha que van parlant
i amb el vano mouen l’aire
a la plaça del Raspall.

Gitaneta, gitaneta
quin vestit que t’has posat!
M’he posat les arracades
i un clavell al pentinat.

Que a la nit ballem rumbetes,
que al carrer la festa és gran,
que hem quedat amb la Carmeta,
amb en Peret i amb en Joan.

Paperets i serpentines,
que van de balcó a balcó,
llums, ninots i clavellines
omplen el cel de colors.

Au! que fan les matinades,
va! que surten els gegants,
ei! que a plaça fan ballades
i els castells els fan ben alts.

La Maria va amb en Jairo
agafadet de la mà.
El menut ja tot s’ho mira
potser un dia hi pujarà...

Surt en Toni a la finestra,
ara ja no hi sol baixar.
Una valsa com aquesta
ell la solia ballar.

Hi ha qui fa versos encara
per posar capteniment,
i en un Ban, i amb lletra clara,
ho ha dictat l’Ajuntament:

A les dues a fer nones
les vigílies de pencar,
i les nits abans de festa
a quarts de quatre a plegar.

Els orins a les cabines,
llauna i vidres al seu lloc,
no estirem les bambalines
que el guarnit durarà poc.

Passegem tot xano- xano
que la festa es viu a peu,
ben a prop tenim el metro,
i l’autobús, no ho oblideu.

Quan sentim que es llança foc
hem de dur màniga llarga,
bon barret, fil de cotó,
i cor calent com una farga!

I sentint el pit batent
xalarem amb qui més plagui,
i en les festes somiarem
quan aquesta ja s’apagui.

Somiarem que aquí la gent
d’una ampolla en fa una flor,
d’un retall un guarniment,
d’una idea una il·lusió.

Perquè a Gràcia es fa la festa,
una festa de debò,
que és la gent qui fa la festa,
i és de totes la Major!

Lliurat a Barcelona l’agost del 2010
Guillem Espriu i Avendaño
Regidor del Districte
Ricard Martínez i Monteagudo
President del Consell del Districte
En ús de les facultats que li atorga
a l’Alcaldia l’article 21,1.e
QUE ES COMPLEIXI
Jordi Hereu i Boher
Alcalde de Barcelona"

Ahí es nada!!!

29 de agosto de 2010

29 de agosto de 2010: ciberespacio, blogosfera, entropía y poesía


Con el poema "Objeciones de Radovan Karadzic a las críticas a su poesía" (título provisional del poema que me ha ocupado todo este agosto) que aun sigo tratando de domar tras unos días de pausa por el calor (un calor que persiste y se intensifica pero del que me voy logrando zafar poco a poco mentalmente), doy por cerrado el volumen en el que he estado trabajando estos dos últimos años.

En una primera lectura he decidido dejar fuera unas notas de prosa breve que iba a desarrollar en un epílogo y que, brevemente retocadas, subo aquí. El resto está listo para pasar a los amigos y que comience el despiece.

La prosa debía llamarse "Epílogo: ciberespacio, blogosfera, entropía y poesía" y es esta:

"El ciberespacio está contaminado. Páginas web sin actualizar, enlaces rotos, redireccionamientos no deseados, buscadores saturados de publicidad, sitios web perdidos o abandonados, dominios suplantados... La toxicidad del ciberespacio, de sus desechos, va aumentando y en algunas zonas empieza a ser un verdadero problema navegar por entre tanto desecho.

En la Blogosfera, esa singular provincia del ciberespacio, la contaminación se agrava. Al ruido del desecho se añaden toda una serie de residuos y desperdicios propios de la materia prima que alimenta la mayoría de las bitácoras: la palabra.

Contaminación verbal más que icónica o auditiva que se acumula a la que resulta del propio crecimiento de la población y las comunidades en el ciberespacio. Textos citados y recitados hasta la redundancia más sobrecogedora, lugares comunes reiterados hasta la saciedad, autocitas, referencias cruzadas entre comunidades cerradas sobre sí mismas, y, por qué no decirlo también, una sobreabundancia de poemas que aturde con su exceso.

¿Democratización de la poesía? No necesariamente. El canon sincrónico sigue firmemente controlado por las oligarquías editoriales. Sólo en el diacrónico la opinión pública y la comunidad de lectores (una élite minoritaria, dicho sea de paso, con sus ataques de distinción y esnobismo) intervienen de una manera decisiva.

¿Añoranza de los tiempos en que la poesía se concentraba en el libro o la revista? No necesariamente. La menor cantidad de producción no asegura una mayor calidad ni a la inversa.

Simplemente, constatación de que el furor asesino de la entropía persigue a la poesía allí donde se manifiesta y acabará por aniquilarla."

27 de agosto de 2010

27 de agosto de 2010: sequedad y humedad según Littell


Que Littell corrió en Las benévolas el riesgo del fresco frente al retrato, de la composición frente al elemento, del artefacto artístico frente a la comunicación de la experiencia, lo muestra perfectamente Lo seco y lo húmedo en donde en poco más de cien páginas penetra en la naturaleza del fascismo y en la personalidad de un destacado nazi belga, Leon Degrelle, tanto o más que en las centenares de páginas de su gran novela inicial.

El ensayo, pese a algunos abusos retóricos ligados a la tradición de la filosofía y el psicoanálisis francés de la segunda mitad del siglo XX, trata de explorar las hipótesis de Klaus Theweleit sobre la psique fascista expuestas en Männerphantasien. Theweleit, uno de los escasos investigadores que se ha tomado la molestia de leer muchos textos "fascistas" o "nacionalsocialistas" (no son sinónimos, aunque sean dos variantes de un mismo tipo de totalitarismo), considera que el fascismo se distingue más que por su forma de gobierno o su sistema económico, por su producción de lo real, por su construcción del ser que emana de una peculiar constitución psíquica. El fascista, o "hombre-soldado", es un individuo desprovisto de Yo, en términos psicoanalíticos. No habiendo realizado el Edipo, no se ha liberado de su extremo vínculo sexual y afectivo con la madre y no ha accedido a una socialización real. No ha castrado el deseo incestuoso y no ha aceptado el principio de la realidad y por ello funciona con un simulacro de Yo que sólo puede sostenerse mediante apoyos externos: la ley, la patria, el ejército...

Independientemente de la validez o no de la hipótesis de Theweleit -que debería juzgarse, en todo caso, en concurrencia y no competencia con otras hipótesis culturales, sociológicas, económicas, psicológicas, históricas, ideológicas, etc.- lo interesante del ensayo de Littell es su aparente aplicación al caso Degrelle y la brillantez de su retrato. Esta vez, y hay que insistir en ello, dejando de lado algún abuso retórico, Littell ilumina a un fascista que deviene nazi y con él al mismo fascismo y al nazismo, en pocas y excelentes páginas. Su iluminación no es completa. Es un fogonazo, un foco que se proyecta sobre una figura y deja ver algunos rasgos y oculta otros pero abunda en una convicción que uno comparte con él: el nazismo puede ser de todo menos únicamente vacío. El "modelo Eichmann" de Arendt, la banalidad del mal, no sólo es discutible e incompleto, aunque pueda aplicarse a algunos nazis y tampoco necesariamente al propio Eichmann, sino que puede llegar a ser pernicioso para nuestra comprensión del genocidio que asoló Europa durante los últimos años de la primera mitad del siglo XX. Su ensayo sobre Degrelle, muestra que algunos nazis y fascistas no estaban huecos sino que por contra estaban demasiado llenos, insoportablemente repletos.

26 de agosto de 2010

26 de agosto de 2010: sin tregua con el único socorro de Jonathan Littell


Siuge desaparecido el cielo aunque hoy el acero no tañe sus quejidos y se limita a presidir, descomunal, ardiente, el horizonte. Refugiado en mi estudio saco fuerzas de donde la desgana y la pereza las ha confinado para leer Lo seco y lo húmedo de Jonathan Littell, un ensayo breve sobre el fascismo a partir de la figura de Leon Degrelle, el conocido líder rexista valón que sirvió en las Waffen-SS y en la Wehrmacht hitlerianas y que se refugió en España teniendo una notable vida pública hasta su muerte en 1983.

Hace un par o tres de años leí su encomiable Las benévolas, uno de los intentos más serios, trabajados y ambiciosos de reproducir el punto de vista de los perpetradores del Holocausto que, cabe recordarlo, como afirma el historiador judío Raoul Hillberg, es la perspectiva más adecuada para comprender su naturaleza por la amplitud de las fuentes y documentos conservados y por su posición privilegiada en cuanto organizadores de lo acontecido según planes y acciones originados por sus voluntades .

La gran novela de Littell naufraga finalmente a pesar de su extraordinario hiperrealismo y su dominio de la bibliografía secundaria, que le permite orquestar la trama de personajes "reales" nazis y "acontecimientos" de la Guerra Mundial con una coherencia y verosimilitud pasmosa, precisamente porque se nutre de bibliografía y a ella se ciñe: porque es una construcción teórica soberbia pero se queda en eso, en un artefacto que no logra desmontarse a sí mismo al final para alumbrar lo que aconteció.

En comparación, Seguir viviendo de Ruth Klüger, otra extraordinaria novela de construcción, ilustra el caso contrario: una obra que no se deja atrapar por sus propias exigencias formales y así puede dejar atrás las piezas del dispositivo y desmontarlo para entregar una determinada experiencia.

En ambos casos, independientemente de la condición de cada uno de los escritores (Klüger una superviviente de los campos, Littell un excepcional lector que asume el esfuerzo de asumir la representación del mundo de los ejecutores), la diferencia estriba en la relación entre la construcción de la experiencia y ésta: la forma hiperrealista de Littell acaba suprimiendo la experiencia en el artefacto por las exigencias extremas de un enciclopedismo que la somete a su trazo; la forma de la que se sirve Klüger, menos realista y desaliñada, abandonada en algunos momentos, puede suprimir el esqueleto para dejar paso a la experiencia porque no debe rendir cuentas a sus protocolos de construcción.

Con todo, la hercúlea tarea de Littell merece un chapeau. Cincuenta años después del final de la Guerra pocos escritores han sido capaces, como él, de emprender un auténtico proyecto de comprensión narrativa de lo que sucedió en Europa entre 1933 y 1945.

25 de agosto de 2010

25 de agosto de 2010: nostalgia del cielo


Desde hace dos días no hay cielo en la ciudad. Sólo acero, ardiente acero en continuo movimiento y neblina que aplasta. El cielo se alejó, como acostumbra a suceder tantas veces, y nos dejó en la cercanía de la obra humana. Bajo esa luz de agosto que refulge en la grúa chirriante, actual ordenadora de nuestro mundo, no se puede escribir ni con el aire acondicionado. La mente está colonizada por el calor, el poderoso acero y la nostalgia del cielo oculto.

Tan sólo soy capaz de vagar por los blogs y leer literatura de entretenimiento: historia militar, concretamente, el pésimo ¡Asedio! de Patrick McTaggart. Al menos en el Blog de suscripción de David González encuentro un texto del último trabajo de una poetisa que me interesa, Denise Duhamel, traducido por él y Dagmar Buchholz.

"$200.000

Cuando mi abuelo paterno se murió, mis padres utilizaron el dinero de la herencia y nos llevaron a mi hermana y a mí a un crucero. Lo derrocharon todo -qué demonios- mi familia nunca había disfrutado antes de unas verdaderas vacaciones. Mi abuelo vivió toda su vida en un piso de alquiler con agua fría, con mi abuela, que se había muerto justo unos pocos años antes. Tuve mis primeras verdaderas quemaduras del sol en este crucero, las deliciosas ásperas sábanas frías de la cama de la cabina contra mi espalda. Había dulces cada noche en tu almohada y toallas decoradas con motivos de pájaros. Aparentemente, mi abuelo no se fiaba de los bancos y había amontonado el dinero debajo de su colchón. El traje de baño de mi hermana era amarillo y el mío era azul escocés. Mi padre y sus dos hermanos dividieron el efectivo como si el dinero fuera una baraja de cartas. En el bingo infantil mi hermana ganó una muñeca marinera y yo diez billetes de dinero de juguete, cada uno de 100.000 $. Mis padres tomaron sus bebidas color neón a sorbitos en el bar. Mi madre parecía una glamurosa actriz de As The World Turns con su blanco vestido de cóctel y sus tiras doradas en la espalda. Un día un camarero le trajo un pastel por su cumpleaños y la besó en la mejilla. Mi madre siguió diciendo que ella era una mujer ociosa, que seguramente podría acostumbrarse a ello. Yo también empecé a acostumbrarme a ello -mi millón güay con la cara de Woodrow Wilson en cada billete. Iba con cuidado para no arrugar los descomunales dólares cuando los llevaba en mi bolso de paja con las conchas de mar pegadas en el frente. Jugaba a Marco Polo con algunos críos cuyo padre, un banquero de Denver, me contó que 100.000 $ era el billete más grande jamás hecho. Estuve realmente impresionada hasta que me explicó que aunque mi dinero de juguete se volviese real de repente no podría gastarlo porque esos billetes solo podían ser usados para transacciones gubernamentales..."

KA-CHING. University of Pittsburgh Press, USA, 2009. Traducción al castellano de Dagmar Buchholz & David González.

24 de agosto de 2010

24 de agosto de 2010: modelando y reescribiendo


Dos días convirtiendo la versión inicial del poema sobre Karadzic en un artefacto métricamente modelado. Para acomodarlo a una de las líneas en las que uno ha estado trabajando más o menos estos últimos tiempos, el uso de la forma como terapia contra el abuso del tropo y como soporte de la narratividad, llevo muchas horas convirtiendo los versos iniciales en endecasílabos y ahí estoy todavía. Prescindo de acentos, rima y ritmo secuenciado. Tan sólo métrica perversa o deficientemente (vaya a gustos) utilizada. La tarea no es fácil. Es también una manera de negar la escritura inicial y trocarla, aún más, en construcción. A ver si acabo hoy.

22 de agosto de 2010

22 de agosto de 2010: Đura Jakšić es el hombre que ilustra la posible connivencia entre poesía y crimen


Si antes de viajar a Alemania la búsqueda de Dobrica Cosic fue lenta e infructuosa, hoy el ciberespacio ha ofrecido su mejor cara: se han empleado muchas horas pero finalmente he conseguido un poema de Đura Jakšić, escritor y pintor romántico serbio, que me sirve para estructurar finalmente el poema sobre Karadzic. No he encontrado más que algunos versos traducidos al inglés y al castellano y todavía no tengo una traducción completa del poema que más me interesa pero con lo que dispongo en la red hay suficiente.

Este es el poema:

"Padajte, braćo!

Padajte, braćo! Plin'te u krvi!
Ostav'te sela, nek gori plam!
Bacajte sami u oganj decu!
Stresite s sebe ropstvo i sram!

Ginite, braćo, junaci, ljudi!
Za propast vašu svet će da zna...
Nebo će plakat dugo i gorko,
Jer neće biti Srbina...

Mi nesmo braća, mi Srbi nesmo!
Ili vi neste Nemanjin soj?
Ta da smo Srbi, ta da smo ljudi —
Ta da smo braća — oh, bože moj!...

Ta zar bi tako s Avale plave
Gledali ledno u ognjen čas?
Ta zar bi tako — oh, braćo draga!
Ta zar bi tako prezreli vas?

Prezrite bratstva, pokor i kletvu!
Što nebo dade, pogaz'te vi!
Ta nije l' grešno, nije li grozno —
Krv dece vaše gledamo mi!...

A gde je pomoć, il' suza bratska?
Il' „Juriš, rode, za brata svog!”?...
U veljoj bedi, smrti i krvi
Danas vas, same, ostavlja bog!...

Al' opet, grešan, grešno sam pevo —
Ranjeno srce naroda mog!
Ta Srbin kipi — kipi i čeka —
Al' ne da đavo... il' ne da bog!"

El crítico Dezevad Karahasan, en su artículo "Literature and War" (Agni, n. 41, 1995: 1-13), ha traducido al inglés los primeros versos de la siguiente escalofriante forma:

"Die Brothers!
Wade in blood!
Let the villages burn!
Into the flames throw children alive".

Queda claro que es una perfecta elección. Una versión posible de estos primeros versos en castellano quizás sería:

"Hermanos,
¡meteos en la sangre!
¡Quemad la aldea!
¡Lanzad a las llamas a los niños vivos!"

Poesía y crimen juntos de la mano. Como más de una vez ha ocurrido.

21 de agosto de 2010

21 de agosto de 2010: la base conceptual del poema sobre Radovan Karadzic


Finalmente, al no encontrar ningún texto traducido de Dobrica Cosic, llevo un par de días buscando fuentes poéticas del nacionalismo panserbio en la convicción de que la hipótesis de que lo que Žižek ha llamado el complejo poético-militar es substancialmente razonable. Esta hipótesis es una de las bases del poema sobre Radovan Karadzic cuya primera redacción concluí durante el viaje y que este fin de semana debo revisar y dar por acabado definitivamente si es que logro dar con la cita que redondee el artefacto.

Sobre este complejo poético-militar anotó hace unos meses el filósofo esloveno:

"Radovan Karadzic, el líder serbobosnio responsable de la terrible limpieza étnica en la guerra de la antigua Yugoslavia, está, por fin, detenido. Ahora es el momento de alejarse un poco y examinar la otra faceta de su personalidad: psiquiatra de profesión, no sólo era un jefe político y militar implacable y despiadado, sino también un poeta. Y no debemos despreciar su poesía ni considerarla ridícula; merece una lectura detallada, porque ofrece la clave para entender cómo funciona la limpieza étnica. He aquí los primeros versos de un poema sin título que se identifica por su dedicatoria,

"... Para Izlet Sarajlic":

"Convertíos a mi nueva fe, muchedumbre.
Os ofrezco lo que nadie ha ofrecido antes.
Os ofrezco inclemencia y vino.
El que no tenga pan se alimentará con la luz de mi sol.
Pueblo, nada está prohibido en mi fe.
Se ama y se bebe.
Y se mira al Sol todo lo que uno quiera.
Y este dios no os prohíbe nada.
Oh, obedeced mi llamada, hermanos, pueblo, muchedumbre".

¿Dónde se concibió inicialmente este sueño de una orgía destructiva? Aquí nos aguarda una sorpresa desagradable: el sueño de la limpieza étnica lo formularon, hace muchos años, los poetas. En su Fenomenología del espíritu, Hegel menciona "el silencioso tejido del espíritu": la labor subterránea que va cambiando las coordinadas ideológicas, de forma invisible, en su mayoría, hasta que de pronto estalla y sorprende a todo el mundo. Es lo que ocurrió en Yugoslavia durante los años setenta y ochenta, de forma que, cuando las cosas estallaron a finales de los ochenta, ya era demasiado tarde, el viejo consenso ideológico estaba totalmente podrido y se desintegró por sí solo. En los años setenta y ochenta, Yugoslavia era como el personaje de dibujos animados que llega al borde de un precipicio y continúa andando por el aire; sólo se cae cuando mira hacia abajo y se da cuenta de que no tiene tierra firme bajo sus pies. Milosevic fue el primero que nos obligó a mirar hacia abajo, hacia el precipicio... Si la definición corriente de guerra es la de "una continuación de la política por otros medios", entonces podemos decir que el hecho de que Karadzic sea poeta no es una mera coincidencia gratuita: la limpieza étnica en Bosnia fue la continuación de una (especie de) poesía por otros medios."

El artículo completo aquí.

19 de agosto de 2010

19 de agosto de 2010: ¿el retorno?


En realidad, hace ya cinco días que volví de Berlin pero hasta hoy, que he recibido la factura del alquiler de coches del viaje por Polonia, no he sentido que quedaba definitivamente clausurado el viaje estival y rubricado el retorno. Y ya puestos, al volver y mientras se va recibiendo la correspondencia, se visitan los blogs habituales a ver cómo "está el patio". En esas, leyendo la entrada de hoy del de Álvaro Valverde, uno no puede por menos de sentir una ligera envidia, lo cual vendría a corroborar, una vez más, la maldita impresión de que la insatisfacción puede ser un episodio cultural en gran medida pero que en alguna recóndita circunvolución de nuestro cerebro es de temer que haya algún pliegue que tuerza muy a menudo la valoración de las cosas.

Decidí pasar con mi familia diez días en Berlin y otros nueve por Polonia (Breslau -Wroclaw- y Cracovia) para recorrer algunas de las huellas de la historia y el arte del siglo XX que han tenido allí muchos de sus nodos más importantes. He disfrutado, aprendido y vivenciado con todos los sentidos el viaje y lo he compartido con las personas que más amo y, sin embargo, me entero de la cantidad de lecturas que ha hecho Álvaro en estos días de descanso y pienso que me hubiera gustado poder dedicar un verano a la lectura bajo un pino, cerca del mar. Y que no podré hacer, como harán otros, una relación instructiva y útil de mis lecturas veraniegas porque durante mis tres semanas de viaje a duras penas he podido leer más que mapas y más mapas, y Pequeñas alegrías, la recopilación de prosas breves de Hermann Hesse que puse en la maleta en un momento de sentimentalismo -tras reencontrarlo en mi biblioteca y recordar que fue el libro que, definitivamente, me inició en el camino de la escritura. Así de estupido puede llegar a ser uno. Ahora, mientras escribo esta nota, se apacigua la frustración y se redimensionan las experiencias propias y las ajenas pero el hecho es que el deseo de "lo otro" sigue estando siempre latente.

Al menos en estas semanas he acabado el poema sobre Radovan Karadzic y un diario de viaje que, a comienzos de septiembre, reanotaré en frío e iré subiendo a este Blog como corresponde: a destiempo, intempestivamente, cuando ya no es actual ni goza de su sentido originario.